El Unicaja cerró el año con un triunfo poco vistoso ante el Río Breogán. No estuvo fresco de piernas ni ideas el conjunto malagueño, pero ganó, que es lo que importa. Superó a un rival combativo que tuvo sus opciones al final por la relajación cajista.
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El acierto exterior en el tercer cuarto fue el factor clave para desnivelar un encuentro igualado. Seis canastas de tres, las cuatro últimas seguidas, permitieron una renta suficiente pese a los nervios del final.
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