Unicaja: un vestuario señalado

Pedía en la víspera del choque Fotis Katsikaris un paso adelante de algunos jugadores, pero no lo hubo. Trató el técnico griego de rejonear a los suyos para meter algo de presión en un intento de hacerles reaccionar. Katsikaris está en el día a día y cuando actuó así es porque vio algo que no le gustaba. Estaba en lo cierto el entrenador del Unicaja, porque lo que se vio el sábado fue impropio de jugadores de élite; al menos de un club como el malagueño, por muy grande que sea la crisis por la que atraviesa.

Este Unicaja es un equipo roto por muchos sitios. El boquete que dejó Casimiro fue grande, porque suyas fueron las decisiones que están detrás de algunos problemas. Las deficiencias en las construcción del equipo son evidentes, pero se han puesto parches. Han llegado jugadores e incluso se relevó al manchego ante el desplome de la recta final del año pasado y el comienzo de este, pero nada ha servido.

El problema persiste. Katsikaris no identifica una falta de actitud, aunque desde fuera lo parece, y considera que es una cuestión mental. Lo único cierto es que el técnico tiene a sus mandos la que es la quinta plantilla mejor pagada de la Liga Endesa y está muy lejos de ese nivel en cuanto a prestaciones.

Es evidente que el equipo, además de estar mal estructurado, también adolece de referentes de liderazgo. Las mejores plantillas del Unicaja tuvieron uno o varios 'puntos de anclaje' dentro y fuera de la pista. Jugadores que aglutinaban a su alrededor a los demás en momentos complicados y de tensión y que, además, daban la cara en la pista, bien con puntos o actitud. Ese hombre podría ser Suárez, pero el madrileño lleva dos años con muchos problemas físicos y eso le ha sacado en demasiadas ocasiones del día a día. También Alberto Díaz podría serlo, pero su caso es parecido al de su compañero y su físico está cogido con pinzas esta temporada, como el de Mekel, otro hombre clave que casi no ha jugado esta campaña. Ni Fernández ni Brizuela dan ese perfil porque lo suyo es otra cosa, anotar. Y no hay ejemplos válidos entre los extranjeros, por mucho que jugadores como Waczynski, que lleva cinco campañas en Málaga, sea capitán en su selección. Y qué decir de Deon Thompson...

En los equipos con un núcleo importante de jugadores nacionales, como es el caso del Unicaja, suele haber una mayor identidad de grupo por aquello de que conocen mejor la Liga, saben lo que representa el club y algunos tópicos más que en una situación como la que vive el Unicaja se desmontan por sí solos...

Si se repasan las plantillas de la mayoría de los equipos se encuentran ejemplos claros de ese perfil de liderazgo que se echa en falta. Debe tomar buena nota el Unicaja de la situación actual cara al futuro, para encontrar ese tipo de jugador que ahora no tiene. No todos los componentes de una plantilla pueden ser 'jugones', también hacen falta currantes.

Esta ausencia de liderazgo de un equipo blando física y mentalmente se ha juntado con la peor crisis institucional que vive el club en su historia. Aunque los jugadores dicen que se aíslan y que se centran en lo deportivo, es una gran mentira porque están muy pendientes de las noticias sobre un club que lleva ya un mes sin presidente y que económicamente tiene un futuro incierto. A pesar de que la situación es comprometida, son ellos los que deberían dar un paso al frente, aquel que demandaba Katsikaris el viernes, pero no lo están haciendo. La falta de respeto al club y al aficionado del Unicaja es enorme, y eso que son unos privilegiados en tiempos crisis.