Juan José Hinojosa, en una de las terrazas de la Facultad de Derecho, de la que es decano, asomado al bulevar del campus de Teatinos. Salvador Salas
Juan José Hinojosa, candidato a rector de la UMA

«El apoyo político a una determinada candidatura no ha dado resultados»

Decano de la Facultad de Derecho, se presenta como el candidato de la renovación y como una opción a elegir, porque «el Rectorado no se hereda»

Martes, 28 de noviembre 2023, 00:04

Con 64 años recién cumplidos, Juan José Hinojosa Torralvo se define como el candidato «del cambio» y el único que no ha tenido responsabilidades en equipos de gobiernos anteriores. Casado, con dos hijas (de 35 y 23 años, ambas juristas), estudió en el Seminario y ... en el instituto de Martiricos. Se marchó a Granada a cursar la carrera y antes de regresar a Málaga fue catedrático en la Universidad de Almería.

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–¿Por qué se presenta a las elecciones a rector de la UMA?

–Tengo convicciones personales y principios que me han movido a dar este paso. Estoy convencido de que la UMA está en una coyuntura en la que se necesita un cambio porque tenemos por delante retos importantísimos, como son el desarrollo estatutario o hacer frente a las dificultades económicas. Hay muchas cuestiones que no se han abordado en los años anteriores, como la reestructuración orgánica y administrativa, la renovación de la oferta académica o planes acerca de nuestras relaciones con la sociedad o nuestra posición a nivel internacional.

–Usted insiste en su campaña en que es un candidato sin responsabilidades en equipos de gobierno anteriores, ¿por qué?

–Encontramos que tres colegas han formado parte de equipos de gobierno anteriores y pienso que hay que ofrecer una alternativa, ante los retos y oportunidades que tenemos por delante estaría bien que una persona diferente a las que han estado en tareas de gobierno asuma esa responsabilidad. Mi candidatura es una opción alternativa. Y hay también una cuestión de principios: desde 1984 los rectores han sido antes vicerrectores, y esto introduce unas dinámicas que terminan entorpeciendo el desarrollo normal del trabajo.

–Hay quien puede entender esa experiencia previa como una garantía a la hora de la gestión...

–Yo no estoy discutiendo que aleguen su experiencia. Yo también conozco la universidad, estoy en el consejo de gobierno, me relaciono con todos los vicerrectorados, decanos y directores de escuelas. Por otro lado, ¿dónde está escrito que para ser rector haya que haber sido antes vicerrector?; no llego a entender qué plus de valor tiene el haber sido vicerrector. No digo que un vicerrector no pueda ser rector, faltaría más. Pero la acumulación de gobiernos de esa índole terminan entorpeciendo y deteriorando a la institución y cerrando puertas al necesario cambio porque el Rectorado no es hereditario.

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–La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario ha limitado a seis los años de mandato de los rectores. ¿Está de acuerdo? ¿Cree que es tiempo suficiente para hacer realidad su proyecto?

–Estoy totalmente de acuerdo con la limitación a un mandato de seis años. Uno de los efectos indeseables del anterior modelo es que los rectores estaban preocupados por su reelección, algo que ahora no sucederá. ¿Que sean suficientes? A veces puede que sí, en otros caso, sobrarán.

–¿Podría hacer un balance de la gestión de José Ángel Narváez?

–Creo que ha sido positivo porque ha sabido hacer frente a dos retos importantísimos. El primero, la reforma estatutaria, que se realizó mediante un procedimiento abierto y participativo. Y después condujo la crisis del Covid de un modo muy correcto. Y, por el respeto que me merece y siendo candidato, no entro en otras consideraciones críticas.

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–¿Cuáles son, en su opinión, las fortalezas y debilidades de la UMA?

–La UMA es una gran universidad. Cuenta con unos ámbitos de conocimiento muy sobresalientes y punteros, fundamentalmente en las tecnologías y ciencias experimentales y con grupos que están teniendo un gran empuje en Medicina o Ciencias de la Salud. Otra gran fortaleza de la UMA es el entorno social en el que se encuentra, que tenemos que aprovechar mejor. Y diría también que contamos con una comunidad universitaria muy vocacional. Además, tenemos unas infraestructuras en muchos casos admirables. Una de las debilidades que le encuentro es la falta de espacios de convivencia, con dos campus, El Ejido y Teatinos, aunque este realmente son dos por la lejanía de la ampliación. Hay que crear espacios para la convivencia con instrumentos que la hagan posible, como centros específicos para los alumnos. También tenemos una oferta académica que necesita renovarse.

«Dónde está escrito que para ser rector antes haya que haber sido vicerrector?»

–Cada año miles de alumnos malagueños se quedan sin plaza en la UMA, con una oferta de nuevo ingreso, que se mantiene estancada en torno a los 7.400 estudiantes. ¿Es partidario de ampliar esta oferta?

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–La sociedad va creciendo y nuestra universidad es demandada, por lo que evidentemente tenemos que dar respuesta a esas peticiones. Ahora bien, debemos trabajar para hacer una oferta de titulaciones de grado y posgrado más adecuada. En tercer lugar, en la UMA faltan titulaciones que nunca se han ofertado y que en alguna ocasión se solicitaron.

–Como catedrático de Derecho Financiero, ¿qué análisis realiza de la situación económica de la UMA?

–Ante las noticias aparecidas, en primer lugar no hay que ser alarmista y, en segundo, no hay que hacer especulaciones, que nos llevan primero a la confusión y después al error. El equipo de gobierno debería dar una explicación detallada de por qué se ha llegado a esta situación. Es cierto que había un problema coyuntural sobre falta de liquidez, que se ha resuelto haciendo trasvase de créditos de unas partidas a otras. Otro tema es el de inversiones en infraestructuras y el problema generado por la detracción de los remanentes de tesorería para el fondo Covid y que la Junta no ha devuelto. Con un presupuesto ordinario no vamos a poder hacer frente a ese déficit. Tenemos argumentos de peso para exigir a la Junta de Andalucía que haya una dotación extraordinaria para infraestructuras.

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–¿Teme que se politice la campaña, que la grave fractura social que se vive en la sociedad llegue al ámbito académico?

–No conozco ninguna campaña en la que no se introduzca el matiz político. Lo que no sé es si esto se hace desde dentro de la universidad o lo introducen desde fuera los partidos políticos. Otra cuestión es la opción política de cada uno, pues como ciudadanos vivimos la política. Pero hay que tener en cuenta que, hasta ahora, en la universidad el soporte político detrás de una candidatura no ha dado resultados. Ahora bien, lo que sí veo de mis colegas candidatos es que han comenzado una precampaña con mucha antelación, como si la universidad fuera un escenario político. Francamente, considero que la universidad estaba lo suficientemente tranquila como para haber empezado la campaña tras el verano, que es exactamente lo que he hecho yo.

–Usted está haciendo una campaña más sosegada, sin los grandes actos de sus competidores, ¿por qué?

–Precisamente consecuencia de lo que le comentaba, se han hecho actos de presentación que parecen espejo de lo que hacen los partidos en campaña electoral, de una manifestación pública de las propias fuerzas. Creo que la universidad debe regirse por otros procedimientos, respetando por supuesto lo que hagan otros compañeros.

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