El Unicaja encara la nueva temporada con una reducción presupuestaria del 20%

Han sido meses complejos para la entidad cajista por diferentes motivos después de una temporada en la que las cosas iban muy bien tras jugar la final de la Copa del Rey.

Los responsables económicos del club han tenido que hacer malabarismos para conformar un presupuesto que permita sostener la actividad de la entidad. Para entender cómo se estructura el presupuesto del Unicaja, hay que tener presente que la mayoría del dinero llega por las aportaciones de Unicaja Banco, como patrocinador, y por la Fundación Bancaria, propietaria del club. Luego están los abonos y entradas, los acuerdos de patrocinio con las instituciones y acuerdos publicitarios con empresas, además de lo que se recibe de la Liga y la Eurocup por ingresos televisivos.

Algunas partidas han desaparecido, como son los abonos y venta de entradas al jugarse los encuentros de esta temporada a puerta cerrada. A pesar de la crisis, el Unicaja ha logrado la fidelidad de un buen número de empresas y también se ha asegurado el respaldo de las Administraciones (Junta, Diputación, Ayuntamiento y Ayuntamiento de Benahavís), algo clave.

El gran contratiempo llegó al comienzo del confinamiento cuando Unicaja Banco suspendió el reparto de dividendo correspondiente al resultado de 2019 en cumplimiento de la recomendación del Banco Central Europeo (BCE). Esto afectaba directamente a la actividad de la Fundación Unicaja, pues es la máxima accionista del banco, y al dinero que esta pone cada temporada en el club de baloncesto. Este capítulo quedó resuelto con un paso adelante de la entidad bancaria, en un momento realmente delicado y complejo para el Unicaja.

No hay cifras exactas del presupuesto, pero el de la temporada anterior superaba ligeramente los once millones de euros y se calcula que la reducción para la presente campaña ha sido de un 20%, por lo que puede rondar los 9,5 millones. El conjunto femenino y la cantera, que ha sufrido una reducción de importante de equipos, quedan fuera de esta cantidad pues dependen de otra sociedad (Unicaja Sociedad Deportiva). Es decir, que echando cuentas, el Unicaja ha cuadrado sus números en cierto modo, y echa en falta, eso sí, además de otras partidas, la correspondiente a los abonos.

Luego hay otros factores que tienen que ser tenidos en cuenta en un contexto como el actual de gran crisis, el club malagueño tenía a casi toda su plantilla con contrato para esta temporada, por lo que ha tenido que asumir cantidades elevadas en un mercado que, teóricamente, se ha abaratado. Es cierto que acordó una rebaja salarial con la primera plantilla y que eso le permitió ahorrarse un pico de los salarios de la campaña pasada, pero los contratos estaban ahí y había que respetarlos, en la medida de lo posible. El club de Los Guindos sólo abordó una rescisión, la de Aleksa Avramovic, que por cierto ha sido el máximo anotador de la pretemporada en la Liga Endesa. Por ejemplo, descartó la salida de Deon Thompson, con el que no se estaba muy contento, pero que tiene un salario alto y obligaba a una indemnización elevada.

Quizá si el contexto económico hubiese sido distinto, el Unicaja se habría permitido más cambios en la plantilla, pero también es cierto que a mitad de la temporada pasada justo antes del confinamiento, llegaron jugadores como Bouteille y Mekel, y que Darío Brizuela lo hizo en Navidad.

A pesar de que el término 'reducción presupuestaria', no es positivo, la realidad es que el club malagueño mantiene un bloque de jugadores capaz de competir con cualquier equipo, y sin perder de vista que tiene a hombres como Jaime Fernández, Milosavljevic y Suárez lesionados.