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En 2016 asumió la dirección de la Fundación General de la UMA, que un año después dejó de ser una entidad privada para convertirse en ... medio propio de la Universidad de Málaga, que dotó de mayores garantías y transparencia a una institución que ahora cumplirá sus primeros 25 años de existencia. La pandemia obligó a presentar un ERTE para la mayor parte de su plantilla, que en su mayoría ha vuelto ya a sus puestos de trabajo. Una de las actividades más conocidas de la Fundación, los cursos de verano, se desarrollaron este paso mes de julio, con gran éxito de asistencia y, por primera vez, gratuitos.
–La Fundación General de la UMA va a cumplir 25 años, ¿qué balance puede hacer de esta trayectoria?
–El balance es muy positivo, la FGUMA ha tenido una evolución muy ascendente, en la que ha influido notablemente el cambio de régimen jurídico y la definición de sus objetivos. En este momento es una estructura importante en el funcionamiento de la Universidad de Málaga, y un motor de primer orden en la vida cultural, formativa e investigadora de toda la provincia de Málaga. Si alguien tiene la curiosidad de consultar nuestra página web fguma.es comprobará que la FGUMA realiza un amplio abanico de actividades; desde la producción de radiofármacos e investigaciones médicas, a la gestión del Centro de Estudios Iberoamericanos, pasando por Centro Internacional de Español, Centro de Traducción e Interpretación, idiomas, formación específica, cursos estacionales, artes escénicas, patrimonio, 'Welcome UMA', acreditaciones, premios, eventos culturales, colaboración con instituciones públicas y privadas y una larga lista a la que en breve se unirá la Formación Profesional.
–Imagino que preparan una celebración, con permiso del Covid-19... ¿qué actividades van a organizar?
–En efecto, la pandemia ha limitado un programa más ambicioso de celebraciones, y hemos tenido que optar por realizar un número concreto de actividades, pero significativas. Algunas de ellas se han realizado en los Cursos de Verano, con conferencias magistrales en todas sus sedes y con un nuevo formato de encuentros que hemos llevado a cabo en el Museo Picasso. Con motivo de nuestro aniversario este año también hemos creado dos proyectos culturales, Escénicas (y +) y Patrimonio Vivo Málaga, que han tenido muy buena acogida. Además, tendremos un acto institucional central en el mes septiembre, algunos conciertos y organizaremos en diciembre un acto solidario con Cruz Roja, así como unas jornadas se puertas abiertas de la FGUMA. Todo ello condicionado en cada momento por la situación sanitaria.
–¿Por qué cree que se hace necesaria esta estructura, por así decirlo, paralela a la propia UMA?
–La Fundación no es una estructura paralela a la universidad, ni mucho menos. Es una estructura complementaria e instrumental, que intenta colaborar en la consecución de los objetivos encomendados a la universidad pública. Ello significa que la Fundación no tiene realmente objetivos propios, sino que responde de manera principal a los asignados legal y estatutariamente a la universidad. De hecho, todas las administraciones públicas tienen entes instrumentales que, sometidos al Derecho público o al Derecho privado, intentan hacer más eficiente y eficaz la gestión pública. La figura jurídica de las fundaciones existe en casi todas las universidades europeas y norteamericanas, que las utilizan como instrumentos de gestión e impulso de las actividades no regladas, principalmente.
–En 2017 se aprobó que la Fundación dejara de ser una entidad privada, como había sido desde su constitución, y pasó a tener el régimen jurídico de 'medio propio personificado', ¿qué ha supuesto este cambio?
–Este cambio era una necesidad y una obligación jurídica, impuesta por la normativa de contratos del sector público, al que se han tenido que someter casi todas las fundaciones de las universidades públicas. Ha implicado una mayor complejidad en nuestros procedimientos, pero ha impuesto mayores garantías, transparencia y calidad en el funcionamiento de la Fundación.
–Usted empezó a dirigir la FGUMA como entidad privada, y sigue con el nuevo modelo, ¿cuál prefiere?, ¿tenía ventajas como privada?, ¿prefiere el nuevo modelo?
–Sin duda prefiero el actual, combina cierta flexibilidad que nos otorga el ser una entidad de derecho privado, con las garantías de ser parte del sector público. Es verdad que nuestro funcionamiento es más complejo, pero ello nos ha permitido ampliar de manera considerable las actividades que podemos realizar y los objetivos que podemos conseguir.
–La Fundación General presentó un ERTE para 76 de sus 117 trabajadores por la pandemia, ¿cómo está la situación en materia de empleo?
