El Unicaja doblega al Brescia con los puntos de Bouteille y Brizuela

La puesta en escena del Unicaja dio continuidad al buen juego mostrado en los últimos partidos y que se sustentaba en un gran acierto exterior. Con cinco triples seguidos en los primeros seis minutos del choque con Alonso en estado de gracia, el cuadro malagueño controló el duelo por completo (9-18. min.5), porque en el bando local sólo Cline era capaz de ver aro. Ahí llegó la lesión de Mekel, y el conjunto cajista empezó a perder el control.

El Brescia sobrevivió al bombardeo del Unicaja y mostró más equilibrio en su juego. Ristic superaba a su amigo Rubén Guerrero (jugaron juntos en una escuela en Estados Unidos antes de la universidad), y el partido empezó a equilibrarse por ahí. El joven Pablo Sánchez fue el primer recambio del israelí y ahí encontró un filón Cherry para meter definitivamente a su equipo en el partido. El primer cuarto se cerró con 24-26 y la sensación de dependencia del triple por parte del Unicaja.

Y así fue. Con la línea exterior malagueña capada, el Brescia se puso por delante. Mandó de forma efímera en el choque, justo el tiempo en el que el equipo de Luis Casimiro volvió a acertar desde la larga distancia con dos triples de Brizuela y Thompson (32-37, min.15). A pesar de esto, la frescura del ataque malagueño en el comienzo del choque había desaparecido y su rival martilleaba por dentro cada vez que podía. La diferencia en asistencias entre los dos equipos (13-6) demostraba que el Unicaja no se estaba pasando bien el balón y al descanso se llegó con 44-47.

El partido perdió toda la calidad en la reanudación. El equipo malagueño carecía de juego colectivo y se encomendó a la calidad de Bouteille para seguir mandando en el marcador. La ausencia de un base se hacía cada vez más patente, así que el juego era feo, al menos sí que era efectivo (52-59). El Unicaja mantuvo el mando en el choque gracias a una notable mejoría defensiva ante un rival que mostraba las razones por las que ocupa el último puesto del grupo.

La deriva del Unicaja era evidente, así que el equipo se entregó al talento individual. Con grandes problemas para atacar en estático, los últimos diez minutos fueron un sensacional mano a mano de Brizuela y Bouteille. Cada ataque era una canasta a cual mejor de cada uno de ellos. No era la mejor forma, tampoco la más vistosa, pero sí la más efectiva. Entre ellos dos se cocinaron 22 de los 24 puntos de su equipo en el último cuarto. El francés logró un triple providencial a falta de un minuto y medio que sonó a sentencia (74-80), como así fue.