«Alberto Díaz y once más». Es una frase que se ha escuchado con frecuencia en las oficinas de Los Guindos en los últimos meses ante los malos resultados y el pobre rendimiento que ha ofrecido la plantilla del Unicaja esta temporada. El canterano y ... Tim Abromaitis son de los pocos que han mostrado cierta regularidad en una campaña para olvidar y en la que ninguno de los dos entrenadores que han ocupado el banquillo ha logrado que los profesionales ofreciesen el nivel que se les presuponía y que deben dar por su caché salarial.
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Así que se ha asumido, los resultados obligan a ello, a que hay que emprender una renovación total del proyecto. El Unicaja lleva cuatro temporadas sumido en una mediocridad preocupante cuando es el quinto presupuesto de la Liga Endesa. Después de una temporada que acabó con la mayor crisis institucional que se recuerda, en el verano no se hicieron bien las cosas y el resultado ha sido el que los aficionados han visto: fuera de la Copa, sin jugar el 'play-off' y en cuartos de la Champions por la renuncia de un equipo como el Prometey, afectado por la invasión rusa de Ucrania. Un desastre...
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Así que el Unicaja va a hacer bueno el refrán de que a grandes males, grandes remedios. La directiva cajista lleva ya meses trabajando en el proyecto de la próxima temporada, que tendrá un perfil completamente distinto y en el que sólo repetirán dos o tres nombres.
La primera pieza debe ser la confirmación de Ibon Navarro como técnico. Como se informó semanas atrás, el vasco tiene firmadas dos campañas más de contrato en formato de 1+1. La próxima temporada se hará efectiva al haber quedado el equipo clasificado entre los doce primeros. Fue él mismo el que explicó el viernes que para mañana hay prevista una reunión en la que todo debe quedar aclarado. Si el Unicaja quiere prescindir de sus servicios tendrá que indemnizarlo. Se espera incluso que haya un anuncio oficial al respecto. Lo cierto es que su balance en el banquillo cajista es muy negativo, especialmente en la Liga, con tres victorias y diez derrotas, lo que ha podido quemar su candidatura. El equipo, totalmente hundido, ha perdido los últimos seis partidos en la ACB.
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Por lo que respecta a la plantilla, sólo cuatro jugadores tienen contrato para los próximos años. Alberto Díaz renovó hasta 2024, mientras que Jonathan Barreiro tiene hasta contrato hasta 2025, el mismo año que Nzosa. Por último, Brizuela acaba su vinculación en el verano de 2023. De todos ellos, sólo el primero es indiscutible, aunque se respetará el acuerdo con el gallego y Nzosa, apuesta del club para el futuro si no se marcha a la NBA. En el caso de Brizuela, hay dudas por lo que condiciona a la construcción del equipo por su estilo de juego, aunque los tres entrenadores que han pasado por el Unicaja en el último año y medio lo consideraron fundamental para sus planteamientos. Su ficha es muy elevada y difícil de asumir por cualquier club que no sea de la Euroliga. En el seno del club hay voces que apuntan a que si la apuesta es construir un nuevo proyecto sería clave buscarle una salida, lo que obligaría a una elevada compensación.
La continuidad de Jaime Fernández se ha ido desinflando en los últimos meses. Se valoraba una oferta a la baja, que no se ha producido. Sus problemas físicos y su rendimiento en la recta final han aumentado las dudas de la dirección deportiva que encabeza Juanma Rodríguez y del presidente Antonio López Nieto. Su conjunción con Brizuela no ha sido una apuesta acertada, una ecuación que se complica si se incluye al malagueño Francis Alonso. Ese tridente para el perímetro no se repetirá. Jugadores parecidos, con talento a raudales, pero con poca presencia física y carencias defensivas.
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Alonso acaba contrato y tiene opciones de renovar, si bien parece que el escolta quiere jugar más. La continuidad de Brizuela y la previsible llegada de un base y otro escolta lo colocarían con una cuota baja de minutos. Varios clubes han preguntado por su situación, pero el Unicaja tiene la opción de incluirlo en el derecho de tanteo.
Continuando por la rotación exterior, Mooney no seguirá. Ha tenido algunos destellos, pero es un jugador parecido a lo que ya había, además de haber evidenciado que está verde para el baloncesto europeo y ocupa plaza de extracomunitario.
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Tampoco continuará Bouteille, que además liberará la ficha más alta de la actual plantilla. El francés llegó con la vitola de ser el máximo anotador de la Liga Endesa con el Bilbao, pero, como otros muchos grandes jugadores, no ha funcionado en el Unicaja. Necesita minutos y acaparar mucho el balón, como varios de sus compañeros. Será de los que 'la romperán' en cualquier otro equipo, pero en el que tendrá que ser protagonista total.
Para Carlos Suárez se acaba un ciclo fantástico en Málaga. El club pagará el corte que estipula su contrato para dejar sin efecto el año extra que tiene firmado. El Unicaja prepara un acto despedida para un símbolo de la afición y el jugador no nacido en Málaga con más partidos en la historia del club. El hecho de que las lesiones lo hayan castigado tanto ha impedido que incluso pudiese despedirse de la afición jugando.
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El juego interior cambiará por completo en función de lo que ocurra con Guerrero y Nzosa. Para empezar Abromaitis es una pieza que gusta, siempre que esté acompañado por un 'cuatro' de un perfil más físico. Su condición de comunitario lo convierte en una pieza interesante para construir una nueva plantilla. Ha sido el jugador más regular del equipo esta temporada y probablemente el único que mejoró su rendimiento respecto a la pasada temporada. Michael Eric, lesionado en febrero de gravedad, no seguirá, como tampoco Kravic, fichado a mediados de febrero y que no solventó los graves problemas del juego interior del equipo. Cameron Oliver es otro que se marchará. Es un jugador entretenido de ver, espectacular, pero sin la base táctica y de formación para ser a día de hoy un jugador por el que apostar. En un par de temporadas estará más maduro. Tiene un caché altísimo que hace inviable también su continuidad.
El debate en las posiciones interiores se centra en Guerrero y Nzosa. Ambos son cupos, pero no parece lógico que coincidan en la nueva plantilla. El malagueño fue elogiado por Ibon Navarro a su llegada al equipo, pero no termina de dar el paso para ser un jugador sólido. Hay pocos nacionales de su talla y esto es un punto a su favor. Como Francis Alonso, varios equipos ya han preguntado por él. Acaba contrato y el club podría ejercer el tanteo si no hay acuerdo para renovar. Por su parte, Nzosa, tiene dos condicionantes. Ibon Navarro lo ve como un 'cuatro' y eso le perjudica para encajarlo en la nueva plantilla. Si sigue adelante con su apuesta por el Draft de la NBA podría dejar el club si es elegido por alguna franquicia. Una cesión le daría minutos para lograr la evolución que esta temporada no ha tenido. Dos equipos de la ACB lo quieren en préstamo.
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De este modo, el Unicaja afronta un verano intenso en el que podría hacer como mínimo unos siete fichajes. Tendrá disponibilidad económica y tiempo para moverse, aunque algunos de los fichajes podría estar ya atado... El objetivo está claro, recuperar el gran terreno perdido y volver a ilusionar a su afición.
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