El Unicaja sigue vivo en su carrera para jugar la Copa del Rey. El conjunto malagueño superó al Coosur Betis en un choque que tuvo momentos muy malos y en el que estuvo a punto de perder por una pésima gestión de los instantes finales ( ... 73-79). Después de una primera parte muy pobre, el equipo que dirige Katsikaris mejoró en el tercer cuarto con gran protagonismo de sus jugadores nacionales. Llegó al tramo final con once puntos de ventaja, pero ni eso le sirvió para tener un desenlace tranquilo. El conjunto bético, colista de la liga, puso contra las cuerdas a un Unicaja que sigue tan irregular como antes del parón por los partidos de selecciones. Norris Cole, con 20 puntos, fue el más destacado.
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Como era de esperar, el Betis ofreció una imagen distinta a la del equipo descompuesto de las últimas semanas y demostró tener perfectamente estudiado al Unicaja. Las ayudas constantes para frenar a un fallón Eric y el castigo a la defensa de Bouteille fueron una constante de los primeros minutos, lo que permitió al conjunto que ahora dirige Luis nCasimiero mandar en el marcador sin demasiados problemas (13-8, min. 5). El juego del Unicaja era lento, plagado de pérdidas y sin el ritmo que le demandaba el choque. Como no había elaboración, Cole asumió el mando de las operaciones y sus puntos evitaron que el cuadro sevillano lo tuviese más fácil. Las rotaciones del Unicaja aumentaron las descompensaciones defensivas, con duelos tan desiguales como el de Brizuela o Alonso, que llegan raspando al 1,90 defendiendo a Bleijenbergh, un 2,08. Los últimos minutos del primer cuarto fueron horrendos, con Brizuela descontrolado y tomando malas decisiones (20-18).
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Xane Silveira. ADG.
Juan Calderón
Por suerte, el Unicaja tenía delante al Betis, colista de la liga, porque de haber sido otro equipo, el partido se le habría ido a las primeras de cambio. Hubo muchos rebotes ofensivos para los dos equipos, pero la explicación es que venían de pésimas situaciones de tiro, de ataques alocados. Fueron cinco minutos de un baloncesto desastroso en los que el parcial del cuarto era 2-3. Nadie conseguía imponerse por la predominancia de pérdidas. Nzosa tuvo que entrar por un Eric que daba la razón a los responsables del club en la idea de fichar a un cinco. El nigeriano recibió cuatro veces cerca del aro y en tres de ellas cometió pasos. Descorazonador.
De nuevo fue Cole el que puso los puntos y también fue importante la entrada de Carlos Suárez, rescatado del fondo del banquillo. Sus primeras acciones fueron cinco puntos seguidos y una asistencia para un triple de Díaz. El Unicaja jugaba con algo más de cordura, pero tenía un agujero en defensa ante la imposibilidad de frenar a Agbelese. Los ocho puntos seguidos del pívot del Betis mantuvieron el choque igualado al descanso, 38-39.
Por suerte, después del esperpento de la primera parte, el Unicaja mostró otra cara. No es que su juego fuese brillante, pero al menos sí tuvo más lógica, elaboración y menos pérdidas. Los buenos minutos de Abromaitis y una gran eficacia desde la línea de tres le permitieron abrir la primera ventaja seria en el marcador (45-53, min. 25). Aunque Agbelese seguía haciendo daño, lo bueno es que Rubén Guerrero le daba réplica en el aro local. El marbellí rindió mejor que Eric y Nzosa y se reivindicó en la pista ante el que puede ser su próximo equipos. El cuadro cajista encaró el último cuarto con su máxima ventaja (53-61).
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El mal juego de los locales permitió que el Unicaja mantuviese el control del partido. El choque perdió calidad, si es que en algún momento la tuvo, pero el conjunto de Katsikaris dominaba sin demasiados problemas. Ganaba por once puntos a falta de cuatro minutos sin hacer un gran baloncesto, pero se relajó tanto que se metió en un lío. El técnico griego optó por jugar los instantes finales con Brizuela, que seguía mal y con Cole, y las cosas fueron tan mal que tuvo que rectificar de inmediato. El Betis lo aprovechó para volver al partido con un parcial de 7-2 (73-75). Tuvo el conjunto sevillano una acción para ponerse por delante a tres segundos para el final, pero la inteligencia de Alberto Díaz forzó la falta de Vitto Brown y ahí murió el partido, por suerte para el Unicaja...
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