El Unicaja se redime con una exhibición ofensiva ante el Joventut (113-91)

Los brotes verdes, nunca mejor dicho, atañen con la mejoría individual de casi todos los cajistas, en una actuación muy coral en la que se compartieron mucho los minutos y no hubo un jugador que dejara de tener protagonismo en alguna fase del choque o en una faceta del mismo. Hubo seis jugadores en dobles dígitos de anotación, 29 asistencis (a dos del récord histórico del equipo), mejoró mucho la aportación en ataque de Kravish, apareció Taylor, tras un discreto primer tiempo, y hasta Kalinoski, que no había tenido lucidez hasta ahora, siempre con la brillantes actuaciones de Perry, Carter o los puntos de Osetkowski.

Faltaban 4:15 para el final y el Unicaja ya había llegado a los 100 puntos tras el enésimo triple de Perry, amenazando los 114 de tope histórico de anotación en casa (son 117 fuera), logrados en dos ocasiones, en 2018 ante el Gipuzkoa en la Liga ACB y, la última, muy reciente, ante el humilde Heroes Den Bosch en la previa de la BCL. En la posesión final (atacando con 113 puntos en el zurrón) el cuadro malagueño tuvo opción de lograrlo, pero seguramente no era consciente de esta circunstancia.

Aunque el Unicaja comenzó con buenas sensaciones, no fue tan plácido el duelo al inicio. Kravish, que había partido en el quinteto de salida, síntoma de que el trabajo de las dos últimas semanas, con más continuidad y menos molestias en su pie, ha ido dando resultados, anotó seis puntos, aunque se vio enseguida con dos faltas y se tuvo que sentar. Pero del 10-4 inicial se paso a una fase en la que el Joventut contuvo mejor el ímpetu del cuadro local y aparecieron sus referentes como Tomic y sus reversos, además de Onuaku o Deshaun Thomas. Aunque Feliz estaba más centrado en la dirección que en la anotación, el parcial final del primer cuarto (23-22) denotaba que las espadas podían estar en todo lo alto.

Pero en el segundo cuarto el Unicaja incrementó su nivel en ataque y se desató en el tiro exterior llegando al descanso con 6/10 en triples. Casi todos los hombres de verde estuvieron acertados ante la canasta rival. El cuadro malagueño se gustó, con un ritmo muy alto y con cierto dominio del rebote en la canasta rival que le permitió correr. Djedovic tiró de coraje en sus penetraciones para el 36-29 y una primera renta ya a a considerar de siete puntos, que se amplió al doble un par de segundos antes del descanso (58-44) guiado sobre todo por un Ostekowski que se gustó corriendo y anotando. El Joventut se estaba viendo desbordado, aunque en la otra canasta encontraba todavía puntos para frenar en parte la sangría.

Esto cambió incluso al inicio del tercer cuarto, pese a que llegasen problemas para Ibon Navarro con la cuarta falta de Kravish apenas al reanudarse el juego. Sin embargo, Sima, que le relevó enseguida y estaba haciendo hasta entonces un partido discreto, se soltó, y fue entonces cuando el cuadro malagueño logró darle un punto más a su esfuerzo defensivo. Se entonaron también en ataque hombres que no habían aparecido casi en esa faceta como Taylor (se fue a las siete asistencias) y la ventaja fue a más (70-55, minuto 35 o 75-58 en el 37) hasta el 87-64 del fin del periodo, en el que el Joventut anotó sólo 18 puntos, muy pocos ante el ritmo realizador de su rival.

La renta de 23 dejaba a priori, salvo debacle, todo resuelto cara a los diez minutos finales, pero el Unicaja se siguió divirtiendo. Con tal diferencia en el electrónico es más fácil doblar la muñeca para lanzar de lejos y los triples siguieron cayendo ante un rival que vivió una mala noche, una cita para olvidar en la que se igualó el histórico de los duelos entre ambos equipos 39-39. Ahora el Unicaja afronta otro horizonte, con muchas más semanas de dobles esfuerzo competitivo. Por lo pronto, el miércoles llega el debut en la Basketball Champions League ante el Falco Szombathely húngaro.