El Unicaja, omnipresente en la selección

El Unicaja está omnipresente. En esta ventana se ha estrenado el delegado, Javi Salvo, y la figura del 'team manager', personificado en el excajista Carlos Jiménez, que vive en Málaga. También hay que mencionar a dos malagueños más como el médico Carlos Salas y el preparador físico Enrique Salinas, que se desvincularon más o menos recientemente del conjunto de Los Guindos.

No son los únicos nombres. Si nos dirigimos a la cúpula, tanto el presidente de la Federación Española de Baloncesto, Jorge Garbajosa, como el seleccionador, Sergio Scariolo evocan los mejores tiempos del Unicaja, el primero como jugador y el segundo como técnico. El italiano recluta en las fases finales de los grandes campeonatos al técnico ayudante Ángel Sánchez Cañete (que continúa en el cuadro malagueño aportando su sapiencia a Fotis Katsikaris), que por ello no ha acudido a esta concentración, la de una fase de clasificación para la Copa del Mundo de 2023. Por rizar el rizo, los comentaristas en La 1 de los partidos de la selección serán el excajista Berni Rodríguez y la exjugadora (pareja del ayudante de Katsikaris) Marta Fernández.

Y en periodo de ventanas de nuevo los jugadores del Unicaja mandan. Otro gallo cantará cuando lleguen las grandes citas, con jugadores de clubes de Euroliga y de la NBA, que se ausentan en estos periodos. Mientras tanto, ningún club español iguala al malagueño, que tiene al 25 por ciento de los convocados, con Alberto Díaz, Jaime Fernández, Darío Brizuela y Jonathan Barreiro, Junto a ellos, Rubén Guerrero y Francis Alonso ya fueron citados la pasada campaña, y Yannick Nzosa entra en los planes de futuro, una vez que consiga una complicada nacionalización.

El último del 'clan del Unicaja' es Javi Salvo, Para él en realidad no se trata de un debut real. Acudió en 2019 a una convocatoria de una selección 'B', con Guerrero entre los citados. Fue como una concentración con una 'selección B' en Benahavís en verano, antes de que la Euroliga decidiera no parar las competiciones y se desencadenara el conflicto respecto a las ventanas FIBA de selecciones.

«Fue algo puntual, pero ahora me lo propusieron porque se ha ido Alberto Pérez, el anterior delegado (trabajaba en el Granada). Me llamó el presidente (Garbajosa) este verano y me dijo que me lo pensara. Lo cierto es que es verdad que te resta tiempo, que el trabajo se duplica, pero es una oportunidad única», confiesa a este periódico Salvo, que agradece que «ni Sergio (Scariolo) ni Antonio (López Nieto, presidente del Unicaja) me hayan puesto ningún problema, porque hay que entender que cuesta más que el delegado de un club salga en una pretemporada (cuando habrá otras concentraciones de selección)».

Para Salvo es la décima temporada en el primer equipo del Unicaja, Presume de que lleva «33 años incluyendo el tiempo de jugador» en la entidad. En sus categorías inferiores llegó a entrenarse con el Segunda División de la época, pero sin jugar. «Era escolta, pero no tenía tanta calidad».

¿Y cuál es la función de Salvo ahora? «Yo me encargo de la gestión de documentación, subir a plataformas FIBA certificados Covid, listados de participantes, pasaportes, credenciales...». Es el delegado administrativo, mientras que a David Ortega le corresponde más la logística (material, ropa). Salvo ya coincidió con Garbajosa, Jiménez y Scariolo en el primer equipo del Unicaja. «Cuando entró Sergio por Paco Alonso era delegado del conjunto EBA y hacia sólo la atención a los jugadores a su llegada, algo que empecé con Maljkovic. Pero en la segunda campaña de Sergio en el Unicaja pidió que me dedicara de lleno al primer equipo. Entonces aún entrenaba a chicos en el EBG», recuerda.