El Unicaja gana y sigue en su puesta a punto. Su tres de tres en victorias podría relativizarse ante la entidad de los rivales, pero aun siendo de inferior potencial tampoco están tan distanciados. El Granada y el Monbus Obradoiro compiten en la ACB con ... dignidad, y el Benfica, 'sparring' ayer, ganó la Liga portuguesa y participa en la BCL.
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Sin embargo, el Unicaja humilló, y de qué forma, al equipo lisboeta. Hace un año por estas fechas había caído ante el Sporting portugués (82-85) en la misma cita, entonces en Villagarcía de Arosa, lo que da idea de que los cuadros lusos no están a una distancia sideral. Incluso, el Benfica se deshizo en la prórroga el sábado (90-93) del Río Breogán. Pero anoche, en Pontevedra, la actividad defensiva el cuadro malagueño acabo ridiculizando a su rival, que se fue al descanso con 18 puntos y que en el segundo cuarto solo había anotado un triple hasta una canasta a 30 segundos del final de Sergio Silva. Ciertamente sonrojante.
Unicaja: Carter (6), Djedovic (10), Barreiro, Osetkowski (14) y Thomas (3) –cinco inicial–, Saint-Supery (3), Kalinoski (17), Taylor (18), Del Pino (3), Smith, Diop (8) y Badji (2).
Benfica: Douglas (9), Jose Silva (5), Sergio Silva (5), Ben Rondhane (6), Carter (4) –cinco inicial–, Gameiro (5), Barbosa (4), Drechsel (4), Pavicevic (1), Diop, Lisboa y Reivao (4).
Parciales: 20-13, 19-5 (39-18), 27-12 (66-30) y 18-17 (84-47).
Árbitros: Jacobo Rial, Cristian Martín y Jorge Caamaño.
Cancha: Final del Torneo EncestaRías, celebrada en el Pabellón Municipal de Pontevedra. En el duelo por el tercer y cuarto puesto, el Río Breogán ganó el derbi al Monbus Obradoiro (60-74). En un concurso de triples entre ambas citas el ganador fue el cajista Tyson Carter.
El Unicaja fue a lo suyo y sigue mostrando buenas sensaciones, mientras se termina de rearmar. A falta de cinco jugadores (a un sexto, Lima, se le espera para finales de año), todo pinta bien. Algo espeso en ataque, fue fiel a su identidad en la final del Torneo EncestaRías. Cerró vías de penetración, sumó recuperaciones, corrió y siguió sin acusar la ausencia de sus dos bases y sus tres 'cincos' principales.
Las distancias llegaron ya de salida, en un duelo que comenzó muy trabado, pero luego fueron a más. Carter (Tyson, no Terrell, el pívot rival) sumó seis puntos de salida y la actividad bajo la canasta propia del conjunto cajista generó dificultades tremendas al rival para encontrar tiros sencillos. Daba igual que la rotación diera paso a una segunda unidad con elementos como Sean Smith, Saint-Supery, Del Pino o hasta Badji, porque el Unicaja no bajó el pistón.
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Lo más ridículo para el Benfica fue su segundo cuarto, con una sola canasta, un triple de José Silva, antes de que a 30 segundos del descanso anotara cerca del aro Sergio Silva. Sin estar arrollador en sus porcentajes de tiro (4/15 en triples al descanso, por ejemplo), el Unicaja anotaba y estiraba la diferencia.
Es pretemporada, el resultado no decide nada, pero el cuadro malagueño dignificó la profesión sin reducir un ápice su intensidad, en un tercer cuarto que mantuvo el guion del duelo. Al Benfica le costaba la vida anotar y la brecha se fue a los 33 puntos (53-20) pasado el ecuador de este periodo, lo que dio pie a un tiempo muerto en el que Norberto Alves leyó la cartilla a los suyos, que sólo sumaron dos tiros libres de Douglas. Algo indigno de un torneo que registra ya una docena de ediciones, y que tiene al Unicaja como inquilino fijo en las últimas.
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El Unicaja no dominaba por entonces el rebote ni escatimaba en faltas, pero era casi irrelevante ante su superioridad física y el ritmo e intensidad defensiva. Para entonces hombres como Kalinoski, que dio un nuevo recital en el tiro exterior, Taylor y Osetkowski empezaron a gustarse, y el Benfica comenzaba a digerir mal la tunda con técnicas al tunecino Ben Rondhane y una a Terrel Carter descalificante. El partido tenía un ritmo un tanto interminable, con un retraso de casi media hora en su inicio para disputar un innecesario concurso de triples y con un nuevo parón para tratar de arreglar el reloj de posesión, pero lo que no cambiaba era la incapacidad del rival, con dos canastas de juego en el parcial y surtiéndose sólo de tiros libres.
En el último cuarto por fin hubo algo de relajo defensivo del Unicaja, pero la diferencia se fue a los 40 puntos (71-31) y se vieron acciones surrealistas como un intento de mate de Gameiro contra aro o un tapón de Saint-Supery a segundos del final. Quizás ya a esas alturas Ibon Navarro dejó de extraer conclusiones del duelo, si es que las hubo antes. Pero conviene no despistarse. Pese a la superioridad abrumadora, el cuadro malagueño compitió muchos minutos sin bajar de marcha y sigue sumando minutos de trabajo a la preparación, que ahora continuará el próximo fin de semana con el Trofeo Costa del Sol, antes de la Supercopa.
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