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El Unicaja tuvo que derrotar dos veces al Joventut (102-93). Las lagunas defensivas de este equipo le llevaron a enterrar en el último cuarto una renta de 16 puntos cuando antes había lavado su imagen, tan cuestionada en las últimas semanas. Liderado por ... Dimitrijevic, con 17 puntos en el periodo final, se llegó a la prórroga, pero allí ya sí el cuadro malagueño, que parecía comparecer muy tocado en los minutos de la verdad, volvió a impulsarse sobre su rival, conducido por Brizuela (se elevó a los 30 puntos), que fue quien forzó el periodo añadido.
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No lo tenía fácil el Unicaja pese a vérselas con un Joventut sin López Aróstegui, pero el cuadro badalonés partía con opciones de sellar matemáticamente su clasificación para los 'play-off', para lo que tenía que ganar de doce o más (o vencer y esperar este domingo la derrota del Gran Canaria). Las primera acciones del choque parecían apuntar a lo peor, cargándose de falta los dos pívots locales y permitiendo algún que otro rebote ofensivo. Pero pronto se apreció que el Unicaja era otro, con una configuración inicial sin Alberto Díaz y con Jaime Fernández dirigiendo. Nada que ver con la impotencia de sus dos últimas citas, en Tenerife y ante el Casademont Zaragoza. Ante la enésima advertencia de su entrenador antes del partido, el equipo apretó más los dientes atrás y en la defensa del bloque directo.
De paso, Brizuela estuvo en modo 'on', con 11 puntos en el primer cuarto. Con acciones de valor superior, con dos triples y otros tantos 2+1, aunque en el último no convirtió el tiro adicional tras una canasta casi imposible cayéndose. El Unicaja se llegó a ir de siete (19-12 y 21-14), ante un Joventut sin anotar desde fuera, pero acudiendo con asiduidad a la línea de tiros libres.
Con el tiempo aparecieron en los locales otros protagonistas. Especialmente, Bouteille al que hace mucho que se le esperaba 'on fire'. Dos triples suyos y una bandeja corriendo de lado a lado de la pista permitieron al Unicaja irse de trece en el marcador (37-24). También se vio más tiempo a pista a Alonso y aportaban lo suyo Thomas, Abromaitis, Waczynski y un muy mejorado Thompson, aunque su problema fue que se cargó con tres faltas antes del intermedio.
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Sin grandes alardes, el Joventut se puso las pilas. Probó diferentes formato de quinteto, llegando a juntar en pista a Bassas y Dimitrijevic, y recortó diferencias antes del descanso gracias al oficio de Tomic, que se fue al intermedio con 11 puntos, tres rebotes y 18 de valoración. Casi nada. Así las cosas, se llegó al intermedio con un 44-38 que a lo mejor no reflejaba con firmeza el cambio de imagen cajista.
Pero el Unicaja perseveró en sus buenos apuntes del primer tiempo. Su arranque en el tercer cuarto, que tantas veces ha lastrado su labor, fue impecable castigando al Joventut una y otra vez bajo el aro en acciones de penetración y mates de forma muy coral. Hasta de catorce (59-45) se marchó el equipo en el ecuador del tercer periodo, y al cuadro badalonés le faltaba un factor clave de su ataque, los triples (1/9). El único lunar eran ya las cuatro faltas de Thomas y lo cargado que estaban el resto de compañeros interiores.
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Un parcial de 0-8 del equipo catalán (59-53) devolvió la incertidumbre, con triples de Morgan y Bassas, con lo que empezaba ya a enchufarse desde fuera la 'Penya'. Justo cuando más parecía que flaqueaba el rebote, el Unicaja dio otro tirón al partido y con un 10-0 concluyó el tercer cuarto con 16 puntos de renta (69-53), una ventaja que se antojaba decisiva cara a amarrar la victoria. Las pérdidas lastraban al Joventut, muy dependiente de Tomic.
Pero en el cuarto final sucedió lo increíble. El Unicaja parecía tener que administrar simplemente su botín, que fue menguando de una forma preocupante con un Joventut liderado entonces por Dimitrijevic (17 puntos en el periodo final). Se pasó del 78-68 al 78-82. El aro se le cerró al Unicaja, que no anotaba de ninguna de las maneras, y el joven base macedonio tiró de su equipo, aunque dos tiros libres suyos fallados a 21 segundos del final fueron cruciales (82-84). Luego Brizuela, forzó el añadido con una bandeja, porque 'Neno' no acertó co un tiro postrero de dos.
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El sufrimiento del aficionado cajista toco a su fin en la prórroga, dominada de cabo a rabo por el Unicaja con un Brizuela decisivo y que se fue a los 30 puntos (ocho en los cinco minutos finales). El final fue dantesco, con Diaz y Birgander eliminados, Dimitrijevic lesionado y Brizuela, con el gemelo subido y teniendo que dejar el partido. Pero hubo premio final. Aun con sangre, sudor y lágrimas, victoria al fin. Que es lo que cuenta.
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