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José Ángel Narváez: «No he tomado viagra porque no me ha hecho falta»Secciones
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La entrevista más personal
José Ángel Narváez: «No he tomado viagra porque no me ha hecho falta»–¿Qué tal? ¿Cómo va la cosa?
–Muy bien. Muy atareado con muchísimas cosas. Pero encantado de estar aquí con usted.
–No vamos a hablar casi nada de la universidad, nada de proyectos, porque queremos conocer cómo es José Ángel Narváez. Y para empezar, lógicamente. ¿Cuándo nació usted y dónde?
–Yo nací el 12 de agosto de 1955 y nací en Málaga, en la clínica de Gálvez. Pero mis padres no vivían en Málaga, vivían en Torre del Mar. Por lo tanto, soy un axárquico nacido en Málaga y vuelto rápidamente a Torre del Mar.
–¿O sea, usted su infancia la vive en Torre del Mar?
–Claro, claro. Mi padre trabajaba en la Azucarera Larios, era el administrador de Larios. Mis primeros cinco primeros años fueron en Torre del Mar. Fue una infancia de caña de azúcar y de playa.
–¿Y su madre?
–Mi madre era de Torrox. O sea, todos en mi familia son de Torrox.
–¿Y ella trabajaba?
–No, no, mi madre era ama de casa. En aquel tiempo era muy normal. Entonces mi padre era el que trabajaba y el que movía a la familia a medida que lo iban destinando de un sitio a otro. Lo destinaron a Málaga en el año 60, en las oficinas centrales de Larios, aquí en Málaga.
–¿Tiene usted hermanos?
–Sí, tengo dos hermanos mayores.
–¿A qué se dedican?
–Bueno, los dos están felizmente jubilados. El mayor es físico. Fue profesor del Colegio de El Palo, del colegio jesuita durante toda su vida. Y el segundo es catedrático de Economía. Estudió aquí en Málaga y luego acabó de catedrático en Cádiz. Y allí está, jubilado, muy bien y disfrutando de la vida.
–¿Y en qué colegio estudió usted?
-Yo estudié en los jesuitas de El Palo, en San Estanislao.
–¿Y después qué carrera estudió?
-Yo estudié Medicina. Yo pensaba irme a Granada, que era el destino habitual de todo malagueño que quería estudiar Medicina, pero aquel año abrieron la Universidad de Málaga. Técnicamente soy de la segunda promoción de medicina, aunque la primera y la segunda eran prácticamente iguales porque un año antes había un colegio universitario.
–Y cuando termina, ¿a qué se dedica usted?
–Vamos a ver, yo estudié Medicina porque a mí me gusta mucho la medicina. Yo soy un médico de vocación que no ejerzo la medicina. Al principio sí la ejercí, estuve en algunas consultas de los ambulatorios en sustituciones, las casas de socorro, pero tuve un ejercicio de la medicina muy, muy sutil.
–¿Cuál es su especialidad?
–Soy especialista en análisis clínicos. Lo que pasa es que descubrí otro aspecto, el que yo nunca había valorado, que era el aspecto de la investigación y la docencia. Me di cuenta de que me gustaba investigar, me gustaba la docencia. En realidad a mí me gusta estudiar, es lo que más me gusta.
–¿Tiene otra carrera además de medicina?
–No, no, pero me gusta estudiar, me gusta aprender. Tengo una curiosidad tremenda.
–¿En cuanto tiempo consiguió usted su plaza?
–Cuando terminé la carrera, me dieron una plaza de lo que antes se llamaba ayudante a tiempo parcial. Estuve un par de años compatibilizando el ejercicio de la medicina con la universidad. Luego ya tuve la oportunidad de coger una plaza que se llamaba a tiempo completo y empecé a dar prácticas de Fisiología, que es mi especialidad. Después hice la tesis en el año 84 y ya tuve la oportunidad de presentarme a una plaza de profesor titular.
