El Unicaja supera al Tenerife con una demostración de carácter (84-81)

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El Unicaja estaba avisado, pero no pudo evitar caer en ese vaivén hipnótico que es el juego del La Laguna Tenerife, así que el cuadro canario fue el que impuso su ritmo desde el comienzo del partido. Ataques lentos, muy elaborados y encontrando la mayoría de las veces al jugador mejor posicionado o con ventaja permitieron al conjunto visitante colocarse 2-9 después de cuatro minutos de juego en los que el Unicaja sólo fue capaz de anotar desde la línea de personal. Los de Ibon Navarro no podían correr, precisamente porque la mayoría de los ataques de su rival acababan en canasta y porque la defensa del Tenerife era buena. Se ofuscó por momentos el Unicaja con malos tiros y algo de precipitación. La entrada de Díaz por Perry le dio algo más de poso al juego para reactivar al ataque, aunque en defensa el rival encontraba con facilidad a sus pívots, con mención especial para un Guerra pletórico (17-24, minuto 10).

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El uno a uno del Unicaja en la victoria ante el Tenerife

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En los momentos de duda, Kalinoski sostuvo al Unicaja hasta que Ibon Navarro encontró la solución. La presencia de Carter como director de juego cambió la dinámica del partido, pese a que el Tenerife seguía encontrando resquicios en la defensa local, con Doornekamp y Abromaitis martilleando con triples desde las esquinas (21-29, min. 12). Por suerte, el Unicaja corrigió este problema y también la incidencia de los pívots visitantes, especialmente con el buen trabajo de Sima sobre Shermadini. Ese paso adelante en defensa fue clave, porque permitió lanzar varios ataques más rápidos. El partido entró en otra dinámica, la que quería el Unicaja, que enlazó un parcial de 15-2 hasta el 36-31 con el que parecía noquear a su rival y con el tocó al abordaje. El descanso salvó al Tenerife de una andanada mayor, pero el conjunto malagueño se había despertado de la hipnosis inicial...

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Precisamente la pausa desbarató el buen trabajo que había hecho el Unicaja en el segundo cuarto, porque su puesta en escena tras el descanso fue desastrosa. El Tenerife explotó una y otra vez una de sus mejores armas, las acciones de bloqueo y continuación. Guerra destrozó primero a Sima y luego a Balcerowski. El pívot nacido en Las Palmas se fue hasta los 21 puntos en un suspiro cuando sólo se habían disputado 25 minutos. Ibon Navarro, desesperado con sus jugadores, puso a Osetkowski de cinco para intentar contener al internacional español. El ataque del Unicaja había colapsado y perdía 41-55. Tocaba remontar y remangarse mucho. Emergió entonces Alberto Díaz con un par de buenas canastas para contagiar a la grada. El paso adelante en defensa fue evidente, para recortar distancias, pero también la ausencia de Fran Guerra. Aunque el Tenerife aguantaba, el Unicaja encontró en los tiros libres puntos 'gratis' para tomar aire y volver al partido y encarar el cuarto decisivo en una dinámica más positiva (52-59).

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La batalla que se avecinaba era tremenda. Los últimos diez minutos fueron de una intensidad máxima con el Unicaja mordiendo por cada balón. Fue fundamental el trabajo de Djedovic. Nada como un balcánico veterano para este tipo de situaciones. El bosnio se centró sobre Huertas y Fitipaldo, pero también en las ayudas sobre la defensa de Guerra, al que Juan Gatti tuvo que sentar. Por ahí llegó la remontada del Unicaja, en a la que contribuyeron también de forma importante Ejim y, Taylor y de forma especial un excelso Osetkowski. ¿Se acuerdan de la decisión de Ibon de colocar al californiano de cinco? Pues ahora el ala-pívot estaba reventando al Tenerife con su polivalencia. Anotó nueve puntos seguidos para completar la remontada (73-70), cuando quedaban todavía tres minutos de partido. No dejó escapar la ocasión el Unicaja que supo cerrar el partido al tiempo que a su rival se le acababan las ideas y la fuerzas.