Tocó viajar de nuevo a Badalona, con la paradoja de que la expedición haya tenido que meterse en un vuelo regular a Barcelona cuando se exigen medidas sanitarias draconianas en el protocolo de los partidos. Será en el Olímpico donde comience todo, después de tres días de locura por el positivo de un miembro del equipo malagueño. Finalmente el Unicaja viaja con todos sus jugadores disponibles, salvo los lesionados Suárez, Fernández y Milosavljevic.
El mantenimiento de la base del equipo hacía albergar una ventaja competitiva frente a rivales en fase de ensamblaje, pero durante el verano ha pesado más la preocupación por la falta de equilibrio patente en un equipo sobrado de tiradores, pero que dependerá en exceso del tiro exterior ante la pobreza ofensiva y, sobre todo, defensiva que muestran sus pívots.
Ha llegado el momento de competir y de borrar estas sensaciones. Aunque el Unicaja sólo le ganó al Coosur Betis en la pretemporada, su rival esta tarde, el Joventut, nada más que se impuso en una de sus cinco citas, pero en su entorno cunde el optimismo y todos los analistas lo ven como una de las plantillas más mejoradas –tal y como reconoció el viernes el propio Luis Casimiro– este verano, en especial con la llegada de Tomic.
«El Joventut ya no juega para que lo utilicen como trampolín. Aquí jugamos para ganar», ha dicho su entrenador, Carles Durán. Los verdinegros han pasado de Prepelic y Omic al regreso de Bassas (San Pablo Burgos) y Pau Ribas (Barça) y el mencionado fichaje de Tomic. De las individualidades al conjunto. A ellos se suman Brodziansky (Monbus Obradoiro) y dos lesionados casi todo el pasado curso, el alero Dawson, que encadenó una rotura en el ligamento cruzado anterior y, luego, en el partido de su reaparición, se rompió el tendón de Aquiles, y el pívot sueco Birgander, ambos reaparecidos este verano.
Este grupo se suma a la excelente salud de la cantera, muy bien representada en el capitán Ventura (el rey de los intangibles), el talento del base macedonio Dimitrijevic (fichado por el Valencia y cedido un año), el alero López-Aróstegui y el ala-pívot Parra, por no citar a Zagars.
El Unicaja, que desplazó a doce jugadores, tiene las bajas consabidas de Suárez (a un partido o dos de reaparecer tras su rotura fibrilar), Jaime Fernández y Milosavljevic, estos dos a los que se espera para finales de octubre o comienzos de noviembre, con lo que podría debutar el diamante congoleño Nzosa, que acompaña a Pablo Sánchez como canterano de apoyo.
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