El Unicaja, obligado a renegociar contratos y a desprenderse de jugadores para ser viable

La Fundación aportaba unos 3,5 millones al presupuesto del Unicaja, un dinero que ha quedado reducido a 600.000 euros para los equipos de formación. Sin esos tres millones, el club malagueño se verá obligado a renegociar contratos con los jugadores que tienen vinculación para el futuro y, posiblemente, a desprenderse de alguno de ellos; los que tienen las fichas más elevadas. La decisión de la Fundación ha generado un cataclismo sin precedentes y son muchos los que ven peligrosos paralelismos con lo que sucedió en Sevilla con el Cajasol, ahora Coosur Betis. El presupuesto del club se verá reducido de forma considerable si no hay una rectificación y mantener un equipo como el actual no será posible. En Términos aproximados, el presupuesto del Unicaja rondará los seis millones de euros, cuando esta temporada era de 9,5, por cuestiones de la pandemia al no haber público, y la anterior fue de doce millones.

El Unicaja tiene a día a hoy a seis jugadores con contrato de larga duración: Alberto Díaz, Carlos Suárez, Jaime Fernández, Abromaitis, Darío Brizuela y Axel Bouteille. Además, tiene la opción de ampliar los contratos de Francis Alonso, Rubén Guerrero, Adam Waczynski y tiene perfilado un acuerdo de renovación del contrato de Nzosa. Por otro lado, tiene a jóvenes como Pablo Sánchez, Ismael Tamba y Godspower con vinculación, aunque estén cedidos en el Marbella.

Según se explicó por parte de diferentes agencias de representación que tienen jugadores en la plantilla, sólo con el núcleo de profesionales con contrato para las próximas temporadas, el Unicaja excedería ya de la aproximación presupuestaria antes apuntada. Además, conviene recalcar, que la entidad tendría que afrontar otros gastos más allá del equipo profesional, como es su personal de oficinas, mantenimiento y cuestiones relativas a la temporada como por ejemplo, los viajes y el equipo femenino.

Es evidente que el Unicaja tendrá que sentarse a renegociar los contratos de casi todos sus jugadores, pues la mayoría han quedado desfasados ante la decisión de la Fundación de eliminar su aportación para el equipo profesional. No será un asunto fácil, pues son cantidades elevadas, próximas al medio millón de euros. Los contratos más altos para el futuro son los de Darío Brizuela y Axel Bouteille, ambos fichados justo antes de la pandemia y que exceden la cantidad antes apuntada. Algunas agencias asumieron que el Unicaja tendrá que desprenderse de alguno de los jugadores con contrato; es decir, venderlos si fuese posible. Por suerte, todos ellos tienen un excelente cartel en el mercado, especialmente Brizuela y Bouteille y seguramente tendrán mercado. Para el aficionado del Unicaja, acostumbrado a ver a su equipo comprar jugadores, esta situación supondría un impacto total, pero la realidad económica tras la decisión de la Fundación es esta salvo que surja una solución. Se avecina una etapa de economía de guerra para tratar de adaptarse a un panorama desconocido para un club como el Unicaja acostumbrado a no sufrir estas estrecheces presupuestarias y económicas.

Pero es lo que hay, la Fundación Bancaria, propietaria del club, ha cerrado el grifo y esto altera cualquier planteamiento deportivo e institucional. Las administraciones están intentando cambiar la postura adoptada por el propietario del Unicaja. La presión es máxima. El club está ante el momento más complejo de su historia y el respaldo de la afición será determinante para superarlo.