Ernesto Pimentel: «Ahora sí, me presento con mi proyecto y el aval de la experiencia de gobierno»

–¿Por qué se presenta a las elecciones para rector de la UMA?

–Considero que mi experiencia a lo largo de mi trayectoria profesional me permite tener una visión muy global, con perspectivas diversas. He sido director de departamento, de la escuela de Informática y vicerrector, y creo que he tenido una carrera plena en investigación y docencia, lo que me ha permitido tener un diagnóstico claro de cuál es la situación de la Universidad. Estoy convencido de que se pueden hacer políticas para mejorar. Además, mi compromiso con la institución me indica que es el momento oportuno de dar este paso.

–Hace ocho años llegó a la segunda vuelta con Narváez, con quien hace cuatro pactó para incorporarse al equipo de gobierno. ¿Fue una decisión acertada?

–Es cierto que hace ocho años nos presentábamos con un proyecto y unas ideas muy renovadoras. Que haya estado ahora menos de cuatro años en el equipo de gobierno del actual rector no significa que las ideas no sigan siendo frescas, renovadoras, y las acciones que proponemos no sean nuevas. Me sorprende que mi candidatura sea tachada de continuista, cuando solo he estado una legislatura y en otros casos acumulan dos legislaturas en puestos de gobierno, años en los que podían haber hecho algunos de los cambios que ahora ven necesarios.

–¿Positiva entonces esta experiencia de gobierno?

–Positiva, porque me ha dado la experiencia que quizás me faltaba en gestión a nivel de universidad. Ahora esa experiencia quiero ponerla al servicio de la universidad con un proyecto que, ahora sí, es mi proyecto y el de las personas que me acompañan, y que es un proyecto renovador.

–¿Considera acertada la limitación a seis los años de mandato del rector?

–Estoy convencido de que sí. De hecho, como portavoz claustral defendí esta medida en la reforma de nuestros estatutos. El problema que nos vamos a encontrar es que tendremos que dedicar tiempo a la modificación de los estatutos, para adaptarlos a la nueva ley. Al margen de eso, creo que seis años es un tiempo suficiente para poner en marcha, desarrollar y finalizar un proyecto de gobierno.

–¿Qué análisis realiza de la situación actual de la UMA?

–Me preocupan sobre todo los aspectos relacionados con la financiación y el estado de las inversiones en infraestructuras. Hay que reconocer que hemos tenido una financiación basada en un modelo inexistente que ha perjudicado a la UMA. Pero también hay factores internos, tenemos que hacer un reajuste entre los ingresos y gastos. Tenemos que ser reivindicativos para reclamar una financiación justa, que responda al volumen que la UMA tiene en relación al conjunto de universidades públicas andaluzas. Al mismo tiempo, tomar medidas para incrementar nuestros ingresos. Estoy convencido de que esas dificultades, que están ahí y tenemos que asumir, se pueden solventar.

–Empezar el mandato con varios millones de euros de déficit es una importante losa...

–Efectivamente, es un gran reto. Tendremos que negociar ese desajuste, planificar y priorizar inversiones, tendremos que renegociar para ampliar los plazos de finalización de las obras que están en curso; será prácticamente imposible finalizarlas en los plazos previstos dada la situación financiera de la UMA.

–¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades de la UMA?

–La principal fortaleza de la UMA la constituye su personal, muy comprometido. Tenemos grandes grupos de investigación que nos van a permitir ser aún más competitivos. Y un personal técnico de administración muy profesional, que bien organizado y con los incentivos necesarios será más eficiente. Como debilidades, señalaría la gestión administrativa, que tenemos que automatizar y digitalizar para descargar tanta carga burocrática como la actual.

–Educación acaba de autorizar a la UMA a impartir ciclos de FP. De ser rector, ¿mantendrá esta oferta formativa?

–Tal y como se ha diseñado, tengo serias dudas. Siempre he pensado que la FP tiene que integrarse en la universidad, con pasarelas en ambos sentidos. Pero debemos plantearnos si la universidad es el organismo adecuado para esa oferta formativa, que incluso corresponde a otra consejería. Sí estaría dispuesto a acometer este tipo de formación si pudieran impartirla nuestros profesores; si tenemos que contratar personal externo, tengo mis dudas.

–¿Cree posible incrementar la oferta formativa de la UMA?

–Estoy convencido de que sí. Adecuar nuestra oferta a las nuevas necesidades pasa por tener no una oferta mayor, sino diferente de grados y másteres. En estos cuatro años lo hemos demostrado, con nuevos grados y dobles grados que han salido a un coste prácticamente 'cero'.

–¿Podrá aumentar el número de plazas de nuevo ingreso?

–En mi etapa de vicerrector, una de mis principales preocupaciones ha sido mantener la oferta de plazas. Aumentarlas depende de contar con la financiación necesaria y, en ese sentido, confío en la promesa del consejero de incrementarlas al menos en las áreas tecnológicas.

–La disponibilidad de suelo en la ampliación está casi agotada. ¿Podrá seguir creciendo la UMA?

–Me preocupa que la ampliación esté ya casi agotada. Ha sido una pena no conseguir la Expo 27, que nos habría permitido ampliar hacia el otro lado de la autovía. Y tenemos que buscar soluciones, porque la UMA va a seguir creciendo, tiene aún mucho potencial de crecimiento, con miles de jóvenes de Málaga que se tienen que ir fuera a estudiar.

–La alianza con el PTA les ha dado grandes resultados. ¿Cómo se la plantea en el futuro?

–Está consolidada y podemos reforzarla. Nos beneficia a ambos y a las empresas, que encuentran aquí el talento que es capaz de generar la universidad. Esta sinergia nos da ventajas competitivas frente a otras universidades y posibilidades de empleabilidad a nuestros egresados.

–¿Qué pediría al sector empresarial del entorno?

–Que sea consciente de esta sinergia y apueste también por su universidad. Que entienda que tenemos nuestras limitaciones, unos tiempos que no dependen de nosotros. Nos demandan por ejemplo más plazas en los sectores tecnológicos, pero es algo que no depende de nosotros. Por esto les pediría que nos ayuden a reclamar ante los poderes públicos, de los que dependen esas decisiones.

–Propone cambios en la gobernanza, ¿en qué sentido?

–Las estructuras de gobierno tienen que ser más ágiles, transparentes y participativas. Hay que adelgazar el equipo de gobierno para hacerlo más efectivo a la hora de resolver problemas. Y hay que avanzar hacia una verdadera digitalización de los procesos administrativos.