La bióloga de la UMA que descifra la «pandemia silenciosa» en personas con obesidad

Con 24 años, Teresa Martínez es natural de Linares. Con su trabajo de fin de grado, explica la joven, trata de encontrar un método alternativo para determinar la edad en peces, algo que tradicionalmente se ha hecho estudiando unas estructuras óseas ubicadas en el oído interno del organismo, los otolitos, y que presenta algunas desventajas. Estudios previos en Danio rerio o pez cebra habían identificado determinadas regiones dentro de la cadena de ADN que experimentan un cambio significativo en el grado de metilación durante el proceso de envejecimiento, por lo que «apoyándonos en ellos desarrollamos un método para cuantificar ese nivel de metilación y relacionarlo con la edad del individuo testado. De esta manera se conseguiría salvar la principal desventaja que supone la determinación de la edad por medio de los otolitos: el sacrificio del pez. Utilizando ADN de la aleta caudal tan sólo es necesario tomar una pequeña muestra de tejido, que acaba regenerándose a los pocos días.

El modelo que obtuvimos «muestra unos resultados muy prometedores, pero por supuesto precisa de una mayor investigación», precisa. Después de terminar la carrera estuvo haciendo prácticas en el Centro de Investigación Medioambiental (UFZ) en Leipzig (Alemania), donde he seguido trabajando con Danio rerio hasta ahora, que vuelve a España para estudiar el máster en biología marina en la universidad de Santiago de Compostela.

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Andrea Erdociaín realizó su trabajo fin de grado en Biología titulado 'Estudio comparativo de la microbiota intestinal en diferentes modelos con obesidad y su posible implicación en el tejido adiposo'. La joven explica que el trabajo, que ha sido reconocido con el accésit al quinto puesto, ha consistido en analizar la microbiota intestinal de diferentes grupos de pacientes con obesidad para «poder crear un perfil de los microorganismos presentes y ver qué diferencias había para poder tratar esta enfermedad, considerada como la pandemia silenciosa del siglo XXI». Para ello se utilizó técnicas de secuenciación y un posterior análisis bioinformático.

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El premio supone para la joven bióloga «un reconocimiento al trabajo que realicé durante los últimos meses del grado en Biología en el que puse mucho esfuerzo y dedicación». Este trabajo «no hubiera sido posible sin mi tutora Isabel Moreno Indias que confío en mí desde el primer momento y que me ha hecho ver que la carrera investigadora es la más bonita que hay».

Con 26 años y natural de Ejea de los Caballeros (Zaragoza), Andrea ha realizado también en la UMA el máster de Biotecnología Avanzada y va a comenzar el doctorado en el departamento de Química Analítica de la Universidad de Granada.

Estos galardones buscan fomentar y premiar la excelencia académica de los estudiantes de Biología en Andalucía, dándoles reconocimiento y visibilidad como nuevos profesionales que se integran al tejido empresarial. En total se han concedido tres premios y siete menciones de accésit para los puertos del cuarto al décimo. El tribunal ha valorado tanto la calificación académica como la calidad científica, además de su presentación, utilidad, originalidad y grado de innovación.