El Unicaja no da opción al Promitheas y buscará en la Final Four el título de la Champions

Es cierto que el Unicaja está por encima del nivel de la competición, pero repetir en una final continental no está al alcance de cualquiera. Demuestra una regularidad, una buena línea de trabajo y mucha solidez. Es evidente que este grupo que dirige Ibon Navarro tiene algo especial, una química fantástica que es la clave de su buen baloncesto. ¡Hay que disfrutarlo mientras se pueda!

Aunque se esperaba una gran ofensiva del Promitheas desde el salto inicial, la realidad es que el arranque del partido fue lento, con los dos equipos fallando demasiados tiros y un tanteo bajo. Dominaba el Unicaja con sus pívots (Kravish y Ejim) hasta que entró en escena Hunter Hale. El eléctrico escolta del equipo griego enlazó siete puntos seguidos que abrieron un parcial de 13-2 que obligó a Ibon Navarro a parar el partido. Su equipo había perdido el orden y el rigor defensivo, perdía 17-11 y tenía problemas para superar la presión a tres cuartos de campo del rival. Sobrevivió el Unicaja gracias al rebote ofensivo, porque no le entraban los triples (0-7) e incluso permitió varios contragolpes de los locales. Con 26-17 en el marcador se encendió la luz de alarma y Navarro tuvo que recurrir a un quinteto ultradefensivo para frenar al rival. Kalinoski y Díaz se combinaron con buenas acciones y equilibraron el encuentro al final del primer cuarto (26-23).

Logró el equipo malagueño parar a un rival que había cogido carrerilla y aprovechó la ausencia de Hale, el mejor de los locales, para retomar el mando del encuentro. Seguía dominando el rebote, ahora por medio de Lima, pero el buen trabajo de este no se tradujo en puntos, porque falló los cuatro tiros libres que lanzó. Así que entró Kravish que con su excelente tiro puso ya por delante al Unicaja, que llegó a ganar 36-41. Ahora sí entraban los triples y el equipo malagueño mostraba más fluidez en ataque. Le faltó cerrar la vía de anotación que representaba Echenique (12 puntos en la primera mitad), pero el partido era otro; mucho más favorable para sus intereses. Una gran canasta de Perry cerró un buen cuarto de los de Ibon Navarro.

El partido se aceleró tras el descanso y esa era una buena noticia para el Unicaja, más acostumbrado a este escenario. El Promitheas mejoró en defensa, pero su acierto se esfumó y ahí no perdonó el Unicaja. En cuanto Cowan y Hale empezaron a fallar, el equipo griego se quedó sin referencias y del 54-53 se pasó al 54-65 con el que se cerró el tercer cuarto.

La precipitación se apoderó del conjunto local, ahora ya ofuscado ante la solidez cajista. En ese despegue del Unicaja fue Kalinoski el gran protagonista con siete puntos seguidos.El tirador estadounidense estaba en racha y fue el que se encargó de romper el partido a base de triples en el arranque del último cuarto. Logró dos seguidos para alcanzar los 20 puntos y abrir las puertas de la Final Four a su equipo. El Unicaja ganaba ya por 17 (61-78) y el choque parecía resuelto. Lo intentó todavía una vez más el Promitheas, por medio de un Hunter Hale, que era ya el único peligro de su equipo. Estaba demasiado solo y el Unicaja supo controlar perfectamente los minutos finales.