El Unicaja afronta en Mónaco una final por la supervivencia en la Eurocup

Resulta curioso que hace una semana los directores deportivos de la Eurocup señalaron al Unicaja como uno de los favoritos para disputar la final. Desde fuera se tiene una imagen distinta de lo que es el actual Unicaja que no se corresponde con la realidad. Puede ser por el historial y la trayectoria del club, pero con eso no se ganan partidos.

Para evitar que los acontecimientos se precipiten, el conjunto malagueño debe ganar sí o sí al Mónaco, aunque ni esto podría asegurar la continuidad de Casimiro, pues las dudas ya son grandes y se ha contactado con otros técnicos.

Conviene también que los jugadores den un paso al frente para defender a su entrenador si lo aprecian. Hasta ahora, lesiones al margen, el grupo no ha dado el nivel salvo actuaciones individuales esporádicas. No hay sensación de solidez, ni de equipo. El entrenador es importante, pero esa media de más de noventa puntos por partido dice poco en favor de la actitud de los profesionales.

Para colmo, el Unicaja tendrá delante hoy a un rival que es su antítesis. Puede que el Mónaco no tenga tanta calidad técnica, pero le sobra físico para llevarse por delante al equipo malagueño teniendo en cuenta lo visto hasta el momento.

El conjunto monegasco tiene a seis jugadores estadounidenses que destacan por su poderío atlético, y la plantilla, toda de raza negra, se completa con un grupo de franceses de buen nivel que destacan por su fortaleza, como Mathias Lessort o el joven Abdoulaye Ndoye. Sobresalen por su talento los bases Dee Bost (13,9 puntos) y Marcos Knight (14,6) y para esta segunda fase ha llegado Rob Gray, exjugador del Metropolitans 92 y que ya se midió al Unicaja. En su primer partido ante el Nanterre logró 19 puntos.

La parálisis que vive la Liga francesa por la crisis del coronavirus ha provocado que el Mónaco sólo haya jugado la Eurocup desde el 26 de diciembre, por lo que afronta fresco el duelo frente a un Unicaja con dudas, lesiones y cansado.