Un Unicaja brillante acaba con la oposición del Manresa y alcanza las semifinales de la Liga (63-86)

La puesta en escena del Unicaja era la que necesitaba el partido. Después de haber sufrido los buenos comienzos del Manresa en los últimos enfrentamientos, el conjunto malagueño se empleó bien en defensa para contener la primera oleada del rival. Díaz se centraba sobre Badio y Kalinoski lo hacía sobre Dani García. Esta primera apuesta táctica tuvo el efecto deseado, pero en cuando el base catalán se liberó un poco, el Unicaja tuvo problemas. Del empate a 11 se pasó al 22-16, una ventaja local que pudo ser mayor de no ser por los malos minutos de Brandon Taylor, con tres pérdidas seguidas. El Manresa explotó los tiros a media distancia de Geben y Oriola y por ahí hizo daño a la defensa malagueña. El Unicaja estaba incómodo, con algunos tiros forzados, sólo un acierto de tres (1/5) y se encontró con un triple de Williams desde 22 metros para cerrar el primer cuarto (28-20).

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En estos momentos de dudas, Augusto Lima hizo un buen trabajo. Un tapón, una recuperación, una canasta... Con ese primer paso defensivo, el Unicaja comenzó a cambiar la dinámica del partido. Djedovic y Díaz seguían trabajando sobre Badio, desquiciado por momentos. Sin su gran referencia ofensiva, el Manresa se atascó en ataque, con sólo ocho puntos en este cuarto. Aunque su juego ofensivo no era brillante, el Unicaja sí que tuvo paciencia para atacar y encontrar a Kalinoski en la salida de los bloqueos. El porcentaje de acierto desde la línea de tres fue lo que desniveló el choque. El Manresa acabó el segundo cuarto con 0/8, mientras que el Unicaja firmó un excelente 4/7. Tres triples seguidos (Carter y Kalinoski (2)) permitieron tomar el mando al descanso (36-40).

Ese giro que había dado el partido se ratificó en un fulgurante comienzo del conjunto cajista, que fue capaz de mantener su acierto, además con acciones rápidas que cogían a la defensa local totalmente descolocada. Billó Tyson Carter en la dirección, pero también Kravish en la dirección. El parcial fue de 2-11 (38-51) y el Unicaja amenazaba con romper el partido. El Manresa, por su parte, empezó a desquiciarse. Se obsesionó con los triples en una noche para olvidar (1/11 en este cuarto). Es justo decir que la defensa malagueña tuvo la culpa de ese mal porcentaje. Ante el atasco local, el Unicaja puso la directa hacia la victoria, con una ventaja ya por encima de los quince puntos y jugando muy cómodo (47-65).

Quedaban diez minutos por delante, pero el golpe del Unicaja fue demoledor y las sensaciones de su rival eran pésimas. Los gestos de los jugadores locales eran de estar sobrepasados, al tiempo que los triples seguían sin entrarle. Como el conjunto malagueño no bajó el ritmo, la ventaja ya superó los 20 puntos (47-69). De ahí al final fue un intercambio de canastas que favoreció a un Unicaja imperial.