El Unicaja ratifica su evolución

Después del descanso, era el cuadro malagueño, otra vez con tres hombres altos, el que sufría una barbaridad para anotar, con el agravante de que su defensa también se vino abajo. Navarro retiró a Barreiro y Bouteille y prefirió jugar con hombres más pequeños, pero el partido amenazaba con cambiar. Afortunadamente, la defensa logró reorganizarse, pero el ataque visitante era muy pobre y quedó en manos de Mooney, quizás por su incapacidad para proporcionar ventajas a sus compañeros. Desde el banquillo había que hacer algo y Navarro, manos a la obra, le puso a Mooney un base al lado, recolocó a Barreiro como 'cuatro' y volvió a quedarse sin hombre alto en el perímetro. El Unicaja retomó el control, llegaron otra vez los triples y se recuperó el optimismo.

Terminado el encuentro hay que celebrar que el equipo ahora tiene muchas armas diferentes, que ha cambiado totalmente atrás y que selecciona muchos mejor sus tiros, quizás por esto pudo ganar ayer muy claramente sin Fernández, con solo cinco puntos de Brizuela y ninguno de Bouteille.