–¿Es usted un profesor muy duro? ¿Suspende a muchos alumnos?
–Bueno, habría que preguntárselo a ellos. Yo ahora, cuando voy a los hospitales y me encuentro a algún antiguo alumno siempre le pregunto qué tal te fue en la Fisiología para ver qué es lo que me va a caer encima jejejeje.
–¿Y hay alguna cuenta pendiente?
–Creo que no, bien porque consideraban que era bueno y a otros porque se le habrá olvidado. Yo recuerdo que al principio era duro y exigente. Luego, con el tiempo, no es que sea uno menos exigente, pero sí es más condescendiente. Y sobre todo empiezas a entender lo que los estudiantes, los chicos y las chicas jóvenes viven, qué es lo que necesitan y sobre todo valorar qué es lo que necesitan saber.
–Me llama la atención lo de los chicos y las chicas. Usted es de los que utiliza el lenguaje inclusivo. ¿Le sale así de natural?
–Ya me sale natural. Al principio, no.
–¿Pero lo hace por convencimiento?
–Yo he aprendido mucho en toda mi vida y sobre todo en este último periodo. Y me he dado cuenta que a la mujer hay que ponerla en valor, hay que reconocerla porque al final estamos olvidándonos del 50 por ciento de la población.
–Ya que hemos hablado de la mujer, ¿cuál fue su primera aventura amorosa? ¿Lo recuerda usted?
–Sí, claro, me acuerdo. En la adolescencia. siempre hay esa chica de la que te enamoras locamente, ese amor platónico que creo que tenemos todos.
–¿Y recuerda su nombre?
–Sí, me acuerdo. Se llamaba Mónica. Era una amiga de una amiga de la pandilla.
–¿Y ese amor platónico dejó de serlo?
–Las cosas se diluyen como el azucarillo en el agua.
–O sea que no triunfó en ese sentido. Que se quedó como una quimera platónica, un recuerdo…
–Fue una cosa muy bonita y bueno, siempre queda ahí.
–¿Era usted un hombre muy ligón?
–Lo normal.
–¿Qué tal se le daban las guiris?
–Bueno, había de todo. No había muchas oportunidades y uno intentaba aprovechar todas las oportunidades que hubiera.
–¿Cuándo se casó usted?
–Yo me casé en el año 81. Yo conocí a una amiga de otra pandilla que yo tenía y bueno…
–Muchas pandillas…
–Bueno, la vida es una pandilla.
–¿Cuál es su nombre?
–Mariló. Malagueña, pero decidimos acabar la historia.
–¿Usted ahora está divorciado?
–Soy divorciado.
–¿Tiene usted hijos?
–Sí, tengo cuatro hijos.
–¿De qué edades?
–El mayor acaba de cumplir 38 años, tengo otro que tiene 34 y una chica que va a cumplir 26 años y un chico que este año, en mayo, cumplirá 25 años.
–¿Y a qué se dedican ellos?
–El mayor es jesuita. Han estudiado en el colegio de El Palo.
–¿Todos han estudiado en la educación privada?
–En aquel tiempo para mí era la mejor y no porque fuera privada. El valor de educación que recibí con los jesuitas a mí me pareció que era un valor de educación muy rico, muy amplio, no tanto por la educación religiosa, sino por la educación ética y de los valores. Yo recibí esa educación porque mis padres me la eligieron. A mí me pareció muy positiva y me dije qué mejor le puedo dar yo a mis hijos que la misma educación que yo he recibido.
–¿A qué se dedican sus hijos?
–El mayor hizo Historia y a los 29 años decidió dedicarse a ser cura. El segundo es periodista, sí, pero un periodista muy interesante porque es un tío muy, muy brillante, muy listo, que se ha reciclado y ahora está en el sector digital, porque vio que el periodismo estaba regular. Está en una multinacional francesa y teletrabaja desde Málaga. La niña hizo Psicología, ha hecho dos másteres de psicología; hizo además una apuesta muy arriesgada pero muy interesante que es la psicología jurídica y la psicología forense. Se fue a Canadá, ha estado un año trabajando allí y ahora está buscándose la vida. Y queda el pequeño, que espero que este año termine Ingeniería.
