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Llevan los jugadores del Unicaja y su entrenador varias semanas diciendo que su mejoría en el juego no se está reflejando con victorias. Que el equipo va a más, que ha mejorado la química entre ellos, que los roles están más definidos. Pero seguían cayendo derrotas. La última, una muy dolorosa ante el Tenerife después de ganar al Zaragoza y al Khimki. No termina de llegar la ansiada regularidad del conjunto malagueño, que también tiene que creerse que realmente puede ir a más.
Barcelona Lassa
Heurtel (19), Hanga (8), Sanders (14), Moerman (11), Seraphin (8) -equipo inicial- Ribas (10), Vezenkov (2), Oriola (8), Koponen (0) y Claver (3).
83
-
90
Unicaja
McCallum (10), Nedovic (26), Daniel Díez (4), Brooks (13), Augustine (12) -equipo inicial-, Okouo (0), Alberto Díaz (3), Salin (0), Milosavljevic (1), Shermadini (4), Waczynski (10) y Carlos Suárez (7).
parciales. 24-26; 21-18; 19-22 y 19-24.
árbitros. Ilija Belosevic (Serbia), Emin Mogulkoc (Turquía) y Mario Majkic (Eslovenia). Sin eliminados.
incidencias. Partido correspondiente a la decimotercera jornada de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana ante 5.483 aficionados. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Tassos Stefanou, exjugador del Panathiakos y directivo del club griego
Ayer, el cuadro de Plaza sí se mostró con confianza, con decisión, para ganar un partido en una cancha importante como el Palau Blaugrana contra un equipo plagado de estrellas (83-90). El Barcelona pasa por una profunda crisis y el conjunto malagueño se aprovechó de sus dudas para sumar su quinto triunfo en la Euroliga. Que el cuadro que entrena Sito Alonso –al menos hasta ahora, porque está muy tocado– lleve cinco derrotas consecutivas no le debe restar mérito al Unicaja, que supo jugar sus cartas para llevar el mando del partido. El triunfo no implica un gran salto en la clasificación, ni solventa la papeleta de la Copa del Rey, pero la victoria de ayer es un magnífico trampolín desde el que coger impulso.
El Unicaja volvió a alcanzar los 90 puntos y tuvo un planteamiento de partido muy ofensivo, con un juego alegre y rápido con en el que los jugadores del cuadro visitante disfrutaron. También hay que decir que Plaza contó con dos hombres absolutamente determinantes. Por un lado Nedovic (26 puntos y 26 de valoración), que tuvo uno de esos partidos en el que parece que es imparable. Se le podrá echar en cara su debilidad defensiva o su irregularidad, pero cuando tiene el día de inspiración, el serbio es una obra de arte hecha jugador de baloncesto. No merece la pena pensar en cuánto tiempo le queda en Málaga, sólo hay que disfrutar de su madia. Por otro lado, Augustine, con menos talento, menos chispa y ya en los últimos años de su carrera. Pero con un saber estar en la pista, un instinto para el rebote y una sobriedad que le dispararon hasta los 27 de valoración. Y eso que se midió durante gran parte del partido a una bestia física como Seraphin –Tomic no jugó ni un minuto, como Navarro–.
Volvió a plantear el Unicaja un partido ofensivo, de ritmo elevado y con menos exigencia defensiva, algo que funcionó ante el Khimki. El Barcelona entró al trapo y por eso pronto se vio un recital en ataque por parte de ambos equipos de esos que agradece el espectador pero no tanto los entrenadores (24-26 tras el primer cuarto).
Desde luego, no parecía un partido entre dos equipos atenazados o en crisis, más bien todo lo contrario. Los jugadores de Plaza mostraban mucha confianza y el juego era fluido, aunque con escasa defensa. Fue poco a poco ganando terreno el Barça, con Seraphin muy efectivo bajo los aros y Heurtel superando una y otra vez a McCallum. Los problemas en defensa del norteamericano no son una cuestión de adaptación y ayer no pudo frenar al base francés. Parecía que el Barça iba abrir distancias antes del descanso, pero el conjunto malagueño no se lo permitió (45-44).
La Euroliga tiene un ritmo de partidos frenético y en sólo dos semanas, el Unicaja ha pasado de ser el colista de la competición a situarse en la undécima posición a dos victorias de los puestos de ‘play-off’. El equipo que dirige Plaza ganó al Khimki y al Barcelona y eso ha cambiado su situación. Pero el calendario tampoco permite que se celebren las victorias porque mañana mismo el Unicaja vuelve a jugar. El viernes, a las 20.45 horas, recibe en el Palacio al AX Armani Milán que ayer se impuso al Baskonia con cierta facilidad por 92-85. El conjunto italiano, dirigido por Simone Pianigiani, ha ganado cuatro partidos en lo que va de Euroliga.
Estaba por ver si ese festival de puntos y sobre todo esa debilidad defensiva tenía continuidad en la segunda mitad. El Unicaja empezó con Nedovic y McCallum de nuevo corriendo, mientras que el Barça echaba mano de nuevo de Sanders. El escolta serbio del Unicaja protagonizó una de las jugadas del partido con un matazo por el carril central y reactivó a los suyos. Entró el Barcelona en unos minutos de dudas y el Unicaja le endosó un parcial de 0-9 (61-65). Pudo hacer más daño el cuadro malagueño en los últimos minutos, pero con Nedovic y a McCallum en el banquillo el ataque malagueño se enfrió (64-66).
Análisis
Olió el Unicaja las dudas del cuadro local, atenazado ya por los nervios y los murmullos de la grada. La marcha del partido por lesión de Sanders ayudó a los malagueños y Nedovic hizo el resto. Díaz ayudó con un triple que permitía una pequeña ventaja (66-72) y a partir de ahí el Barcelona, totalmente perdido, fue reduciendo su aportación. Al final, 83-90, victoria para el Unicaja y un buen punto de partida para ir a más.
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