El Unicaja petardea antes de la Copa del Rey (81-79)

El Breogán comenzó el partido envalentonado y buscando con insistencia a Sakho, que se fabricó algunas canastas, pero el ímpetu gallego se topó con su realidad, la que dice que es uno de los equipos de la Liga que más balones pierde. Los errores locales permitieron que el Unicaja pasase a comandar el partido con rapidez gracias a un parcial de 2-11. Pérez hacía un buen trabajo en el rebote e imponía su superioridad física aprovechando los minutos extras por el descarte de Osetkowski (9-15). El choque lo equilibró el talento de Hilliard, el mejor jugador del Breogán, que anotó dos triples seguidos e igualó el choque al final del tercer cuarto (17-20).

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Se creció el equipo de Luis Casimiro, con buenos minutos de Mavra en la dirección y en parte porque el Unicaja perdió algún balón más de la cuenta. El empuje del Breogán desordenó su juego y el Unicaja pudo acelerar el partido, con varias acciones de campo a campo y con Carter castigando la endeblez defensiva de Grant (24-254). El conjunto local sufría porque no le entraban los triples y agravó su situación con un 0-5 desde la línea de personal, algo anormal. Se preocupó el Unicaja de colapsar la zona y no le importó que su rival tuviese algún lanzamiento de tres liberado, en parte porque sus porcentajes de acierto son bajos. Los que no fallaron fueron Perry y Kalinoski, que frenaron la reacción local con dos canastas de tres para el 34-42 con el que se llegó al descanso.

Lo que se vio en los siguientes diez minutos tuvo muchas similitudes con lo que ocurrió hace dos semanas en Girona. El Unicaja se vio superado por la intensidad de su rival, que le endosó un parcial de 11-2 para colocarse por delante (47-44). El equipo malagueño estaba desfigurado, con excesivas pérdidas y errores impropios en defensa. Hillard y Grant dominaban el partido para un Breogán que llegó a ganar 54-48. Aparecieron Perry y Kalinoski para rescatar a su equipo y volver a equilibrar el encuentro, aunque sensaciones no eran buenas, pese a que se restableció la igualdad. El Unicaja había dado vida a un rival que tenía sometido. El 28-19 de parcial del tercer cuarto reflejaba la superioridad del conjunto gallego.

Mantuvo su acometida el Breogán, que en contra de lo esperado aguantaba el pulso pese a tener bajas y a tener una rotación corta. Un triple de Kurucs puso el 70-65 a falta de seis minutos. Era el momento del equipo de Lugo, pero la respuesta del Unicaja fue buena, con actores secundarios como Tillie, muy resolutivo en ese momento de presión. La tensión era máxima y el Breogán respondió con buenas acciones que Vila, que hizo el partido de su vida, e Hilliard culminaron con sendos triples para ponerse por delante a falta de 46 segundos (81-79). El partido era para el equipo gallego, que sin embargo se complicó la vida con un fallo infantil de Hilliard al tardar más de ocho segundos en cruzar el centro del campo. Pero ni por esas. Kravish se estrelló contra Sakho en las últimas dos acciones para desesperación de Ibon Navarro y la victoria se quedó en Lugo.