El partido imposible de jugar

El entrenador del Gran Canaria, Jaka Lakovic dijo que «salimos más perjudicados nosotros, aunque todos protestamos. Tenemos que aprender a controlar más lo que podemos controlar». Mientras, que el del Unicaja, Ibon NavarroNavarro, lo vio así: «es difícil que esté todo el mundo enfadado, pero no es motivo por el que hemos estado tan fallones y con tan poca claridad de ideas».

El caso es que el Unicaja-Gran Canaria empezó a las cinco de la tarde y acabó a las 19.03. Dos horas de partido. El motivo de esta anómala duración estuvo en el torrente de interrupciones, pues se señalaron 52 faltas personales, incluidas las técnicas y antideportivas. Se trata del registro más alto en los 18 partidos de la Liga ACB que se han registrado hasta el momento. Incluso en encuentros que se han resuelto con prórroga y por lo tanto con cinco minutos más de juego, no se señalaron tantas faltas personales. Aunque los entrenadores estuvieron comedidos en la rueda de prensa posterior al choque, de puertas para dentro se cuestionaba el nivel del trío arbitral que dirigió el partido.

Aunque la Liga ACB ha introducido nuevas normas para agilizar el juego, de momento no parece que funcionen, al menos no lo hicieron en el partido jugado en Málaga. Se han reducido las revisiones de las jugadas por televisión, pero los jugadores no terminan de aclararse con la nueva norma del saque rápido, y más cuando se trata de dos equipos que participan en torneos internacionales, donde esa regla no existe...

Además, el partido también registró tres calificaciones (Lima, Albicy y Víctor García, segundo entrenador visitante), que siempre es algo que genera un parón más largo hasta que el afectado sale de la pista y se ejecuta la correspondiente sanción en forma de tiro libre.