El profesor Enrique Alba, con parte de su equipo de investigación, en uno de los laboratorios de la ETSI Informática de la Universidad. MIGUe FERNÁNDEZ
Lenguajes y Ciencias de la Computación UMA

Enrique Alba: «La gestión inteligente será la solución a los problemas de tráfico y movilidad en las ciudades»

Catedrático de Lenguajes y Ciencias de la Computación de la Universidad de Málaga, el profesor malagueño gestionará en Bruselas las ayudas a proyectos de investigación subvencionados por la UE con más de dos millones de euros

Martes, 12 de octubre 2021, 00:00

Catedrático de Lenguajes y Ciencias de la Computación, el profesor Enrique Alba Torres (Benamocarra, 1968) dirige el grupo de investigación NEO, especializado en proponer sistemas inteligentes para aplicaciones complejas, científicas e industriales. Con varios proyectos centrados en la aplicación de la inteligencia artificial para mejorar ... la movilidad en las ciudades, el profesor Alba ha sido nombrado experto nacional por la Agencia Ejecutiva del Consejo de Europa y tomará decisiones respecto a grandes proyectos de investigación.

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–¿Cuál será su función en Bruselas?

–Mi trabajo es la gestión de varios esquemas de financiación de investigación de gran excelencia para investigadores noveles, consolidados y grupos de investigadores con ideas avanzadas de alto riesgo y mucha ganancia potencial. Trabajo en el panel PE6 sobre Informática, somos cuatro gestores para proyectos que se desarrollarán en Europa, pero los investigadores que participan vienen de todas partes del mundo. Es un programa muy competitivo, con alta financiación para cada proyecto aprobado (entre 1,5 y 2,5 millones por proyecto). Consideramos la excelencia de las propuestas y de los investigadores/as que las presentan.

–Usted es el primer investigador de la UMA que llega a este cargo. Para usted será un honor, y para la Universidad también un reconocimiento...

–Sí, la UMA no ha tenido a nadie en esta posición hasta ahora. Ha sido como abrir un camino científico y administrativo sobre cómo hacerlo. Estoy muy honrado y agradezco el apoyo desde el Rectorado. Es una etapa nueva donde se aprenden cosas diferentes sobre investigación, gestión europea o 'networking' con personas muy distintas. Recientemente dos de nuestros 'grantees' (investigadores a los que se ha financiado su proyecto) han tenido un premio Nobel (esta semana ha sido público, uno en Física y otro en Química), así que, efectivamente, estamos financiando los mejores proyectos en muchas disciplinas desde ERCEA.

–Podrá mantener el contacto con su grupo de investigación en la UMA?

–Estoy viendo lo que puedo mantener. Formalmente soy personal de la UMA como siempre, así que veremos el tiempo que me deja, esto es una dedicación a tiempo completo, pero sí, será posible, seguro.

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–Volviendo a su trabajo en la UMA, ¿qué es la gestión inteligente del tráfico?

–Es en realidad un ecosistema de proyectos, pues hacemos una aproximación a la movilidad desde muchos puntos de vista, desde la programación de semáforos la movilidad de los peatones o el uso de los aparcamientos subterráneos, utilizando la inteligencia artificial. El resultado es una herramienta que permite agilizar el tráfico, ahorrando tiempo y evitando contaminación.

–Habla de los aparcamientos, ¿cómo se puede predecir si hay o no plazas libres?

–Bueno, es algo que ya estamos aplicando en Málaga, Zaragoza o Birmingham. Los algoritmos y la inteligencia artificial nos permiten predecir, por ejemplo, cuántos aparcamientos habrá libres en la plaza de la Marina.

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–Este sistema de gestión inteligente ya lo están ensayando en el campus de Teatinos, ¿cómo va la experiencia?

–En Teatinos hemos sensorizado las calles. No es imprescindible, pero ayuda. Tenemos estaciones que por wifi van registrando el paso de coches o personas. No tenemos cámaras ni tomamos imágenes, es todo completamente anónimo. Medimos la humedad, la calidad del aire, el ruido. Podemos así sacar patrones de circulación, de llenado y vaciado de vehículos, etcétera. Esto nos va a permitir predecir problemas ocasionados por el tráfico, por ejemplo, los atascos o la situación de zonas de aparcamiento casi en tiempo real.

–Este sistema se podrá dimensionar después a una ciudad mediana o grande?

–El prototipo que estamos desarrollando en Teatinos es un subconjunto o parte de lo que ya hicimos para Málaga y otras ciudades, como es la gestión inteligente de los semáforos. Analizando el movimiento de las aves o de los peces hemos dado un salto cualitativo en la gestión de los semáforos.

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–¿Qué diferencia la inteligencia en enjambre de la inteligencia artificial?

–La inteligencia artificial se basa en muchos grupos de algoritmos, uno de ellos es el aprendizaje máquina, que se basa en redes neuronales que van aprendiendo a partir de los datos. Pero eso lo que consigue es que a partir de muchos datos numéricos se capta la idea del comportamiento en la red. Con la inteligencia en enjambre lo que hacemos es analizar e imitar a los grupos de animales para solucionar un problema.

–¿Cómo funciona esta inteligencia en enjambre?

–Piense por ejemplo en las hormigas, que trabajan de manera colaborativa para buscar comida. Hay muchos agentes pequeños que buscan y que se comunican entre sí. El comportamiento emergente del trabajo separado pero comunicado de todos esos agentes es mucho más importante que el tomado de manera individual. La naturaleza nos ha dado soluciones a estos problemas, por ejemplo, los aviones se parecen a las aves y los barcos a los peces. La naturaleza nos da las respuestas a muchos de los problemas de la sociedad actual.

