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Recién iniciado el segundo cuatrimestre de este curso Covid, el segundo de su último mandato, el rector confía en recuperar las clases presenciales tras Semana ... Santa. Critica el plan de financiación de la Junta y se muestra seguro de que la UMA no perderá grados en el nuevo mapa de titulaciones que, lamenta, se está elaborando sin contar con los rectores andaluces.
–Rector, ¿volverán los alumnos a las aulas tras Semana Santa?
–Eso es lo que estamos planteando. Los rectores y rectoras hemos pedido a las consejerías de Salud y de Transformación Económica y Universidades que nos aclaren cómo vamos a plantear la docencia tras Semana Santa.
–Sevilla y Córdoba han decidido no esperar hasta abril...
–En Málaga lo que tratamos es de dar certidumbres. Lo que no podemos hacer es estar cambiando constantemente la forma de dar clase. Por esto lo que queremos es saber qué posibilidades tenemos. Según lo publicado en el BOJA pasamos a nivel 2 y esto nos permite volver a la docencia híbrida que teníamos a principios de curso. Pero queremos tener la mayor certeza posible, por mantener una coherencia en la formación, no marear ni a los estudiantes ni a los profesores.
–Muchos padres se preguntan cómo es que en los colegios e institutos se da clase, y la universidad, con mejores instalaciones, está cerrada...
–Estoy de acuerdo con esa apreciación. Pero nosotros hacemos lo que nos ordenan las autoridades sanitarias, seguimos las instrucciones que nos dictan. En una situación de incertidumbre entiendo que desde las propias autoridades de la Junta tengan una cierta incoherencia.
–La Universidad ha invertido 3,2 millones en equipar las aulas con cámaras y micrófonos con el objetivo de emitir las clases en tiempo real para los alumnos que se quedaban en casa en el modelo bimodal. Con toda la docencia en línea en la mayor parte del curso, ¿ese es un dinero malgastado?
–No, en absoluto. Hay muchas cosas que han venido para quedarse. Defiendo la universidad presencial, pero es verdad que han llegado muchas herramientas que van a ayudar a que esa presencialidad sea más eficaz. No se ha malgastado ningún dinero, todo lo contrario: nos abre nuevas posibilidades para mejorar la calidad de la enseñanza y nuestra estrategia educativa en una universidad presencial.
–¿Cómo está afectando la pandemia a sus objetivos para este segundo mandato?
–Hemos intentado continuar gobernando y seguir con los compromisos que habíamos adoptado. Lógicamente este año de pandemia ha retrasado algunas cosas. Pero creo que vamos a cumplir nuestro programa de transformación de la Universidad de Málaga.
–¿Qué parte de su programa daría por perdido?
–Ahora mismo no doy nada por perdido.
–¿Hay margen para cumplir uno de los puntos de su programa, pasar los exámenes de septiembre a julio?
–Absolutamente. Es algo que no se me quedará en el tintero. Lo razonable es hacer ese cambio en el que estamos trabajando.
–La llegada de algo tan imprevisto como una pandemia, ¿le ha hecho plantearse que quizás fue una equivocación limitar a dos sus mandatos como rector?
–En absoluto. Creo que la salud democrática para las instituciones y para las personas hace bien que los mandatos estén limitados.
–Cuando se conoció su acuerdo con Ernesto Pimentel para concurrir unidos a las elecciones de diciembre de 2019 se especuló que usted podría retirarse antes de terminar los cuatro años para que Pimentel tomara cierta experiencia de gobierno. ¿Va a completar estos cuatro años?
–Voy a completar este segundo mandato. Ese es mi compromiso. Luego llegarán las elecciones, y pasará lo que tenga que pasar. Pimentel está haciendo un magnífico trabajo, pero yo voy a terminar mi mandato.
–El rectorado de la UMA no es entonces una cuestión hereditaria...
–Nunca lo ha sido. Lo que sí es importante es que para ser rector hay que venir aprendido. Pero el rector se elige en unas elecciones libres.
–Una de las lecciones de esta pandemia puede ser la importancia de la tecnología, la ciencia, la sanidad. ¿Cree que lo sucedido puede animar a más jóvenes a acercarse a la universidad?
–Confío en que así sea. La sociedad se ha dado cuenta de que la ciencia y la investigación son fundamentales para avanzar. De hecho, nuestro país desgraciadamente se ha quedado atrás en algunas iniciativas por esa falta de tradición y de apoyo a la ciencia. Confío en que la sociedad, los futuros estudiantes, las propias estructuras sociales y de gobierno empiecen a considerar que la ciencia es una herramienta fundamental para seguir avanzando. En ese sentido confío en que al final sea reconocido por todos.
–Sin embargo, muchos encontrarán las puertas de la UMA cerradas, la oferta no alcanza a satisfacer la demanda del entorno cercano...
–Este es un problema de infraestructuras y de financiación. Nosotros no podemos ofertar más plazas porque no tenemos financiación suficiente para asegurar una formación de calidad. Podríamos abrir el número de plazas, pero sin garantizar la calidad que estamos dando.
–Habla de la calidad de la enseñanza, y en este sentido quería preguntarle por el elevado número de profesores sustitutos interinos, más de 500. ¿Cree que esa es una forma de dar enseñanza de calidad?
–Me alegra esta pregunta, como se suele decir, porque después de más de tres años la Junta nos ha autorizado la convocatoria de 367 plazas de ayudantes doctores, que se solicitaron, ya le digo, hace tres años por razones de urgencia. Esos profesores interinos están sustituyendo esas plazas que tienen que salir y que se van a convocar a lo largo de este año. Tengo que agradecer a los profesores interinos su dedicación, porque están manteniendo la calidad de la docencia en una situación muy precaria; es una figura laboral que nunca debía haber aparecido en la universidad.
