El Unicaja firma un partido calamitoso ante el Manresa

Se esperaba un paso más en la progresión mostrada en las últimas semanas por parte del Unicaja, pero no hubo nada de eso. Lo que se vio en la pista fue una involución total del equipo que dirige Luis Casimiro, que en ningún momento estuvo en el partido. El Manresa, por su parte, dio un recital tanto ofensivo como defensivo que se llevó por delante al Unicaja. Pedro Martínez demostró conocer a la perfección las carencias del equipo malagueño y Eatherton castigó una y otra vez la fragilidad de los pívots locales, dejando en evidencia a Gerun y Thompson. Casimiro no paraba de hacer cambios, siete en siete minutos, pero su equipo no respondía ofreciendo un juego sin ideas y carente de energía. El resultado fue un 15-25 al final de un primer cuarto en el que el Unicaja cogió 3 rebotes por 11 de su rival.

Un par de buenas acciones culminadas con triples permitieron al cuadro cajista empatar el partido, pero el problema persistía. Si antes fue Gerun, ahora era Guerrero el que naufragaba. El técnico tuvo que tirar ya de Nzosa como recurso de emergencia. El joven congoleño volvió a poner en evidencia a sus compañeros con continuos esfuerzos defensivos, además de cuatro puntos. Pero para ganar no basta con defender, hay que meter canastas, jugar al baloncesto y en eso el Unicaja fue un esperpento. Del empate a 25 se pasó al 34-48 con el que se cerró la primera parte. El Unicaja era incapaz de enlazar dos acciones positivas seguidas. Malos tiros, pérdidas y un carrusel de cambios incesantes que seguramente dificultaban cualquier continuidad en el rendimiento. El 9-22 en rebotes reflejaba lo que estaba pasando en la pista y la diferencia de actitud, intensidad y concentración de los dos equipos.

El problema es que el paso por los vestuarios no cambió nada, o sí. El Unicaja fue a peor y el Manresa, a mejor. Se repitió la historia del comienzo, con Gerun naufragando ante Eatherton y con Thompson ayudando poco. Casimiro los sentó a los dos, pero los problemas ya eran generales. La defensa era calamitosa y el Manresa ahora también encontraba buenos tiros para lanzar de tres. Lo hacía después de ataques bien ejecutados y una circulación lógica. El equipo catalán llegó a ganar por 18 puntos (46-64). Casimiro seguía rotando. Un cuádruple cambio a la búsqueda de un giro en el partido, pero no llegó. Un par de triples aislados dejaron la ventaja visitante en quince puntos antes del último acto (58-73).

La dinámica del partido no cambió hasta que Nzosa volvió a la pista. El Unicaja perdía 64-83 después de un afortunado triple de Tabu. Quedaban 5 por delante y el adolescente volvió a imprimir a la defensa malagueña la intensidad que hacía falta. Todo cambió con él en la pista. Con las espaldas cubiertas, el Unicaja comenzó una gran reacción con el congoleño de absoluto protagonista. Segundos esfuerzos, siempre el brazo arriba para molestar los tiros y concentración. Lo que debe hacer un jugador, al menos uno que tiene hambre y ambición (Nzosa volvió a batir varios récords en la ACB). A falta de un minuto anotó dos tiros libres para el 83-87 y acto seguido robó un balón que acabó en falta a Abromaitis. El Unicaja volvía a un partido que tenía perdido. Había tiempo, pero el Manresa supo culminar su excelente trabajo aguantando y logrando una merecida victoria. El Unicaja tuvo además, varios triples liberados, pero Brizuela, Waczynski y Alonso fallaron.