–Esta es una Fundación con un número elevado de actividades. De hecho, es una de las fundaciones universitarias de mayor magnitud de nuestro país en presupuesto, actividades y, por tanto, número de empleados. Ello implica que un número importante de profesionales se vieron afectados con la pandemia, como ocurrió en otras tantas entidades. En este momento, y gracias a un gran esfuerzo por parte de todos, tenemos solo a 15 trabajadores en ERTE, básicamente son los profesores vinculados al Centro Internacional de Español, y esperamos que con el nuevo escenario de movilidad internacional de los estudiantes estos empleados se puedan incorporar pronto a sus puestos de trabajo.
–La pandemia les afectó de lleno, sin cursos de primavera o verano, sin alumnos extranjeros, sin exámenes de acreditación ... ¿qué desajuste económico les ha provocado?
–La verdad es que la capacidad de reacción de la FGUMA –también de la UMA en su conjunto– fue muy alta, y logramos poner en funcionamiento con un formato 'on line' casi la totalidad de las actividades de la Fundación, incluido idiomas y exámenes de acreditación. Solo en el caso del CIE (Centro Internacional de Español) no pudimos reponer la actividad por razones evidentes. Ello significa que nuestro desajuste económico se ha producido –como en la mayoría de entidades públicas o privadas–, pero en términos muy inferiores a los que inicialmente se pudiera pensar. En este sentido fue importante también la intervención del rector y dirección de la UMA para que la situación se pudiera recomponer cuanto antes.
–Al menos en un par de ocasiones han tenido que retirar cursos propuestos por la polémica que se generó, uno sobre terapias alternativas y otro más reciente sobre ciberdelincuencia. ¿Entiende estas polémicas?
–Creo que no se deberían retirar cursos ni propuestas, ya que la universidad pública constituye una plataforma de libertad de pensamiento y expresión. No obstante, si en algún caso es necesario corregir o plantear las propuestas de otra manera, estamos dispuesto a ello. Piense que la FGUMA realiza cerca de 300 cursos anuales y siempre van a existir controversias y debates sobre el planteamiento o contenidos de alguno de ellos.
–Este año han decidido que los cursos de verano sean gratuitos, ¿seguirá así en próximas ediciones?
–Este año nos parecía adecuado facilitar a todos los ciudadanos la posibilidad de asistir de manera gratuita a los cursos de verano. El curso próximo tendremos que volver a plantear la cuestión a los patronos de la Fundación y a los municipios implicados. Ya veremos la situación cómo se plantea.
–¿Se plantean ampliarlos a más sedes?
–La ampliación de sedes no está prevista. No obstante, fomentamos la implicación de todos los municipios posibles de la provincia a través de un formato denominado 'UMA en la provincia' del que ya forman parte Alhaurín de la Torre, Antequera, Archidona, Benalmádena, Casares, Coín, Estepona, Manilva, Mijas, Rincón de la Victoria y Torremolinos.
–¿Cómo se financia la FGUMA?
–Básicamente con ingresos de la Universidad de Málaga que provienen de las 'encomiendas de gestión' o 'encargos', tal como establece la normativa de contratos del sector público. A ello hay que unir otros ingresos por matrículas, realización de actividades o convenios. Las cuentas están aprobadas por el patronato de la Fundación, el Consejo de Gobierno de la Universidad y el Consejo Social. Importante recordar que somos una entidad sin ánimo de lucro.
–Y, ¿han sacado alguna enseñanza de esta situación tan excepcional?
–Sin duda, creo que muchas enseñanzas. Pero destacaría, en primer lugar, que gran parte de las actividades culturales, docentes o formativas deben de tener siempre un doble formato: presencial y en línea. Además, que son importantes las alianzas con otras entidades públicas o privadas, crear una buena y estable red de relaciones te permite superar mejor estas situaciones.
–¿Qué futuro le espera a la Fundación? ¿Y a la Universidad en general?
–Creo que el futuro de la Fundación es ilusionante, porque lo es el de universidad pública. Ésta tiene encomendado la gestión de un servicio público que es esencial para la igualdad y el desarrollo, a través de la formación, la investigación, la transferencia, el emprendimiento y, en general, el desarrollo del país. Es impensable el progreso estable de nuestro país, nuestra comunidad autónoma o nuestra provincia sin una universidad pública sólida y bien financiada. Ello no implica, por supuesto, dejar de introducir importantes cambios, la supresión de viejos mecanismos y la definición de nuevos objetivos, pero el futuro sin duda es muy ilusionante.
–La llegada de universidades privadas, ¿les puede afectar en cuanto a patrocinadores y colaboradores, que son una de sus fuentes de financiación?
–En absoluto. Como le he indicado, nuestra financiación principal viene de la Universidad, y no contemplo un escenario de competencia excluyente con las universidades privadas, más bien al contrario. Cada una se dedicará a cumplir sus objetivos –los nuestros son los del servicio público– y a colaborar en aquello que podamos hacer.
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