–¿Tiene nietos?
–No tengo prisa con los nietos de momento, nada de abuelo, nada.
–Vamos a temas un poquito más mundanos. ¿Ha consumido alguna vez porno?
–Vamos a ver, como curiosidad, todo el mundo lo ha mirado, pero yo no soy un consumidor de porno, y lo voy a decir, porque el porno es aburridísimo. Yo tenía un amigo que era un fan de las películas pornos y yo le decía que todas las películas son iguales, el guión es el mismo. Es muy aburrido, de verdad y, hombre, yo entiendo que los jóvenes lo miren por curiosidad, aunque transmiten unos valores que no tienen nada que ver con la realidad y el sexo.
–¿Ha entrado alguna vez en un sex shop, ha comprado algo?
–No, que yo recuerde. Me acuerdo de una excursión que hicimos cuando éramos jóvenes que fuimos a París. Pasamos y vimos uno y entramos para saber qué era aquello, porque era un mundo desconocido para nosotros. eran los tiempos de Franco. Había cosas rarísimas y no sabíamos qué eran. Alguna cosa daba miedo, jajaja.
–Como médico, ¿qué le parece la viagra?
–Soluciona un problema que tienen algunos enfermos. Creo que es un fármaco que tiene su utilidad.
–¿La ha usado alguna vez o estaría dispuesto a utilizarla?
–Yo nunca la he utilizado, no me ha hecho falta, pero no lo sé. La verdad es que nunca me lo he planteado llegado el caso. Pero vamos, en la vida hay muchas cosas…
–¿En qué sentido?
–Quiero decir que muchas veces somos muy coitocentristas. El amor y la relación sexual entre dos personas abarcan muchísimas cosas, que no sólo tiene que ser el coito. Hay muchas cosas y de muchas formas y de muchas maneras, y al final lo que hay que conseguir es que en una pareja haya felicidad, que haya complicidad.
–¿Tiene pareja ahora?
–Sí, claro.
–¿Quién es?, ¿es compañera de la Universidad?
–No, la conocía de hace mucho tiempo. Y luego nos volvimos a encontrar.
–No será su amor platónico.
–No, no, no. jajaja. Es una mujer que había conocido hace mucho tiempo, que siempre nos llevábamos muy bien y que teníamos muy buena relación. Se llama Ángela.
–¿Y a qué se dedica?
–Es profesora de instituto.
–¿Viven juntos?
–No, vivimos cada uno en nuestra casa. Ella tiene también hija y yo creo que mezclar los hijos es muy complicado. Llevamos ya diez años.
–¿Cuánto duró su matrimonio?
–30 años. Fue un matrimonio muy largo.
–¿Practicaría la eutanasia?
–La eutanasia sí la haría. Cuando hay personas que sufren una enfermedad neurodegenerativa sin solución es casi una responsabilidad para que esa persona no sufriera. Yo no lo llamaría eutanasia, porque al final es ayudarla para pasar ese tránsito.
–¿Es católico?
–Toda la formación la he tenido en centro católico. Luego, con el tiempo uno va cambiando sus creencias. Siempre digo que no soy un hombre religioso, pero soy un hombre espiritual. Y creo que en la vida hemos venido a ayudar a los demás, a hacer cosas, a trabajar para que todo el mundo sea más feliz y para ser nosotros ser más felices.
–¿Le ha tirado alguna vez un hombre los tejos?
-No, no, al menos no he sido consciente, jajaja. No tengo tirón. ¿Y a usted se lo han tirado?
–Bueno sí, pero no, jajaja.