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–El tráfico, ¿es el mayor problema de las ciudades?

–Sin duda. Piense en los atascos, la contaminación, la pérdida de tiempo en llegar a los destinos. Queremos conocer las necesidades de movilidad del ciudadano para que las soluciones responden a sus necesidades reales. Y no solo de automóviles o motos, también hemos considerado los patinetes eléctricos y las bicicletas.

–¿Tienen ya algún estudio sobre el uso de la bicicleta?

–Hemos analizado las bicicletas de uso público. Hemos comprobado que con pequeños cambios en la ubicación de las estaciones de aparcamiento se puede mejorar e incrementar su uso.

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–¿La gestión inteligente será la solución a los problemas de tráfico en las ciudades?

–Debe ser. No queda otro camino que hacer una gestión inteligente, basada en el análisis de datos y en técnicas inteligentes automatizadas. Estas propuestas se llevan a los gestores, a quienes corresponde tomar las decisiones. Pero insisto, no hay otro camino que atender a lo que nos indican los datos para conocer de verdad lo que está pasando en una ciudad. Una persona o un grupo de personas no tienen capacidad para conocer esa realidad. Una red de sensores e incluso los móviles de los ciudadanos enviando datos nos dan una información muy precisa.

Contenedores de basura que avisan de su carga y del olor

–Su grupo de investigación no solo ofrece soluciones para la movilidad, también están estudiando la gestión de la recogida de residuos...

–Acabamos de entregar un proyecto al Ayuntamiento de Alicante para esa gestión inteligente de los residuos. Si un contenedor está medio vacío, ¿por qué hacer pasar por esa calle un camión?, con lo que supone de gasto, ruidos y contaminación? Con la empresa Acteco hemos desarrollado unos contenedores para el plástico capaces de compactar la carga, con lo que ahorran espacio y visitas de los camiones de recogida. Cuentan con un sensor, que ha fabricado una empresa de Murcia, que avisa del nivel de carga y envía una señal para que los conductores lo incluyan en su ruta.

–¿También puede mejorar la recogida de residuos orgánicos?

–Sí, porque en el contenedor podemos instalar un sensor de olores. Es un sensor que analiza los gases que hay dentro del contenedor. Es el caso, por ejemplo, de los que hay cerca de los restaurantes. Los restos de pescado huelen muy mal, así que, ¿por qué esperar a que esté lleno para retirarlo? Como en el caso anterior, en vez de programar la recogida en función de llenado, podemos hacerla en función del olor.

–¿Puede ayudar la inteligencia artificial en cuestiones de seguridad ciudadana?

–Nuestro grupo desarrolla el proyecto DataPol, junto con la empresa JUMA y la Policía Local de Fuengirola para predecir las incidencias de seguridad que se pueden producir en la ciudad y optimizar las rutas que siguen las patrullas policiales. A finales de año JUMA podrá contar con un prototipo completamente funcional que podría poner a disposición de otros ayuntamientos. En un futuro el proyecto podría llegar a una fase de predicción, de manera que se puedan conocer los lugares donde es más probable que sea necesaria la presencia policial.

–Estas técnicas de inteligencia artificial, ¿nos pueden ayudar también a tomar decisiones para evitar problemas?

–Con la inteligencia artificial podemos analizar lo que está pasando, lo que es probable que vaya a pasar e incluso predecir y prevenir. Por ejemplo, si se está formando un atasco y qué medidas se podrían tomar para evitarlo.

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–El siguiente paso sería que la inteligencia artificial tomara las decisiones de manera autónoma, ¿lo ve posible en un futuro cercano?

–Efectivamente, podría hacerlo sin problema. En ciudades de Alemania, Praga, San Francisco o Singapur los sistemas automatizados analizan lo que está pasando y te dicen qué se puede hacer. Lo que pasa es que de momento a las personas les gusta tener el control. Pero cuando estos sistemas automatizados lleven un tiempo trabajando y se compruebe que funcionan correctamente, podremos avanzar hacia esos sistemas autónomos de toma de decisiones.

–Recoger y procesar tantos datos requiere de un potente equipamiento tecnológico. ¿Utilizan el supercomputador Picasso de la UMA o cuentan con infraestructura propia?

–Hemos puesto en marcha el laboratorio Exaescalable de la UMA, uno de los equipamientos más punteros a nivel mundial. Hemos contado con un millón de euros de fondos FEDER para poner en marcha este laboratorio con tecnología DGX de Nvidia, que nos permite acelerar la velocidad de los procesos gracias a las GPU (tarjetas gráficas) y trabajar así con grandes cantidades de datos. Es un laboratorio que hemos puesto al servicio de investigadores y empresas por su gran potencial.

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–En la Escuela de Telecomunicación y en el PTA se está investigando en el coche autónomo, ¿cómo cree que puede influir en el tráfico del futuro?

–En una década las ciudades no se parecerán en nada a lo que conocemos ahora. Vamos a asistir a unos cambios notables. Y el coche autónomo va a cambiar la vida de las personas. El coche no va a estar parado nunca. Como va solo, puedo decirle que vaya a recoger a los niños al colegio. O que vaya al centro comercial y carguen la compra que hemos realizado por internet. Puedo utilizarlo yo o bien ponerme de acuerdo con un grupo de personas para usarlo de manera conjunta según nuestros horarios. Y cambiará la forma de pensar, ya no seremos propietarios de un vehículo, sino que lo compartiremos con otras personas. Por ejemplo, hay ya proyectos para que las autoescuelas pongan en uso sus vehículos cuando no los están utilizando con sus alumnos.

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