El Unicaja confirmó la enorme decepción de no jugar la Copa del Rey. Si el objetivo del actual proyecto era recuperar el estatus en la Liga Endesa, de momento habrá que esperar a la próxima temporada. Sí, a la próxima temporada, porque con 7 victorias ... en 16 partidos, el reto ahora es conseguir alcanzar el 'play-off', algo que viendo el juego del equipo no será nada fácil... El equipo malagueño pasó de dominar a ser dominado ante el Valencia (82-87). De por medio hubo una serie de decisiones lamentables de los árbitros, un golpe del que le costó recuperarse. Hubo una gran reacción final que hizo soñar con la victoria, pero no lo suficiente como para remontar los 23 puntos de renta que llegó a tener el cuadro visitante.
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Suele pasarle a los pocos aficionados que van a los partidos que se quedan con esa última impresión, la de un equipo que lucha hasta el final, pero que pierde por poco, que no se deja ir... Se aplaude el esfuerzo, pero se pierde la perspectiva del global del partido. La limitación de recursos, de cómo optimizarlos, la falta de solidez del grupo, la predominancia de lo individual sobre lo colectivo, la ausencia de un pívot de referencia y otros muchos factores han llevado al Unicaja a ser un equipo endeble, con talento, pero sin consistencia y eso, de momento, lo deja fuera de la gran cita de la primera parte de la temporada y llena de incertidumbre su futuro inmediato. Los que querían una temporada de transición y conformista ya han logrado su objetivo...
La importancia del choque hizo que el Unicaja saliese con más concentración de lo que suele ser habitual. El cambio mostrado ante el Zaragoza tenía continuidad y el juego cajista se anclaba bien en una sólida defensa que dificultaba mucho cada ataque del Valencia. Sin prisa, pero haciendo gala de esa nueva solidaridad en el juego, el equipo malagueño ejecutaba buenos ataques, con Alonso como protagonista en el arranque del duelo con siete puntos en cinco minutos (17-9). La entrada de Suárez dio todavía más lógica el juego de su equipo. Resultaba curioso ver al madrileño explicándole a sus compañeros qué hacer con el balón en determinadas situaciones. El Valencia buscaba soluciones y empezó a encontrarlas en la evidente superioridad interior que todavía no había explotado, por ahí equilibró algo el marcador al final del primer cuarto (20-17).
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Nzosa fue un primer parapeto para el planteamiento táctico visitante. Peñarroya subió la apuesta y dispuso un quinteto muy alto con Labeyrie. Tobey y Pradilla, que obligó a una mayor atención defensiva y generó espacio a sus tiradores. Ahí empezó a sufrir el Unicaja, que pasó de ganar 26-21 a ganar 28-34. Los triples de Van Rossom y Prepelic fueron el resultado de esa apuesta táctica, como también que el Unicaja ya no tenía facilidades en la zona y se vio obligado a lanzar de tres, con un pobrísimo 2/13 desde la larga distancia. No acompañó tampoco la suerte, pues Tobey barrió varios balones del aro, mientras que los árbitros terminaron de descomponer al equipo malagueño. Errores en un par de faltas señaladas y dos técnicas a Eric y a Katsikaris dieron más oportunidades de anotar gratis a un Valencia que no las desaprovechó y llegó al descanso ganando 32-44.
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El golpe anímico fue grande para el Unicaja, que como demostró tras el descanso, no se recuperó. Un 2-7 de salida dificultó ya mucho cualquier remontada. El Valencia ganaba 34-51 y mandaba en el partido con autoridad. Al equipo cajista ya no le valía el intercambio de canastas y la renta visitante alcanzó los 23 puntos. Hubo un arrebato de orgullo al final del cuarto, pero no acompañado de acierto, en parte porque casi el único recurso eran los triples. Sólo tres canastas desde el 6,75 a estas alturas del partido... El Valencia retomó su apuesta por un quinteto alto y frenó la 'reacción' local para llegar al último cuarto ganando 48-66.
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Aunque el choque parecía liquidado, la insistencia del Unicaja y la relajación del Valencia ayudaron a una reacción de mérito. La renta visitante fue menguando hasta quedarse en sólo cinco puntos a falta de minuto y medio (72-77). El equipo malagueño había hecho lo más difícil, pero de nuevo una discutible decisión arbitral, además de dos errores de Cole, dieron aire a un rival desquiciado por la insistencia local y totalmente fuera del partido. Salvó los muebles el Valencia, pero desperdició una renta enorme cara a la Copa, donde no estará el Unicaja.
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