–Pues debe ser usted más atractivo que yo, jajaja.
-No lo sé, para gustos colores. jajaja ¿Le gusta salir a tomar copas con sus amigos?
–Sí, me gusta salir y tomar unas cervezas y charlar, aunque hay momentos que no tengo ganas de ver a nadie…
–¿Cuál es su restaurante favorito?
–Me gusta mucho el sushi y hay un restaurante al que voy mucho que se llama Asako, antes estaba en el Centro y ahora está en Teatinos. Por mi trabajo como demasiado en la calle e intento hacerlo menos. También me gustan mucho los chiringuitos, aunque me gusta ir con la familia, con los amigos, en plan de relax.
–¿Dónde vive?
–En Pedregalejo, en la que era la casa de mis padres. En realidad la casa es de mis hermanos, cuando murieron mis padres les convencí para irme allí, aunque no sé si aún están convencidos jajaja.
–¿Le gusta viajar?
-Mucho, mucho.
–¿Cuál ha sido el viaje que más recuerda?
–Recuerdo especialmente los que hice con amigos cuando era joven. Me acuerdo de aquel que se hacía con un billete de tren…
–Interrail.
–Ese. Estuvimos en Inglaterra, después en París con una mochila…fue un viaje mítico. Después recuerdo mis estancias de investigación. Hice el postdoctorado en Suecia, en el instituto Karolinska. Fue muy bonito para mí tener contacto con ese mundo tan diferente. Ver Suecia desde el otro lado del que lo había visto desde Málaga jajajaj.
–Antes había visto a las suecas.
–Jajajaja. Sí.
–¿Cuál es el próximo viaje que tiene previsto?
–Tenemos previsto un viaje a Sajonia junto con el PTA para conocer su sistema de trabajo.
–¿Y a nivel personal?
–No lo tengo organizado aún, pero me gustaría volver a Estocolmo, porque hace por lo menos diez años que no voy.
–No sé por qué, pero tiene usted un aire sueco…
–Será por la pinta que tengo…jajajajaja.
–Un sueco moreno jajaja.
–Jajaja ¡También los hay!
–¿Cuál es su comida favorita?
–El gazpachuelo.
–¿Sabe hacerlo?
–Sí. Y además es una de las comidas preferidas de mis hijos.
–¿Se le corta mucho?
–No, no. Yo soy un científico y hago el gazpachuelo como si estuviera en un laboratorio. Tardo horas para que no se corte, que si el agua caliente, que si el agua fría…Cuando me meto a hacer el gazpachuelo les digo que nadie me moleste jajaj. Sin embargo, no soy un cocinillas, hago cuatro cositas. Las que me salen bien, jejeje.
–¿Y las tareas domésticas?
–No tengo más remedio, hay una chica que viene a mi casa que nos ayuda, pero tengo a dos hijos viviendo conmigo. Tenemos repartida la intendencia de la casa. Voy a la compra, y pongo el lavavajilla y la lavadora.
–Es usted un hombre de su casa.
–Soy una joya, jajaja.
–¿Qué música le gusta?
–A mí me gusta el rock, soy de esa generación, y sobre todo me gusta el heavy metal.
–¿Cuál es su grupo preferido?
–Hay muchos, por ejemplo Amon Amarth, que es un grupo nórdico, Judas Priest, Ramstein…
–¿Y ha ido a conciertos de heavys? ¿Se mete en el papel con pantalones de cuero?
–Bueno no tengo pantalones de cuero, porque como me ha dicho con mi tipo sueco no me entran jajaja. Con unos vaqueros es suficiente.
–Bueno, José Ángel, ha sido un placer, ha sido usted muy natural con las preguntas gamberras que le he hecho. Muchas gracias.
–Muchas gracias, he estado muy a gusto, quizá me he sentido demasiado a gusto y no sé si he dicho cosas que no debía….jajaja. Gracias por todo.
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