El Valencia, más equipo

Después del descanso, ambos equipos volvieron a la estructura habitual de dos hombres altos, pero el Valencia no cedía. Katsikaris volvió a emplear la opción de Brizuela, aunque para compensar atrás tuvo que sentar a Cole y meter a Díaz. Parche tras parche de los locales, la ventaja visitante, con amplio dominio del rebote, no se reducía. Por su a caso, para terminar el tercer cuarto, Peñarroya volvió a poner tres pívots juntos, mientras el Unicaja se lo jugaba todo desde la línea exterior. Ya en el último cuarto, la superioridad valenciana era evidente, porque los visitantes formaban un conjunto con una idea muy definida de juego, que terminaba las posesiones con tiros muy cómodos. En el Unicaja el lanzamiento era siempre de mucho riesgo y bajo porcentaje. A pesar de ello, el cuadro valenciano volvió a poner en evidencia su inseguridad y con una acumulación de errores que nos recordaron aquella Eurocup de 2017, le permitió a los aficionados locales soñar con la repetición de aquella carambola. A partir de ahora, empieza otro ciclo en el que se debe entrar con el objetivo de recuperar público en el Palacio y sin dejarnos engañar por la fallida reacción final de ayer.