La historia es caprichosa para voltear realidades que parecen estar reñidas con la costumbre. Suele recurrirse al tópico de que las estadísticas se escriben a veces con renglones torcidos y están para romperse. Siempre hay una primera vez que hace añicos todo lo dicho anteriormente. ... Y el Unicaja, aliado con las gestas y acompañado de las hazañas que han engrandecido su trayectoria en la élite, ha protagonizado algunos reveses históricos que han marcado su existencia. Y uno de ellos tiene como testigo a su rival de este martes, un Manresa que ya fue capaz de sobreponerse a los antecedentes y remontar una eliminatoria que empezó perdiendo.
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La única vez que el Unicaja perdió una serie del 'play-off' por el título con el factor cancha a favor y después de haber ganado el primer partido ante su afición ocurrió en 1996 y ante el mismo rival con el que ahora se jugará el pase a semifinales. El equipo malagueño venció por 21 puntos (90-69) en el choque inaugural, cayó en Manresa por 106-100 tras dos prórrogas y perdió en el tercer y decisivo encuentro por 82-98, con una descollante exhibición de Esteller, posteriormente jugador verde, gracias a sus 25 puntos y cuatro triples sin fallo incluidos.
Casualidades de la vida, ese Manresa que contaba con Chichi Creus y Jesús Lázaro como directores de juego estaba entrenado por Salva Maldonado, que hoy es ayudante de Pedro Martínez en un equipo que se aferra a la historia para voltear el favoritismo de un Unicaja que ha hecho méritos para seguir soñando en esta Liga para la posteridad.
Hay otros dos antecedentes en los que el Unicaja ganó el primer partido, pero luego perdió la eliminatoria, pero en ambos casos no tenía el factor cancha a su favor. El primero de ellos sucedió en la mítica final de Liga de 1995 cuando el cuadro que dirigía Javier Imbroda fue capaz de llevarse el choque inaugural para luego caer en el quinto choque en el Palau, tras el legendario triple de Ansley que no entró en el cuarto partido.
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La segunda vez, y última, que ocurrió este hecho fue más reciente, en 2019, cuando el Unicaja entrenado por Luis Casimiro ganó en Valencia el primer partido de cuartos de final y luego cedió los dos siguientes, cayendo eliminado cuando tenía todo a favor.
No obstante, la historia es tozuda y marca tendencias. En 28 temporadas en las que los cuartos de final han sido a tres partidos (112 eliminatorias), en 83 de las 90 ocasiones en las que se vio un 1-0 el que ganó ese primer partido pasó a semifinales. Es más, el 64,4% (58 eliminatorias) de las veces el cruce acabó en un 2-0, mientras otras 25 veces (27,8%) finalizó con 2-1. Únicamente, en siete ocasiones (7,8%) se produjo la remontada del 1-2, y de esas siete una la protagonizó el Manresa precisamente frente al Unicaja…
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