El Unicaja frena las renovaciones ante la incógnita de su nuevo presupuesto

Junto a ello hay diversas cuestiones deportivas que han obligado a echar el freno a las distintas operaciones que se tenían previstas e incluso a algunas negociaciones que ya se habían puesto en marcha. De lo poco que va a hacer el Unicaja es asegurarse la continuidad de Yannick Nzosa, como ya se explicó semanas atrás, con una mejora de su contrato, que se mantendría hasta 2024, el más largo del grupo junto al de Alberto Díaz, que renovó por cuatro años más en agosto de 2020.

El club tiene que abordar distintos asuntos que en situaciones normales ya estarían avanzados a estas alturas de la temporada: renovaciones, ampliaciones de contrato y hasta algún fichaje. Sin embargo, todo está en la sala de espera, algo atípico respecto al modo de proceder de todas las campañas anteriores.

Hay media docena de jugadores que acaban contrato, una cifra muy superior a la del año pasado, cuando casi toda la plantilla estaba atada, lo que llevó en verano a hacer un solo fichaje, el de Abromaitis. Algunos de los seis cuyo compromiso expira en breve parece bastante claro que no van a continuar en Málaga la próxima temporada por cuestiones deportivas, pero también económicas como los pívots norteamericanos Deon Thompson y Malcolm Thomas. 

Otros, sin embargo, con un caché más bajo, están a la espera de ver cómo se posiciona el club. En este grupo aparecen Adam Waczynski y los canteranos Francis Alonso y Rubén Guerrero. El Unicaja dispone de opciones para ampliar el contrato de los tres de forma unilateral. En el caso de los dos malagueños, el Unicaja ya le planteó al pívot un contrato multianual, pero no se ha avanzado en la concreción del mismo, pese a la buena sintonía que había tanto con el jugador como con sus agentes. También acaba contrato Francis Alonso, con el que sin embargo no ha habido negociación alguna, según pudo saber SUR. Como en la situación de Guerrero, el Unicaja dispone de una opción para retenerlo y tendrá que pronunciarse al acabar la temporada. Ambos son cupos de formación, algo clave pues la próxima temporada va a variar el sistema de confección de las plantillas, y se podrá contar con tres extracomunitarios –ahora son dos– siempre y cuando se hagan plantillas de más de trece fichas. A cambio, el número de cupos que hasta ahora era un mínimo de cuatro pasará a ser de cinco. El Unicaja cumpliría con esto último si mantiene su actual configuración, de hecho le sobrarían, pues tiene a Brizuela, Fernández, Díaz, Alonso, Guerrero y Nzosa.

Hay otro aspecto clave en la toma de decisiones, saber quién será el entrenador. El club puede 'cortar' a Fotis Katsikaris si considera que no ha cumplido con los objetivos deportivos marcados, así que esta es otra cuestión que se tendrá que abordar en las próximas semanas, pues no conviene perder de vista que queda mes y medio para el final de la fase regular de la Liga Endesa. Dejarlo todo para el verano es algo que el Unicaja no ha hecho desde hace varias campañas y tampoco es aconsejable, ya que entonces puede haber un menor margen de maniobra en numerosos aspectos.