El Unicaja completa su obra maestra y conquista el título de la Champions League (75-80)

Se le señaló desde el comienzo como el gran favorito al título, pero tenía que demostrarlo en la pista. La realidad es que lo ha hecho desde que arrancó el torneo Europeo en el mes de octubre. Ha ofrecido el mejor baloncesto, ha dominado a sus rivales y en Belgrado, tras superar el complicado escollo del Murcia en semifinales, doblegó a un rival tan exigente como el Tenerife. Dentro de unos años, los aficionados recitarán de memoria la composición de esta plantilla que dio al club el tercer título internacional de su historia. Lo mejor de todo es que a este equipo no se le ve límite y este éxito en Belgrado respalda su aspiraciones a luchar por todo esta temporada, también por la Liga Endesa. De momento, el título en la Champions le da el billete para jugar la exótica Copa Intercontinental. El sueño continúa. Disfrútenlo, porque esto no se ve todos los años.

Se comentaba en Belgrado que el Unicaja se quitó un peso de encima en el encuentro ante el UCAM Murcia. Esa presión que le hizo jugar tan mal en el primer tiempo ante los murcianos ya no estaba. Había desaparecido. Ahora estaba liberado. Efectivamente, los primeros minutos de la Final fueron un 'clinic' defensivo del equipo malagueño, que tenía objetivos muy claros: desgastar a Marcelinho Huertas y Kyle Guy. Los dos pasaron casi inadvertidos. Fue un trabajo colectivo sobre ambos, pero iniciado por Alberto Díaz sobre el base brasileño. Cortada esa vía de generación de juego, la entrada de Perry elevó el ritmo del equipo malagueño, que con los triples de Djedovic y Kravish cerró un primer cuarto perfecto (10-16).

No importó que apareciera Shermadini, porque luego también quedaría anulado. La energía malagueña superaba totalmente al Lenovo Tenerife, al que se le veía ofuscado, irritado y bloqueado. Tuvo el equipo canario un par de destellos con Huertas y Sastre (21-24), pero el regreso de Díaz supuso una pesadilla para el MVP de la temporada en la Champions. En ese momento, llegó la segunda oleada del Unicaja, que enlazó un parcial de 6-14 para llegar al descanso dominando el ritmo desde la defensa y a 20 minutos del título (27-38).

Era difícil hacerlo mejor, pero este equipo nunca deja de sorprender. La puesta en escena tras el descanso fue brillante y casi manda a la lona al Lenovo Tenerife con tres triples seguidos de Djedovic, el hombre que reventó el partido contra el Murcia ponía ahora patas arriba la final. El Unicaja ganaba 33-47 y amenazaba con romper, pero el equipo canario si tiene algo es que sabe agarrarse a los partidos. Apareció Huertas para resucitar al Lenovo y asistir a Abromaitis y Shermadini. La renta del Unicaja se había esfumado (48-53, min. 26, la máxima de quince) y pudo ser peor, pero Carter y Barreiro, con dos triples, aguantaron el empuje del rival (56-62).

El incendio parecía sofocado cuando Osetkowski y Sima elevaban la ventaja hasta los once puntos nada más arrancar el último cuarto (56-67), pero un parcial de 7-0 del Tenerife obligaba Ibon Navarro a parar el partido. ¿Nervios? Para nada. Un triple de Kravish y un robo de Perry culminado con una bandeja al contragolpe daban nueve puntos de ventaja a 3:41 del final (66-75).

El Unicaja pasó a administrar su ventaja con pico y pala sin verse seriamente apurado en ningún momento. Entró en el último minuto del partido con 71-77. Hubo falta de Djedovic a Guy en la que se reclamó en vano antideportiva (73-77), pero después llegó una pérdida de Díaz y otra a renglón seguido de Fitipaldo, que se precipitó en su ataque en la que podía haber sido la última esperanza del Tenerife de entrar en el choque. El intercambio de tiros libres dejó al cuadro canario con 75-80 a 9.5 segundos y los fallos desesperados desde el perímetro de Guy y Abromaitis pusieron el colofón.