Los veteranos del Unicaja arrasan en el Europeo de Maxibasket

Cuando el canterano compite en su etapa de formación la grada se llena de padres y abuelos. Este sábado por la mañana eran hijos y hasta nietos los que poblaban las del Pabellón de Los Guindos, la cuna del Club Baloncesto Málaga, para ver a los mayores. Nunca mejor dicho. Había mucha expectación por seguir las evoluciones del equipo +60 que presentó el Unicaja, porque para todos sus integrantes se trataba de revivir sensaciones de jugador profesional de baloncesto casi tres décadas después. Hasta para su entrenador, José María Martín Urbano, otra institución del baloncesto malagueño. «Estoy muy ilusionado, porque veo la enorme motivación que tienen. He tenido incluso a algunos de júnior. Esto no es una pachanguita, los he entrenado de verdad», aclaró a este periódico. «Tenemos preparadas tácticamente respuestas a todo tipo de defensas», añade, y su comportamiento en pista durante el primer partido se asemejó a la competición profesional. En un banquillo, el local, dos filas de jugadores (completaron el cupo de doce, más los tres descartes), además de su ayudante, José Manuel Romero; el delegado, José Antonio Aranda y el fisioterapeuta Manolo Cabrera, que lo fuera en su momento del primer Caja de Ronda.

Un elenco de jugadores que estuvieron en el CD Málaga, el CD El Palo, San Estanislao, Maristas, Miraflores o el Caja de Ronda saltaron a la pista. Pura historia del baloncesto local. Era el inicio del cuadro de los +60 en el Europeo, con 23 equipos. En realidad este, salvo tres excepciones, podía haber estado en el +65, con José Nogales (jefe de los servicios médicos del Unicaja), los hermanos Alberto y Juan Luis Ballesta (el mayor de todos, con 69 'tacos'), Ángel Martín de Soto, Javi Vallejo, Armando Nougués, Santi Santamaría, Leo Garrido, Paco García, Gerri Herranz, José Herrero, Salvador Gallar, Rafa Pozo, Carlos Cabezas y Luiso Díaz.

Comenzaron 19 los entrenamientos a primeros de mayo (dos sesiones semanales, a las nueve de la noche, para compatibilizarlo con la actividad de un grupo plagado de médicos y abogados), pero cuatro de ellos cayeron lesionados o se quedaron en el camino: Víctor Campos, Paco Mayo, Manolo Vaca y Martín Granados. Juan Luis Ballesta jugó con un ojo morado, fruto de un golpe los días previos en una sesión, y Gallar sufrió ayer un pinchazo. También acabó renqueante de una rodilla Nogales, uno de los mejores de su equipo, que al ser traumatólogo se puede autodiagnosticar.

Para todos fue crucial que Martín Urbano mantuviera la tensión desde el banquillo con su seriedad y rigor habituales y sus gritos desde la banda. El Unicaja +60 fue muy superior a su rival, con parciales de 15-6, 34-14, 47-28 y 58-35 al final. Acusó en la segunda parte la marcha de Gallar, y hasta que Martín Urbano no lo vio claro, con una renta de veinte puntos, no empezó a administrar esfuerzos en las rotaciones. Gran parte del morbo estuvo en ver a Carlos Cabezas (padre). Aunque desde +50 los equipos disponen de 10 segundos para pasar la media cancha y el reloj de 24 se pone en marcha una vez pasada esta, su físico le da lo justo para pasar de lado a lado y defender, pero clavó con su peculiar mecánica de tiro dos triples (uno se lo otorgaron dedos por estar pisando la línea), los únicos que se vieron en el partido, y fue uno de los centros de atención, con su hijo disfrutando desde la grada, sentado junto al presidente del club, Antonio Jesús López Nieto.

Pozo, con 11 puntos, y Nogales y Martín, con 8, fueron los sostenes en la anotación. El Unicaja +60 parte como claro candidato al título. Incluido en un grupo de tres, en el que también está el BPS, de la República Checa (rival hoy, a las 13.00 horas), se clasifican dos para octavos de final. No le fue peor al +50, en el que destacaronn Jesús Lázaro (ahora al frente del femenino sénior del club y con 15 puntos este sábado), Jesús Peña e Iván Uroz (entrenador del Asisa Alhaurín). Superaron justo después (69-52) al Master Pegaso Italia, en una categoría con veintiún equipos.

También resultó interesante ver a los +35, sin Fran Vázquez ni Herrmann, que sonaron en un principio para el equipo, pero con Carlos Cabezas, Juan Vasco, José Rojas, Javi Merás, Jesús Pineda, Ismael Torres, Leandro Ruiz (baja ayer por una microrrotura), Francis Robles o José Carlos Gaspar, entre otros. Y con Pedro Ramírez al frente. «(Desde el Unicaja) no había vuelto a coger el silbato de entrenador. Es un reencuentro bonito, con gente con mucha ilusión y disciplina. Hay jugadores con un amor al baloncesto incuestionable y ha habido que frenarlos un poco para no incurrir en riesgos», reconoció a este periódico, en un grupo de trabajo con Francis Tome, Ignacio Almáchar, Guillermo Ramírez (su hijo), Antonio Morón y Ale Ballesteros.

«Tenemos claro que tenemos dos objetivos. El primero es que se se diviertan y jueguen todos, pero somos conscientes de que como disfrutan es ganando o intentando ganar», añade Ramírez. A fe que lo hizo el equipo ayer (96-51, con 19 puntos de Merás y 16 de Cabezas) ante el Esplavar esloveno. Su categoría es una de las más reducidas, con seis equipos, uno también local, el Guayotas Ibéricos. El otro inscrito malagueño, en +40, está ligado al Salliver, el Mijas Unión Basket Cris Martia.

Los 2.700 jugadores que pueblan hoteles de la ciudad durante dos semanas participaron ayer en un desfile de presentación en el Ciudad de Málaga. En los partidos es posible también obtener productos de mercadotecnia del torneo.