–En su momento se habló de la llegada de una universidad privada a Málaga. Pero el Ayuntamiento ha reservado suelo para dos. ¿Cómo encara esta competencia?
–Para mí las universidades privadas no son competencia. Somos modelos diferentes. La UMA es una universidad pública que está financiada y está al servicio de la sociedad. Y por lo tanto es una universidad que oferta una formación generalista orientada a todas las áreas. Las universidades privadas son otro modelo de universidad en el que el componente económico es importante. Es verdad que en Málaga tenemos una querencia especial hacia las universidades privadas, pero es una iniciativa del Ayuntamiento sobre la que no tengo nada que decir. Lo único que espero que estas universidades tengan un perfil adecuado, que fueran complementarias a la UMA en todo caso.
–¿Plantearán alguna estrategia específica?
–Nuestra estrategia, si quiere llamarla así, es simplemente fortalecer la calidad de la formación y el perfil de la formación de nuestros estudiantes. Pero esa estrategia es independiente de que haya universidades privadas o no. Nosotros tenemos la responsabilidad de formar a las generaciones del futuro y en esa responsabilidad, yo siempre lo digo, no solo tenemos que formar buenos profesionales, que los formamos, sino también unos perfiles de ciudadanos, que sean independientes, críticos, solidarios, responsables, y que sean capaces de cambiar la sociedad.
–La Consejería de Transformación Económica, Conocimiento y Universidades ya les ha presentado un proyecto sobre la financiación universitaria. ¿Qué opinión le merece?
–Sigo diciendo que no es un modelo de financiación, es un modelo de reparto, y me mantengo en lo que dije desde un principio, que echo de menos que haya una planificación estratégica sobre las universidades andaluzas. El sistema universitario andaluz es muy potente, pero no hay una posición estratégica sobre qué queremos que sean las universidades andaluzas en el 2030, por ejemplo.
La Universidad ha alojado en uno de sus edificios a VirusTotal, y ahora el nombre de la UMA queda ligado al de Google, que se instala en Málaga. ¿Qué cree que ha facilitado esa decisión?
–La llegada de Google a Málaga me produce una satisfacción enorme. VirusTotal no ha estado en otro sitio que no haya sido la Universidad de Málaga. Somos un referente en ciberseguridad y ese tándem empresa-universidad es el que ha animado a Google a instalarse en la ciudad. Esta es muy buena noticia para la investigación y para la formación de nuestros estudiantes.
–Málaga ha ido creando un entorno tecnológico potente, ¿cómo puede beneficiar a la UMA?
–Una de las fortalezas de nuestra Universidad es el entorno en el que nos encontramos, un entorno tecnológico que nos beneficia, tanto por el fortalecimiento de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) dentro de la universidad como por su extensión al resto de la sociedad.
–¿Qué papel pueden ocupar las Humanidades en esta sociedad tan tecnológica?
–Estamos en un mundo digital y tecnológico, pero en el que tienen que seguir existiendo las Humanidades, obligatoriamente. Pero al que tenemos que adaptarnos. Tenemos que lograr que un profesional de latín, filología o filosofía sepa manejarse y encontrar su futuro profesional dentro de las TIC.
–¿En qué situación queda la ampliación del campus con las limitaciones que quiere imponer Aviación Civil?
–Tal como está planteado, supone enterrar los proyectos en la ampliación. Sería terrible para el desarrollo de la Universidad. Entiendo que hay que velar por la seguridad aérea, pero se puede compatibilizar con los desarrollos previstos. Entre el metro, la autovía y ahora Aena, no sé si vamos a poder seguir construyendo en la ampliación del campus.
–También se prepara el nuevo mapa de titulaciones, ¿cómo puede afectar a la UMA?
–Cuando nos lo den a conocer le podré contestar.
–Pero imagino que habrán contado con los rectores para elaborar este plan...
–No. Hay un documento sobre el estado de los grados en Andalucía, pero no se ha hablado más allá de la necesidad de elaborar ese mapa.
–En todo caso, ¿peligra alguno de los grados que se ofertan en la UMA?
–No, no creo. La Universidad de Málaga tiene que dar una oferta formativa dirigida a todos los sectores del conocimiento. Esa es una de nuestras diferencias con las privadas. Las universidades privadas no van a montar grados donde no puedan tener un rendimiento. Por lo tanto creo que la universidad pública tiene esa responsabilidad, porque eso es necesario para la sociedad: los graduados en filosofía, los antropólogos, o los filólogos, son importantes para la sociedad. Ninguno de esos grados va a peligrar. De hecho, lo que estamos haciendo es un análisis para ver qué ocurre y para fortalecerlos. Desde luego no tengo en la cabeza que ningún grado de la universidad vaya a desaparecer.
–Este próximo curso comienza el nuevo grado de Ciencias de la Actividad Física. Pero le veo muy reticente a aprobar nuevos estudios...
–Es lo razonable. Tenemos la responsabilidad del dinero público. La Universidad tiene que crecer de forma razonable y responsable. Hay que pensar muy bien cualquier incremento de grados. Prefiero fortalecer los que tenemos, analizar bien el futuro y poco a poco ampliar la oferta, pero siempre con los pies en el suelo.
–El ministro Castells ha decidido eliminar las carreras de tres años, de las que usted no era partidario...
–Siempre he sostenido que en mitad del partido no se pueden cambiar las reglas de juego. Hay primero que evaluar qué hemos hecho con los 4+1 y ahora mismo sacar el grado de 3 años era romper el sistema universitario. Me parece que es una buena reflexión y que vamos por el buen camino.
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