Un triunfo más para la tranquilidad

Para estar a salvo el Unicaja precisa al menos de una victoria más, con la que alcanzaría las once. Históricamente esta es una cifra suficiente. Hay contados casos de equipos que perdieron la categoría incluso con un triunfo más, pero en la última década ha bastado con diez e incluso con nueve para esquivar el descenso. Conviene apuntar que, pese a tratarse de una de las grandes anomalías del baloncesto español, fue frecuente que los equipos que acabaron en puestos de descenso al final no acabaron en la LEB porque los que debían ascender no pudieron cumplir con los exigentes requisitos económicos para participar en la máxima categoría. Los recientes acuerdos entre la Federación Española y la ACB redujeron el canon y ahora el descenso sí es una amenaza real.

De este modo, desde 2012 ninguno de los equipos que acabó último o penúltimo alcanzó las once victorias. En la 2018-2019, el Gipuzkoa llegó a diez. El único precedente que rompe la regla lo protagonizó el Estudiantes, que en la campaña 2011-2012 acabó en descenso con 11 partidos ganados. Como el Tenerife, que ascendía de la LEB Oro, no pudo cumplir con el canon, el cuadro estudiantil mantuvo la categoría.

Con nueve jornadas por delante hasta el final de la temporada, un triunfo más daría al Unicaja tres de ventaja sobre la zona de descenso. Como es lógico, sería una salvación virtual, que no matemática, pero dejaría un colchón ya difícil de remontar para el resto de rivales directos, principalmente los que ocupan el vagón que tiene ocho partidos ganados (Burgos, Andorra, Fuenlabrada y Obradoiro y Zaragoza).

En cualquier caso, el conjunto que dirige Ibon Navarro tiene que estar con las orejas tiesas, porque todavía quedan muchas jornadas y en la historia de la ACB sí que hay precedentes de equipos que acabaron en puestos de descenso con doce partidos ganados, como le sucedió al Alicante (2006-2007) y al Manresa (2005-2006). Además, para el cuadro cajista es vital dejar resuelto el asunto de la permanencia antes de un mes de abril en el que el calendario será muy exigente, primero por la saturación del mismo por culpa de la Champions y segundo por el nivel de los rivales, empezando el próximo domingo ante el Valencia Basket (17.00 horas).