Un Unicaja imperial barre al UCAM Murcia y roza la Final Four

La puesta en escena del Unicaja fue la que precisaba el partido. El nivel de intensidad y defensa de los jugadores del equipo malagueño fue superlativo desde el salto inicial y esto impidió que el Murcia pudiese casi respirar. El ritmo era frenético en cada acción y el cuadro cajista sacó de la pista a su rival en los primeros instantes con un Brizuela imparable. En el atractivo duelo con McFadden, el vasco ganó de calle con ocho puntos en el primer cuarto. Si el ataque malagueño era bueno, su defensa era mejor todavía. Lo intentó el Murcia con McFadden y Anderson, sus mejores armas para provocar desajustes, pero ninguno funcionó. Cada falló del conjunto de Sito Alonso, que no tardó en ser sancionado con una técnica, era castigada con una canasta del Unicaja. Por si fuera poco, el nivel de acierto del equipo visitante era bajísimo y el resultado fue un 23-10 al final del primer cuarto.

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El rodillo del Unicaja no paró y eso que el Murcia logró alguna canasta rápida, pero la velocidad y la solidez de los de Ibon Navarro era muy superior. La segunda unidad del Unicaja desniveló más todavía el partido con esa dupla interior tan buena que formaron Osetkowski y Will Thomas. El de Baltimore, al que Ibon Navarro venía reservando, dio un recital de capacidad para competir. Se le fichó para estos partidos, para estas situaciones y nunca defrauda. Pero el que marcó diferencias en los dos lados del campo fue Barreiro. El gallego se pegaba por cada rebote y a eso añadió ocho puntos con dos triples incluidos. La suma de todo esto dio como resultado una diferencia que no paraba de crecer y que Carter alimentó jugando de base y dando asistencias por la lesión de Alberto Díaz. El Unicaja llegó al descanso como quería, ganando 45-27 y con el partido medio roto.

Si el Murcia estaba pensando en la remontada, el equipo malagueño se lo quitó de la cabeza en un suspiro. No es que sólo mantuviese el nivel de energía de los primeros 20 minutos, es que lo mejoró. Como su defensa era perfecta y controlaba el rebote, podía correr a sus anchas y esto le permitió ampliar la ventaja hasta los 24 puntos (54-30). El conjunto murciano estaba desbordado y lo único que pudo hacer es protegerse con una zona que tampoco le dio resultado porque Perry, Kalinoski y Brizuela la desmontaban como querían. La anotación se ralentizó algo, pero el marcador seguía confirmando la gran superioridad local: 68-45.

El partido se afeó en el último cuarto. Barreiro fue descalificado por una acción con Rojas, que también hizo méritos para irse al vestuario, pero antes protagonizó feas faltas que tuvieron poco castigo. El Unicaja no perdió el norte de lo que tenía que hacer y siguió martilleando a un rival que había perdido sus opciones hacía tiempo, pero que seguía batallando como podía. Esos minutos de tensión, con el banquillo visitante desplatando a la grada es un anticipo de lo que será el partido de la próxima semana.