El Unicaja arrasa en Granada

Por momentos el Unicaja, que este curso batió su récord de anotación ante el Fuenlabrada, estuvo cerca de lograr su victoria más amplia fuera en la competición, un +42 (precisamente en otra cita en Granada, un 51-93 en 2008), pero bajó algo el pistón en los minutos finales. Lo que parece indiscutible es que, de un tiempo a esta parte, se consolida la sensación de una liga de dos velocidades, en la que los equipos de abajo se las ven y se las desean para poder competir de verdad ante los mejores, por más que los recientes 80-66 al Gran Canaria y 88-67 al UCAM de este Covirán Granada parecían apuntar en otra dirección.

Lejos de relajarse cara a la batalla de Murcia, el Unicaja jugó con toda la tensión exigible. El duelo comenzó con un 0-7. Nunca hubo rentas locales, y los visitantes no echaron para nada de menos a Alberto Díaz. Ya llegarán citas más exigentes, pero el equipo se movió cómodo en el alto ritmo del arranque. Ni siquiera fue un problema que Perry, que llevaba dos triples, se tuviera que sentar a los cinco minutos de partido con dos faltas personales.

Apenas Maye y Niang, este sobre todo en la salida de los bloqueos, sostuvieron la producción del Granada, con poco acierto desde fuera y posesiones muy mal gestionadas. Al equipo nazarí le costaba un mundo anotar, muy espesos Renfroe y Lluis Costa, en un 'roster' con un claro problema, el flojo nivel de los cupos nacionales.

El 14-20 del final del primer cuarto, con el equipo discreto desde la línea de tiros libres, ni siquiera anticipaba la tunda que recibió después el Granada, que empezó el segundo periodo con un parcial de 2-12 que marcó distancias ya casi insalvables. El Unicaja compartía la bola una y otra vez y encontraba los espacios necesarios para anotar, y además se soltó en el triple, con exhibición hasta de Will Thomas. El cuadro malagueño doblaba por momentos a su rival en anotación (16-32) o en valoración y sólo una zona 3-2 del Granada incomodó algo al rival en un par de ataques. La vuelta de Perry a cinco minutos del descanso abrió más la brecha. Los de Ibon Navarro se fueron a los vestuarios con 29-50, con 18 asistencias y 33 puntos de banquillo, números brutales.

En el tercer cuarto aún se movía el equipo por encima del 60% en triples y la diferencia se fue a lo 30 puntos (33-63) en sólo cuatro minutos jugados tras el descanso. Para colmo llegó una antideportiva de Bropleh y un triple de Perry para el 35-70. Parecía claro que Saint-Supery tendría minutos en este contexto, como así fue, y se destapó con un triple y una brillante asistencia y algún que otro detalle. Y quedaba que se apuntara al recital un Osetkowski que sigue apagado tras la Copa y al que se le nota que no termina de estar. El 41-82 al fin del tercer cuarto ya no sólo era llamativo por seguir doblando cifras a esas alturas, sino porque casi se igualaba la mayor diferencia histórica lograda por el Unicaja fuera (un +41 frente a un +42)… Y quedaban diez minutos.

Sin embargo, tres malas acciones defensivas de Ejim, superado físicamente por su par y con una antideportiva, permitieron al Granada maquillar algo la tunda. Se vio ya a un Unicaja sin querer hacer sangre y el parcial de salida fue un 15-6. Con una canasta de Barreiro ya se sumaron los doce cajistas a la anotación, pero ese mínimo atisbo de relajación impidió otro nuevo récord estadístico que añadir en las palizas ya conseguidas por el cuadro malagueño esta temporada.