El Unicaja no dio opción

A pesar del abrumador comienzo del Unicaja, el entrenador del Petro de Luanda, el granadino Sergio Valdeomillos, de meritoria y extraordinaria trayectoria, no permitía a sus jugadores perder la concentración mediante constantes tiempos muertos y ordenando alternar su defensa individual con defensas zonales intentando así desactivar el alto ritmo del Unicaja que, sin embargo, respondía con una gran efectividad desde la línea de tres, especialmente de la mano de Kalinoski y al que se unió después Osetkoswki.

Pero los africanos no estaban dispuestos a bajar su nivel de intensidad, que se empleaban con contundencia y subían su nivel de contactos lo que impidió que las diferencias se dispararan con algunas protestas y altercados que no pasaron a mayores.

Ibon Navarro, por su parte, aprovechó el dominio de su equipo para repartir minutos entre sus jugadores y seguir afinando los automatismos en ataque, trabajando especialmente la respuesta frente a defensas zonales de tan ingratos recuerdos. Este encuentro supuso un paso más en la preparación de la temporada, permitiendo al técnico testar diferentes opciones en un ambiente competitivo.

Sin embargo, el gran lunar fue la baja asistencia en las gradas. Apenas 400 personas presenciaron el encuentro, una cifra desalentadora para un torneo internacional de este calibre. La conexión con el público local, al parecer, no es una prioridad para la FIBA, dejando el ambiente algo frío. Afortunadamente, la hinchada malagueña, que se desplazó para apoyar a su equipo,