El Unicaja desafía al Barcelona

El Unicaja empequeñeció al Barcelona en el Palau en un partido muy físico de una serie cargada de exigencia y donde se palpa ya la máxima tensión, minimizó sus virtudes y le llevó al desacierto con una gran solvencia, a cometer errores y a las dudas. Con un comienzo fulgurante, con pocas pérdidas y manteniendo sin arrugarse desde el principio, ahora sí, una defensa implacable liderada por un Ejim que está que se sale, el paradigma de jugador de equipo, neutralizando a Mirotic, llegando a todas las ayudas, reboteando, taponando otra vez para enaltecer a los suyos y desalentar a los contrarios, sin extralimitarse nunca en ataque para tomar siempre además buenas decisiones. El equipo malagueño fue también capaz de aguantar las embestidas del rival, responder con acierto cada golpe y en el tercer cuarto, después de encajar sus mejores minutos y tras un gran parcial, devolvérselo punto a punto hasta superarlo de nuevo e irse en el marcador con ventaja.

Lo de Cárter el viernes fue de sobresaliente, jugando de base y de escolta, anotando de tres puntos y consiguiendo ventajas constantes en el 1 contra 1 para anotar en penetración, sacar faltas, conseguir ayudas para hacer jugar a su equipo o asistir a su compañeros, es un jugador de un altísimo nivel por su calidad y porque sabe competir en los momentos importantes y en las grandes ocasiones.

Unido al partidazo de Kravish en defensa, en el rebote ofensivo o en la anotación, la puntería de Kalinoski, la aportación defensiva de Sima, a la del rompe piernas de Perry, que volvió liderar en la cancha el ritmo del partido... Pero la victoria fue absolutamente coral, fruto del trabajo en equipo, de la confianza, buena comunicación, sincronización y administración de roles, responsabilidades y minutos. De la disciplina, del esfuerzo colectivo desde el profundo conocimiento táctico del rival, leyendo el juego y midiendo los cambios de marcaje, en la defensa del 'pick and roll' realizando casi a la perfección las distintas soluciones previstas dependiendo de quienes lo ejecutaran, en las ayudas en las penetraciones de Laprovitola, con un impecable balance defensivo y castigando en ataque mucho a Mirotic y Laprovitola para evidenciar sus carencias defensivas y meterlos en faltas, dominando el rebote y superándolos con cierta facilidad cada vez que conseguían una mínima ventaja en los primeros pases del contraataque.

Si ya lo hizo en el primer partido en este segundo de la serie muchos más, sirvió a modo de aprendizaje para marcar el camino a seguir, para poner al aire las vergüenzas de su rival, desenmascarando sus debilidades, llevándolos al límite y sembrando en ellos muchas dudas y desconfianza. No solo ha sido una victoria para empatar a uno, el daño moral ha sido enorme, sometiendo al Barcelona en su propia cancha a un duro castigo a pesar de sus intentos y esfuerzos.

Ahora visitan Málaga con la difícil misión de devolver a sus dominios la serie, recursos tienen de sobra para ello, pero, eso sí, mucho tendrán que cambiar para lograrlo técnica, táctica y, sobre todo, mentalmente, porque a este Unicaja le va la marcha y le gusta los grandes desafíos.