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El encuentro que el Unicaja disputó el miércoles ante el Mornar Bar ofreció una situación sorprendente. Horas antes de la disputa del mismo, que acabó con triunfo cajista, el conjunto de Montenegro registró dos positivos por coronavirus en su plantilla, lo que no impidió que el encuentro se jugase, algo que se puede entender si hay profesionales suficientes. Sin embargo, lo llamativo del asunto es que los afectados no fueron aislados e incluso estuvieron en el Palacio de los Deportes a pie de pista, lo que va en contra de lo que se viene haciendo en España en estos casos.
El Mornar Bar llegó a Málaga el domingo después de haber jugando en la Liga Adriática ante el Novo Mesto. Lo hizo desde Zagreb porque la conexión aérea era más cómoda. Desde entonces permaneció hospedado en el Higuerón Hotel Málaga. Los responsables del Mornar se pusieron en contacto el lunes con el Unicaja para interesarse por un centro médico en el que someterse a las pruebas PCR obligatorias para poder disputar el partido, y fueron derivados al Hospital Quirón Salud Málaga. Esos test confirmaron al día siguiente dos positivos por coronavirus en la plantilla. Saltaron entonces las alarmas.
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Cuando el Unicaja fue informado de esta situación, se puso en contacto con los responsables médicos de la Euroliga velando por la seguridad de sus jugadores. Hay que tener en cuenta que la plantilla del Mornar había convivido tanto en el viaje, como en el hotel y en los entrenamientos previos al partido. Desde el equipo de Montenegro se quiso mandar un mensaje tranquilizador, pues, al parecer, los dos afectados ya habían pasado la enfermedad y, teóricamente, no representaban un riesgo de contagio para el resto.
El protocolo de la Liga Endesa es muy claro al respecto. En caso de positivo, sea del tipo que sea, el afectado debe quedar aislado y en cuarentena hasta que deje de dar positivo. Es un caso calcado al de Francis Alonso, que pasó la enfermedad durante el confinamiento en Oviedo, entrenó durante un mes con el Unicaja y que, justo antes de la Fase Final de Valencia, dio positivo, lo que le obligó a aislarse y le impidió jugar aquel torneo. El club malagueño paralizó entonces los entrenamientos y realizó pruebas a todo el equipo.
Fue el entrenador del Mornar Bar, Mihailo Pavicevic el que desveló antes del choque que su equipo llegaba al encuentro con dos bajas. «El partido de la primera vuelta fue un buen día para nosotros porque pudimos contar con todo el equipo, pero ahora tenemos dos bajas. Una es la de nuestro base titular, Derek Needham, que está aquí con nosotros, pero no puede jugar, y otra es la de Bjelica, que no pudo viajar», dijo a las cámaras de DAZN.
Al término de la entrevista previa al partido, Pavicevic dio más detalles sobre el estado de Needham y no se explicaba la negativa de la Euroliga a que jugase, pues el base ya quedó aislado en Francia cuando su equipo se enfrentó al Metropolitans 92 al dar positivo (20 de octubre). El técnico dijo que, desde entonces, el jugador había pasado cuatro test y en todos dio negativo.
El caso es que Neeham estaba en el vestuario y a pie de pista con sus compañeros (como muestra la fotografía superior), y no aislado, al igual que la otra persona que dio positivo y cuya identidad no trascendió, pero que podría ser un integrante del cuerpo técnico.
Según algunos expertos, en estos segundos positivos el virus no es infeccioso, no es una reinfección, tampoco una reactivación de la enfermedad; en realidad forma parte del proceso de curación del cuerpo, trazas de coronavirus, que es captado por la prueba y da positivo. Sin embargo, esto no está cien por cien contrastado, de ahí los temores del Unicaja, que al margen del caso de Alonso, ha tenido otra situación similar recientemente, con otro integrante de la plantilla y que quedó aislado y en cuarentena de inmediato.
Los jugadores del Unicaja se someterán hoy a una tanda de PCR cara al partido del domingo ante el Gipuzkoa, donde no se esperan positivos, pero nadie se atreve a asegurarlo. La clave será en las pruebas que se harán el lunes, pues pasado unos días la enfermedad ya puede hacerse evidente.
El Unicaja debe viajar la próxima semana a Montenegro para medirse al Buducnost, que el viernes pasado notificó ocho positivos y luego indicó que había más contagios en la plantilla. Ese partido previsto para el miércoles será aplazado casi con toda seguridad.
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