El Unicaja, ante el más difícil todavía

«Si hacemos lo mismo que el curso pasado, seguro que los resultados van a ser peores», fue el titular que dejó la primera comparecencia del verano de Ibon, un mensaje que ya dejó caer al término de la campaña anterior, a la hora de los balances. Se cubre las espaldas y avisa desde ya el técnico vitoriano. El Unicaja mantiene el bloque, sí (se fueron Lima y Thomas, llegan Tyson Pérez y, seguramente, Killian Tilie), pero sus rivales directos se apuntalan. El Barça, tras un mal curso, se confía a Joan Peñarroya, con Juan Núñez, Punter, Kevin Anderson, Youssoupha Fall y Metu; el Valencia, muy castigado por su presencia en la Euroliga, se ha puesto en manos de otro sabio, Pedro Martínez, y ha fichado a las dos revelaciones jóvenes de la última Liga, Jean Montero y Brancou Badio, amén de Sestina, Happ y Costello; y en el Baskonia, que no jugó 'play-off' ni Copa del Rey, han llegado Pablo Laso, Baldwin, Forrest, Luwawu-Cabarrot y Hall. Más madera para cuestionar el estatus actual del cuadro malagueño, más lo que puedan hacer el Dreamland Gran Canaria, el Lenovo Tenerife, el Real Madrid o el bloque del vigente subcampeón liguero, el UCAM Murcia.

La continuidad del grupo siempre es una garantía, pues el grado de entendimiento de los jugadores en la pista en alto, por no hablar de la armonía instalada en el vestuario, ya sin el jefe espiritual, el 'abuelo Will', pero con Perry como aglutinador. Casi todas las plantillas se mueven en torno a la media docena de novedades, y eso ya implica un trabajo táctico cara a optimizar el potencial de cada grupo. Un año más, el Unicaja empezará con diferentes cargas de trabajo por el factor de las selecciones. Esta vez, el dilema será menor. Díaz y Ejim, los olímpicos, arrancan el martes. Hace un año, Ibon Navarro tenía un agujero en el juego interior, que hoy no es tal. Hasta el 'caso Osetkowski', el expediente por resolver por un positivo por cannabis del ala-pívot californiano, ha tenido un efecto positivo poco contemplado: de lo contrario ya sería jugador del Barça.

Si no hay contratiempos respecto a Osetkowski y Tillie, ambos casos pendientes de solución, Ibon Navarro volverá a disponer de una rotación de trece jugadores, algo que encierra ventajas, mayoritarias, pero también algún inconveniente. El más obvio, la gestión del grupo al obligarse a un descarte, doloroso en los partidos más importantes. Pero con cinco frentes competitivos por delante (Liga, Copa, Supercopa, BCL e Intercontinental), y ante la contingencia de lesiones, será lo necesario. Además, será obligado manejar el cansancio de jugadores importantes como Alberto Díaz, Perry o Ejim. El capitán y el canadiense le dan un plus defensivo al equipo en los momentos más necesarios, y el estadounidense pone ritmo de vértigo y es el más facultado para correr e imprimir al Unicaja la esencia de su juego. ¿Podrá ejercer entonces más tiempo como base Carter? Esta es otra de las incógnitas, porque ha demostrado con creces que esa es su evolución natural. Además, Osetkowski o Tillie ayudarán en el 'cinco'.

Los éxitos en la gestión deportiva del club han devuelto a la entidad a otra etapa de auge, con la afición volcada. El Martín Carpena es un aliado, pero ha sido una losa sobre el equipo en los grandes retos que resolver como local. Pesó en la Final Four de la BCL de 2023, en la Copa del Rey de 2024 (eliminaciones a las primeras de cambio) y en las últimas semifinales ligueras. El Unicaja tenía factor cancha ante el UCAM Murcia, pero no ganó ninguna cita en su pabellón. Lejos de poder ser algo casual, seguramente ha faltado el factor diferencial de jugadores a los que no les tiembla el pulso en estas situaciones, a los que cumplir unas expectativas ante su parroquia no les pesa. Sin casi caras nuevas, está por ver qué es lo que depara el futuro.

Al Unicaja no le queda margen para buscar su rendimiento óptimo. Aunque es favorito, del 12 al 15 de septiembre, peleará ya por la Intercontinental; y el fin de semana del 21 al 22 tocará la Supercopa en Murcia (el jueves 22 se sortea el cuadro), antes de un recargado inicio liguero, con una primera vuelta con ocho duelos en casa y nueve fuera para buscar el pase para la Copa. Por tanto, sin opción para el relajo.