El extraño, pero seguro viaje de Nzosa hacia la NBA
QUINTO CUARTO ·
Su candidatura al Draft de la Liga estadounidense ha sorprendido a los ojeadores de las franquicias que lo han seguido estos meses, pues casi no jugó en el Unicaja; ninguno duda de su potencial
Yannick Nzosa tiene muchas posibilidades de acabar jugando en la NBA, pero habrá que ver cuándo llega ese momento. Su decisión de declararse elegible para el Draft de la mejor liga del mundo es un paso más hacia la meta final de ese camino ... que empezó hace sólo unos años en las calles de Kinsasa cuando jugaba al fútbol como portero... Con las condiciones físicas y técnicas de un privilegiado, el joven jugador del Unicaja ha vivido en una montaña rusa desde que la temporada pasada debutó en la Liga Endesa y provocó un terremoto para romper todos los topes históricos de un jugador de su edad, pues tenía todavía 17 años.
Lo que ha venido después ha roto ese guion que parecía perfecto para acabar entre los elegidos del baloncesto. La pandemia, su primer contrato profesional, una lesión interminable, un equipo en mala dinámica, un club con muchos problemas, un exceso de presión y los altibajos emocionales de un adolescente han provocado que lo que era un desembarco en la NBA como estrella, ahora sea un mar de dudas.
Durante muchos meses, la evolución de Nzosa ha sido monitorizada al detalle por una legión de ojeadores que han ido desfilando por el Palacio de los Deportes y por otras canchas de la Liga Endesa para verlo en acción. Durante estos días, SUR ha ido pulsando la opinión de algunos de ellos para ver cuáles son las perspectivas del pívot cajista cara al Draft que se celebrará el 23 de junio en Nueva York. Todos, algunos llegados directamente desde Estados Unidos, lo han visto jugar, pero ninguno puede hablar sobre él. Las normas de la NBA y los contratos que tienen firmados con sus respectivas franquicias se lo impiden e incluso se arriesgan a sanciones. Esto no quita para que sí puedan mantener una conversación 'off the record' con el periodista.
Lo primero que reconocen es la sorpresa por la decisión de Yannick Nzosa y de sus agentes de que declararse elegible. Las previsiones para el jugador no son buenas. Ahora ocupa un puesto entre el 45 y el 50 en la segunda ronda, muy bajo teniendo en cuenta que llegó a ser el número 4, algo que le habría garantizado un contrato millonario y le habría resuelto la vida a él y a toda su familia. «Las decisiones que se toman en Estados Unidos a veces no se entienden aquí, pero si su agencia para la NBA ha dado el paso, es que lo considera oportuno y quizá tiene algo hablado...», indica a SUR uno de estos ojeadores. Conviene aclarar que Nzosa tiene hasta el 1 de junio para retirar su nombre del Draft y esperar así a próximas ediciones a la espera de que sus condiciones mejoren.
Todos los ojeadores consultados coinciden en el estancamiento del jugador. «Suele ocurrir con jugadores jóvenes en grandes equipos. Surgió en un momento de necesidad, pero luego los intereses de los entrenadores, que buscan resultados, y de los propios clubes, que buscan la seguridad de jugadores experimentados, acaban por imponerse», apunta otro. También ha extrañado que Nzosa no jugase ningún torneo de formación y tampoco con el equipo de la Liga EBA. «Nosotros lo que queremos es verlo jugar. Sea donde sea. En EBA, LEB Plata o ACB, porque así podremos comprobar sus cualidades y extrapolarlas con otros jóvenes de su edad», apostilla uno de estos 'scouts'.
A Nzosa se le ve triste. Es algo que llama la atención en comparación con esa energía que desprendía la temporada pasada«
Y lo cierto es que ante la falta de minutos ha sido complicado ver a Nzosa en la pista. Salvo al comienzo de la temporada, luego se ha perdido al final de la rotación del Unicaja. La situación era tan atípica que los ojeadores de las franquicias de la NBA, algunos llegados desde Estados Unidos, acudían al Palacio sólo para verlo calentar antes de los partidos, porque sabían que ya no jugaría. Querían ver cómo se desplazaba, su capacidad de salto, envergadura, mecánica de tiro... Detalles que, aunque fuera en esa situación tan extraña, les valían para hacerse una idea. «Nos interesa todo» -comenta otro ojeador. «Cómo es su alimentación, sus hábitos, la familia, los estudios... A Nzosa se le ve triste. Es algo que llama la atención en comparación con esa energía que desprendía la temporada pasada», comenta la misma persona. Esto último es entendible en el contexto de la temporada tan complicada que ha vivido con el Unicaja, que sabía que lo estaba pasando mal y le dio aquella gran sorpresa de la visita de su madre, a la que hacía año y medio que no veía por culpa de la pandemia. Nzosa pasó el confinamiento en un piso del Unicaja junto a otros dos canteranos.
Normalmente, el Unicaja sitúa a estos profesionales en un lateral del palco en la zona de tribuna, pero han sido varios los casos en los que estos compraron entradas más cerca e incluso a pie de pista para poder seguir más de cerca las evoluciones de Nzosa. Todo esto porque verlo en los entrenamientos no ha sido posible. «En alguna ocasión hemos sido varios los que les hemos pedido al Unicaja poder acudir a los entrenamientos, pero el club no lo ha permitido. No es algo excepcional y otros clubes hacen lo mismo». La explicación a esta decisión ha estado en la postura del club malagueño de proteger al joven jugador de todo el 'ruido' sobre su futuro. «Por cierto, ¿sabes que envergadura tiene?», pregunta en medio de la conversación uno de los ojeadores...
En lo que sí hay consenso es en el potencial de Nzosa. «No estaba tan arriba en las previsiones por casualidad. Tiene 18 años y todos le hemos visto hacer cosas fantásticas. Si hubiese jugado quince minutos con regularidad, perfectamente se habría mantenido entre los quince mejores del mundo, pero ahora es una incógnita qué pasará», explica el representante de una franquicia de la NBA, que reconoce que ya le han pedido un nuevo informe sobre el pívot del Unicaja tras conocerse que se declaraba elegible para el Draft.
El próximo mes y medio será clave para saber qué sucede con Nzosa. En juego hay mucho dinero y el futuro de un chaval de 18 años que asimila como puede todo lo que está sucediendo. Si el Unicaja le da luz verde para participar en los entrenamientos del Draft Combine, quizá pueda mejorar su situación cara a la posterior elección, porque allí estarán los técnicos de todas las franquicias de la NBA. Hasta entonces le toca echar el resto con el Unicaja para acabar lo mejor posible una temporada que nunca olvidará.
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