El Unicaja ha ganado sólo un partido desde que Fotis Katsikaris llegó al equipo como recambio de Luis Casimiro hace tres semanas. Sin embargo, ... es evidente que el conjunto malagueño ha mejorado como colectivo a la espera de que los resultados den respaldo a ese paso adelante de buena parte de la plantilla. Es llamativa la inercia positiva que se ha generado alrededor del equipo, pese a la casi ausencia de victorias y que la situación en la Liga es muy comprometida aún.
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¿Por qué sucede esto? Quizá lo más conveniente para entender esa sensación de que 'algo está pasando' es remontarse a la situación que vivía el Unicaja hace un mes. El gran problema es que estaba inmerso en una dinámica totalmente nociva y la sensación anímica de que todo estaba ya perdido. Luis Casimiro no encontraba soluciones y el equipo se había caído. Es decir, el Unicaja estaba en el fondo de un pozo profundo, pero eso ahora cualquier atisbo de algo positivo se valora mucho más.
Pero es evidente que Katsikaris está modificando muchas cosas para propiciar un cambio de rumbo. El partido de la Copa del Rey ante el Barcelona fue el mejor ejemplo de ello. Hubo muchas variantes tácticas, una gran actitud y una mejoría total en el juego, tanto en defensa como en ataque. El técnico griego ha reciclado una plantilla que estaba viciada. Con los mismos elementos se ve otro baloncesto y quizá este es su mejor logro hasta el momento.
La imagen mostrada por el Unicaja en la Copa y en los últimos partidos ha servido para que los aficionados se vuelvan a identificar con el equipo. Ayer, un grupo de ellos se acercó a la estación para recibir a la plantilla cajista a su llegada de Madrid. Del mismo modo, las redes sociales se llenaron de mensajes de agradecimiento por la imagen mostrada ante el Barcelona. Algo está cambiando y eso que sólo ha ganado un partido desde que Fotis Katsikaris se hizo cargo del equipo.
Algunos detalles llaman la atención. Hay más agresividad en defensa, ha protegido la fragilidad interior ordenando que las ayudas de los pívots no sean tan largas en las acciones de bloqueo, también se ven ayudas a los aleros, una posición que es débil en la actual plantilla, y ha introducidos más cambios tácticos. Ante el Barcelona, la defensa en zona fue una constante y tiene su explicación. Katsikaris ha apostado por quintetos más altos, con Suárez jugando de alero, por ejemplo, junto a otro ala-pívot y un cinco. Esto resta velocidad a la hora de los movimientos porque son jugadores más pesados, de ahí esa apuesta zonal en lugar de una defensa individual que obligaría a más desgaste físico y movimientos de jugadores que son más lentos. Otra consecuencia de este movimiento es una mayor seguridad en el rebote y, por lo tanto, menos segundas opciones de anotar para el rival y la posibilidad de lanzar contragolpes.
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La asignación o consolidación de roles también es distinta. Hay jugadores más favorecidos como Nzosa, Brizuela, al que considera fundamental, pero también Waczynski o Thompson, al que no duda en usar de 'cinco pequeño', algo que Casimiro descartó al comienzo de la temporada. El caso del polaco es el más llamativo, pues sus prestaciones defensivas fueron siempre malas. Ante el Barcelona sorprendió por su capacidad de sacrificio; fue de los mejores. El parón competitivo y la ausencia de los jugadores en Málaga al estar con sus selecciones altera los planes del técnico, pero es evidente que se está viendo otro Unicaja, y eso que la plantilla es casi la misma, pues incluso ha prescindido de un elemento como es Gerun.
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