Catorce días después de uno de sus mayores ridículos deportivos de la historia reciente (la derrota en Atenas por 70-58 ante el Lavrio), el Unicaja comparece de nuevo en la pista. Lo iba a hacer el pasado miércoles 29, pero se aplazó su cita ... en Bilbao, y también el domingo, aunque ese duelo en el Carpena ante el Casademont Zaragoza se ha pospuesto a hoy (20.30 horas, Movistar Deportes, dial 53), como lo estableció ayer al mediodía la ACB después de los últimos test PCR a la plantilla del cuadro maño.
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No hay más argumentos para aplazar más tiempo la cita, de la decimosexta jornada. El Unicaja, al que le tocó viajar en balde a Bilbao (aun sabiendo antes de tomar el avión que lo más seguro iba a ser no jugar) y que ha tenido que esperar nueva fecha ante el Zaragoza, pese a haber anunciado este un solo positivo por Covid-19, empezaba a sentirse discriminado, máxime cuando es uno de los cuatro conjuntos de la ACB indemnes de momento en esta última oleada de contagios, la sexta ya.
Aunque se da por hecho que el Unicaja no ofrecerá la desgana mostrada en Grecia, está por ver si jugar con el cuchillo entre los dientes, sabiéndose sin margen de error alguno cara a la Copa, le dará para derrotar a un Zaragoza que llega con idéntico balance de victorias (seis), pero una derrota más, lo que le deja sin opciones de ir a Granada. No es que el conjunto malagueño tenga muchas, pero al menos las matemáticas siguen de su parte. Ha de ganar hoy, y también en Bilbao y al Valencia. Y a ser posible, lograr amplios tanteos que le concedieran ventaja en un hipotético empate de varios equipos a nueve triunfos que decidieran el corte, que se ha retrasado al día 30, debido a la multiplicación de aplazamientos (hasta dieciséis). Hay riesgo incluso de que se pueda recuperar todo, lo que llevaría a valorar el porcentaje de victorias de los equipos, no el número absoluto de triunfos.
Más allá de lo que hay en juego a nivel deportivo, que puede suponer certificar el primer fracaso del curso, hay morbo por el regreso de Adam Waczynski y Deon Thompson, en la plantilla de la pasada campaña del cuadro malagueño. Otro excajista es Omar Cook (vistió de verde entre 2008 y 2010), ya cerca de los 40 años. Waczynski, que sigue teniendo casa en la Costa del Sol, ha sido probablemente el foráneo que mejor se integró en la ciudad y la masa social del Unicaja. Tendrá una ovación asegurada, mientras que Thompson ha sido una de las mayores decepciones a nivel deportivo.
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Sobre la debilidad del juego interior del Zaragoza, no sobrado de centímetros, podría cargar el Unicaja de ser más poderoso por dentro, pese a su configuración actual de salida con tres hombres altos (Barreiro, Abromaitis y Eric) con la que apuesta Katsikaris. En cualquier caso, los dos últimos partidos del Casademont se saldaron con victorias, la última un sorprendente 97-79 ante el Baskonia. Curiosamente, el histórico de duelos en el Carpena es desfavorable para los locales, con cinco victorias y siete derrotas, entre ellas el triste 78-101 en el último precedente.
El Unicaja ha recordado a sus aficionados que las entradas adquiridas el domingo son válidas para hoy y mantiene su campaña solidaria. Para ello se instalarán unos contenedores para donar juguetes nuevos para los 4.500 niños en riesgo de exclusión social de la ciudad, en una colaboración con la asociación Zapas Solidarias. El aforo está limitado al 50 por ciento, y no se puede comer en el recinto, de acuerdo con las órdenes gubernamentales en esta fase de la pandemia.
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