El Unicaja, ante el más difícil todavía

Suena el redoble de tambores y el Unicaja escenifica el más difícil todavía. No cabe hablar de otra cosa si lo que le toca es afrontar el duelo de esta tarde (18.15 horas, #Vamos) en el Carpena, ante el coloso Real Madrid, con sólo nueve jugadores de su plantilla (u ocho y medio, dado el precario estado de Thompson) y frente a un rival con una rotación amplísima para encarar la Liga y la Euroliga, capaz de descartar jugadores que serían referentes en los planes de Luis Casimiro en el cuadro malagueño y con al menos media decena de hombres con recursos para marcar diferencias o ganar partidos casi por si solos en un buen día.

Sin opción de medirse antes contra otro rival, el Unicaja llega a esta inmediata revancha de la final de la Copa sin Toupane, Carlos Suárez, Jaime Fernández, Alberto Díaz y Ejim... y con Thompson entrenándose con limitaciones después de estar ingresado la primera mitad de la semana por una gastroenteritis aguda. El esperado debut de Bouteille y de Simonovic es un aliciente para la parroquia local, pero lógicamente ambos han de sincronizarse con los sistemas del equipo y no es probable que puedan ofrecer aún su mejor registro.

Así las cosas, la falta de efectivos obligará a adaptar roles. El principal problema está en el puesto de base, en el que sólo estará disponible el menos especialista en la dirección del juego, Adams, con lo que seguramente Brizuela tendrá que rotar con el norteamericano como 'uno'. Los otros cuatro hombres disponibles son Waczynski, Gerun, Elegar y Guerrero, con lo que el puesto de 'cinco' es el único que apenas se ve afectado.

Luis Casimiro contará con tres canteranos para completar la lista: el base de 16 años Rafa Santos y los ala-pívot Ismael Tamba –que ya debutó ante el Betis– y Jeffrey Godspower. El primero, que juega en el júnior, es cordobés y llegó este año al club, y el tercero, campeón de Europa sub-16 en el verano de 2018, está en el equipo EBA, como Tamba.

Los males físicos de la plantilla del Unicaja son en gran medida la factura lógica de jugar tres partidos de máxima tensión en menos de 72 horas en la Copa, lo que acabó con la resistencia de varios jugadores que llegaban con molestias. Lo sucedido se reprodujo en el Real Madrid, que perdió a raíz de la Copa a Llull, Felipe Reyes, Randolph y Taylor, pero estas ausencia duelen menos en una plantilla de dieciséis tan potente. A día de hoy, y a la espera de que mañana se anuncien posibles altas y bajas, el cuadro blanco tiene desactivadas las fichas de Mejri y Mickey, y no estarán seguro Randolph, tras ser intervenido por una rotura del ligamento cubital del primer dedo de la mano izquierda, y podrían unirse Llull y Taylor.

"Es un partido más que interesante, porque vamos a volver a revivir lo que fue la final de Copa, aunque en una situación y contexto diferentes, con nuevos jugadores, y vamos a intentar a hacer un buen trabajo, ver si los nuevos se van a haciendo al equipo e ir a ganar", reconoció Brizuela, el único del Unicaja que mantuvo el tipo en aquella final copera y que no tuvo problemas en admitir que "los que estamos aquí vamos a tener que dar un paso adelante". Respecto al hecho de tener que jugar más minutos de la cuenta de base esta tarde, comentó que "vamos a tener que reestructurar todo un poco, pero somos todos jugadores con experiencia y talento; nos acoplaremos a lo que tengamos que hacer y nos irá bien".

A favor del Unicaja está ese sentimiento acusado de revancha y el hecho de que el Real Madrid se muestra más humano en citas que no son del todo decisivas. "Esperamos un partido muy difícil en Málaga. Es una sensación de revancha contra nosotros. Han fichado a dos jugadores referentes, Bouteille y Simonovic, que son capaces de abrir el campo y amenazar desde el tiro exterior", dijo a la defensiva Pablo Laso. Como en la final copera el Carpena, lleno, rugirá al máximo volumen, pero esta vez sin centenares de aficionados blancos.