El Unicaja, ante la primera de las cuatro finales para no faltar a la Copa del Rey

Viendo el juego del conjunto que dirige Fotis Katsikaris se hace difícil imaginar que pueda conseguirlo, pero los partidos hay que jugarlos. Todos estos encuentros, salvo el del Bilbao, serán en el Palacio de los Deportes y esa es la gran baza del Unicaja para conseguir el objetivo mínimo del primer tramo de la temporada.

La primera final es esta noche a las 20.45 horas (Movistar Plus) ante el Joventut. Es un rival complicado que juega un baloncesto, que tiene una plantilla equilibrada y que también llega con la necesidad de un triunfo para casi certificar su presencia en la Copa. El Unicaja es undécimo con un balance de 6-7 y su rival ocupa la tercera posición con 8-4 y un partido menos.

Después de un juego irregular y lleno de altibajos, y pese a la victoria del miércoles ante el limitado Nizhny Novgorod, el equipo malagueño precisa de una notable mejoría para plantar cara a un Joventut bien conjuntado, entrenado, que se reforzó bien en verano y cuya cuarta posición no es casual. El conjunto que dirige Carles Durán tiene el cuarto mejor ataque de la Liga (81,58), es tercero en valoración, cuarto en triples (37,75) y, lo más peligroso, cuarto en rebotes ofensivos con una media de 11,6. Todos estos parámetros.

La gran amenaza vuelve a ser Ante Tomic, que sigue incombustible promediando 15 puntos por partido y que viendo el estado del juego interior cajista, puede hacer un destrozo en su combinación con Derek Willis, el polivalente Brodziansky y el joven Birgander. La ausencia de Ferrán Bassas, todo hace indicar que por coronavirus, resta algo de potencial a un triplete de bases de primer nivel con Ribas y Vives.

El Unicaja tendrá que mostrar su mejor versión para abordar a un rival con múltiples amenazas. Entre otras cosas tendrá que ordenar sus roles en una rotación todavía sin jerarquías claras a estas alturas de la temporada. Una derrota esta noche ante el equipo de Badalona equivaldría a no jugar la Copa, así que el conjunto malagueño tendrá que salir con todo. Ya no hay margen de error.