El Unicaja, el peor de la Liga y la Eurocup en rebotes

Con catorce efectivos disponibles seguramente dentro de unas semanas, si no se producen nuevas lesiones, Luis Casimiro deberá descartar a dos jugadores por partido, pero la cantidad no asegura la calidad. Al menos en el aspecto reboteador. Disputados ya quince encuentros de la temporada, es tiempo suficiente como para un primer balance. Los temores del verano se han confirmado. A estas alturas el Unicaja es el equipo con peor promedio de capturas bajo los aros no sólo de la Liga ACB sino también de una Eurocup en la que el nivel competitivo es algo más desigual y siempre se pueden maquillar los aspectos estadísticos más pobres del equipo.

En la Liga Endesa, el cuadro malagueño tiene una media exacta de 30 rebotes, más de ocho menos por encuentro que el líder en esta faceta, el Real Madrid (38.9). El Unicaja es colista también en capturas en su propia canasta (20,9, frente a las 28,7 de los blancos) y mejora algo en rebotes ofensivos (decimoquinto, con 9,1, frente a los 14,4 del UCAM Murcia, líder), un capítulo vital para decidir la suerte de los partidos y en el que el Hereda San Pablo Burgos es el peor, con sólo 8,4.

Sin embargo, en la Eurocup la capacidad reboteadora es más baja todavía, con 29, lo que le coloca como el peor de los 24 equipos participantes en lo que va de fase de grupos. El mejor es el Lokomotiv Kuban, con 44,3. En total, el Unicaja se hace con 29,5 capturas por partido entre las dos competiciones en esta campaña 2020-21, unos seis rechaces menos de media que los que se aseguraba en la anterior.

¿Qué ha sucedido para justificar esta merma? El Unicaja apostó por menos músculo en la zona sin Elegar, Ejim o Toupane, y acumula en su 'roster' muchos jugadores de un corte parecido: los Jaime Fernández, Brizuela, Francis Alonso, Bouteille y Waczynski. Aunque cuenta con hasta seis efectivos para rotar por dentro, Luis Casimiro no confía de momento en Suárez, a la vuelta de su lesión, y la capacidad reboteadora de los pívots se ha resentido a nivel individual respecto al curso anterior.

Sólo Guerrero, que ha pasado de promediar 2,8 capturas a 4,7 mejora esta temporada. Gerun ha pasado de 4 a 2,8, y Thompson, de 3,8 a 2,5. Se echan en falta los 4,8 que promedió un Suárez ahora casi sin hueco en la rotación, o los 3,6 de Elegar, los 3,4 de Ejim y los 2,9 de Toupane.

En los quince partidos celebrados, el Unicaja sólo ha sido capaz en tres de ellos de dominar esta estadística ante el rival. Sucedió por un margen mínimo (37-36 y 28-27) tanto en la derrota liguera ante el Barça como en el triunfo contra el Buducnost en la Eurocup, respectivamente, y sólo en la paliza en Zaragoza (63-92) el cuadro malagueño dominó con claridad en las capturas bajo tableros: 27-39. En dos citas más, en Europa (ante el Levallois y en Ulm), empató, y la sangría fue enorme en otras como ante el Joventut, con 23 rebotes menos y 47 concedidos. Precisamente, en el último partido, el 90-80 en París ante el Metropolitans, se alcanzó el tope mas bajo de capturas totales del equipo: 19.

El rebote no es sólo responsabilidad de los pívots, de los hombres altos, como se encarga de repetir de forma machacona Luis Casimiro, y tiene mucho que ver con la concentración de los jugadores en momentos puntuales, pero las frías estadísticas dejan de momento un claro interrogante en el proyecto del Unicaja para esta campaña: ¿será competitivo el equipo en los momentos clave con su déficit reboteador, que normalmente ofrece menos posesiones para anotar?