El Unicaja se remanga para lograr en Andorra su noveno triunfo seguido

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Dos aspectos marcaron por completo el arranque del encuentro. El primero fue el mayor ritmo e intensidad del conjunto local, el segundo, su acierto desde la línea de tres puntos. Es complicado jugar más rápido que el Unicaja y el Andorra fue capaz de hacerlo durante los primeros diez minutos en los que trataba de lanzarse ofensivamente y evitar las acciones en estático. Como consiguió ambas cosas, el Unicaja fue siempre a remolque de un rival certero desde la línea de tres puntos, con cuatro canastas de siete intentos. El Unicaja estaba incómodo, perdiendo además los duelos individuales. Sólo la entrada de Perry lo subió de vueltas, pero no lo suficiente. Las cuatro pérdidas en el primer cuarto y los puntos al contragolpe de su rival hicieron que perdiera 24-18 al final del primer cuarto.

Al Andorra dejaron de entrarle los triples, al menos con tanto acierto, pero encontró otro arma para atacar al Unicaja, el pívot Marin Maric. El croata es un tipo complicado de defender. Juega bien al poste, puede lanzar de fuera, casi no falla desde la línea de tiros libres. El caso es que le hizo un traje a los pivots cajistas con diez puntos seguidos, de hecho fue el único jugador de su equipo que anotó hasta pasado el ecuador del segundo cuarto (32-27). El cuadro cajista se agarró bien al partido con la intensidad de Kalinoski y un par de buenas defensas de Alberto Díaz, pero llegó por detrás al descanso en un partido tan complicado como se preveía (39-34).

No facilitó las cosas el Andorra, que con los triunfos del Granada y el Breogán, debía ganar. Mantuvo el equipo local la intensidad en todas sus acciones y ahora era Harding el incordio para el Unicaja. Sus puntos permitieron a su equipo estirarse hasta el 44-36. De nuevo emergió Kalinoski para gancho del equipo malagueño para aguantar el pulso. Buenas decisiones y tiros del escolta que lideró un parcial de 2-10 para darle la vuelta al marcador, del 45-38 se pasó al 47-48. El cuadro cajista parecía tener noqueado a su rival, pero la aparición de Jean Montero con sus primeros puntos impidió la escapada hasta el 57-59 con el que se llegó al último cuarto.

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El dominicano empezó con su recital. Había cogido carrerilla y fue el que mantuvo el pulso por parte del Andorra. Se entabló un interesante intercambio de golpes. Osetkowski y Taylor respondían a los puntos de Montero y estaba por ver qué equipo cedería antes. El regreso de Kalinoski fue el movimiento clave por parte del cuadro cajista, porque el estadounidense le puso la guinda a su gran actuación con una serie anotadora letal que dio al Unicaja una renta clave. Del 72-73 se pasó al 72-80 con siete puntos seguidos del escolta. Quedaban tres minutos, pero en un partido en el que no hubo grandes diferencias, esa ventaja parecía un mundo, y así fue. Pese a la insistencia del Andorra, el Unicaja aguantó la presión con solvencia.