Will Thomas regresó a donde fue feliz, como manda el dicho. El de Baltimore fue homenajeado como una auténtica leyenda por el Unicaja en la previa del partido contra el Barcelona, que salió parqué del Carpena poco menos de diez minutos del arranque del encuentro ... y se llevó una sentida ovación por la que ha sido su parroquia durante cuatro temporadas. Fue un recibimiento a la altura de lo que demostró cuando aún vestía esta camiseta.
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Decidió colgar las botas cuando terminó el pasado curso. Sus números hablan por sí solos de su legado: es el tercer extranjero con más partidos disputados en la historia del club (248) y doble campeón con el Unicaja, de la Copa del Rey (2023) y de la Champions (2024). El Carpena lo recibió de pie y cantando su nombre al unísono. «Will, Will Will», se escuchaba desde las butacas.
El jugador miraba a la grada emocionado, con las manos en el pecho y un evidente semblante de emoción. El club le regaló una camiseta, la de esta temporada, con el dorsal '248', el número de encuentros en los que defendió este escudo. Al final, la plantilla cajista se fotografió con él para inmortalizar el momento, al que también se quiso unir Darío Brizuela, compañero suyo hace dos cursos.
Más allá, el estadounidense estuvo cerca de dos horas firmando autógrafos y fotografiándose con los aficionados en los aledaños del Carpena, evidenciando un compromiso y un amor recíproco con unos colores y un sentimiento que hoy volvió a vivir de cerca.
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