El Unicaja sigue de dulce (97-88)

Hay que pellizcarse para digerir todo lo que está sucediendo en torno al equipo este curso, en vísperas de optar a un segundo título en una sola campaña (hablamos de la Champions) y cerca de jugar unos ‘play-off’ por el título con factor cancha en la serie de cuartos de final, porque la derrota del Tenerife este miércoles coloca ya a los cajistas cuartos en la tabla. La reconciliación es total. Da igual el horario, el ambiente es excepcional, y siempre aparece un protagonista diferente entre los cajistas, esta vez un Kalinoski desatado en el segundo tiempo. Cinco triples de su cosecha en el partido y siete del equipo en el cuarto final.

Como el del Lenovo Tenerife, se trataba de un choque adelantado de la jornada trigésima segunda, porque ambos equipos estarán en la Final Four europea el próximo fin del semana, y el Unicaja no pudo tomar las riendas del partido en el primer tiempo, con bajos porcentajes de tiro y sin defender con la intensidad a la que sabe hacerlo. Especialmente difícil fue sujetar a Harding, segundo mejor anotador de la Liga Endesa (16,2 puntos de promedio), pese a la intención inicial de Ibon Navarro de lograrlo con Kalinoski, que se situó con dos faltas pronto y con tres apenas avanzado el segundo cuarto.

Este problema se sumó a una rotación más corta, sin Brizuela ni Díaz, que fue esta vez el que se vistió, y con la aportación de un Saint-Supery que entró muy desdibujado en el tiro (un problema posterior fue un corte en una mano de Barreiro ya en el tercer cuarto). Perry estaba incómodo, Harding se fue a los 15 puntos en un santiamén, sin necesidad de estar mucho tiempo en pista. Movió bien la bola en ataque el Manresa, que encontró muchos tiros liberados, mientras el cuadro malagueño presentaba un pobre 25% en triples (4/12), sintomático de que las cosas no salían.

El 8-15 de salida ya avisaba de la dificultad del duelo, y aunque el Unicaja no se descolgaba no acababa de ejercer su jerarquía. Navarro, que probó primero con Ejim emparejado por dentro con Robinson, tocó nuevas teclas y una de las que mejor le fue resultó ser Kravish, que anotó los siete primeros puntos de su equipo en el segundo cuarto. Tuvo ventajas muy puntuales en el tanteo el Unicaja, que cerca del descanso volvió a perder el hilo del choque, ante un Manresa coral, serio y con diez de sus hombres anotando al ecuador del duelo (37-43).

El Unicaja ya salió con otra cara tras el intermedio, y varia decisiones arbtrales lo espolearon aún más, como un canasta no otorgada a Djedovic y la lenta señalización de una una antideportiva contra Perry a través del Instant Replay. Emergió Osetkowski, con siete puntos casi de un tirón, y empezó el festival de Kalinoski, con dos triples. La estrategia era ya clara, colapsar la zona para empezar a sumar más por fuera.

En el Manresa no hubo noticias de Harding ya, y tampoco de otro hombre importante como Badio, de forma que el Unicaja, haciendo daño ya en transiciones, como le gusta acabó el tercer parcial arriba (65-62), antes de su explosión final en el cuarto, con 7/9 en triples. Demoledor ante cualquier rival que se ponga enfrente. Lo intentó parar Pedro Martínez con defensas zonales, pero ni con esas.

Además se vio a un Perry mucho más inspirado y en un triple va, triple viene de ambos equipos, lo que fue un encuentro duro de roer en tres cuartas partes del mismo, acabó en plena exhibición local. Ruge el Carpena, vuela el Unicaja, y cabe ilusionarse con cualquier empresa en esta temporada de ensueño.